Al ampliar su declaración, el pasado 27 de enero, recordó las últimas palabras de Mireles
Moreno Nolasco identificó a agresores de Ixtayopan mediante fotografías
"¿Por qué no te ayudan (policías presentes) si son tus compañeros?", le gritaba la turba
Antes de morir a consecuencia de los golpes que le propinaron habitantes de San Juan Ixtayopan, Tláhuac, el agente federal Víctor Mireles indicó lo siguiente a sus dos compañeros que también fueron atacados por la turba: "El Berman (otro elemento de la Policía Federal Preventiva) ya había quemado este asunto".
En su ampliación de declaración que rindió el pasado 27 de enero en el quinto piso del Hospital Central Militar, Edgar Moreno Nolasco, único sobreviviente del linchamiento ocurrido el 23 de noviembre en dicha comunidad, recordó las últimas palabras de su compañero y refirió que mientras era golpeado la gente le gritaba: "mira, ¿no que son tus compañeros (en referencia a elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, sin precisar si eran federales o capitalinos)? No te ayudan".
Durante la declaración de Moreno Nolasco ante el agente del Ministerio Público de la Federación Oscar Montes de Oca Rosales, el policía reconoció como sus agresores a varios sujetos que aparecen en fotografías que le presentaron en la diligencia. Incluso dijo que reconocía el rostro de "un sujeto que viste camisa blanca y se encuentra agarrado al poste de luz, el cual en este momento me entero que responde al nombre de Cayetano Ulloa Hernández". Se trata del padre del menor de edad Daniel Cayetano Got Ulloa, uno de los testigos que utilizó la Procuraduría General de la República (PGR) para incriminar en los hechos a más de 30 personas, entre quienes destaca el policía auxiliar del DF Sergio Montealegre. Sin embargo, Moreno Nolasco en ningún momento mencionó a Montealegre como uno de sus agresores.
Además, en su ampliación de declaración, a la que tuvo acceso La Jornada, Moreno Nolasco precisó que el 23 de noviembre pasado acudió a la comunidad de San Juan Ixtayopan a pesar de que "no contaba con oficio de comisión y de que nunca me dijeron que esa comisión representaba un riesgo mayor al normal (...) Recuerdo que lo último que me dijo Mireles fue que el Berman ya había quemado este asunto desde antes".
En su declaración el sobreviviente del linchamiento refirió que desea formular querella en contra de las personas que mencionó en su declaración y quienes resulten responsables de haber atentado contra su vida. A continuación se reproduce parte de su testimonio:
"Reconozco y ratifico en todas sus partes las primeras declaraciones que hice el 24 de noviembre de 2004 y el 25 de noviembre del mismo año, ya que lo manifestado en ellas es lo que realmente ocurrió (el 23 de noviembre); en esas diligencias estampé mi huella digital al margen y al calce, ya que en esos momentos, debido a mis lesiones, me era imposible firmarlas. Deseo agregar que soy elemento de la PFP, con el cargo de suboficial, siendo mi jefe inmediato el subinspector Manuel Angel García Lugo".
El día de los hechos, "siendo aproximadamente las 18 horas, Mireles, que iba al mando, me ordenó que fuera a investigar el nombre de la escuela, y al ir acercándome a la misma, caminando, dos señores me dijeron qué quería. Les dije que iba a comprar un jugo. Después, dos personas que dijeron ser padres de alumnos de la escuela me interceptaron y me jalaron hacia donde estaba el carro en el que llegamos al lugar. En ese momento me identifiqué como agente federal. Me quitaron las identificaciones y me di cuenta que a mis compañeros ya los habían bajado del vehículo y que ya estaban rodeados por personas. En eso llegaron varios sujetos que parecían pandilleros, quienes nos empezaron a golpear.
"Como a las 18:30 horas llegó un jeep de la SSP del DF y se aproximaron dos policías a nosotros. Les dijeron a las personas que nos tenían detenidos que nos iban a llevar a la delegación, pero la gente lo impidió. Luego llegó un sujeto que dijo ser funcionario de la delegación, y trató de calmar a las personas, pero no lo consiguió y siguieron golpeándonos. Instantes después llegó una mujer que dijo ser la delegada (Fátima Mena), pero tampoco pudo evitar que nos siguieran golpeando.
"Más tarde me percaté que estaban quemando los cuerpos de mis compañeros, sin saber si ya habían muerto o no, y un sujeto me dijo que así iba a quedar yo. Incluso me aventaron hacia los cuerpos. En esos momentos sentí que me desmayaba y mi ropa olía a gasolina; tal vez por eso me quemé la mano. Minutos después me cargaron y me dijeron que me iban a llevar al kiosco. Durante el trayecto vi a policías de la Secretaría de Seguridad Pública que estaban formados pero no hacían nada, y la gente que me llevaba cargando me decía: 'mira, ¿no que son tus compañeros?, y no te ayudan'.
"Durante todo el trayecto me seguían golpeando, sin que nadie interviniera, y ya cuando llegamos al kiosco la gente empezó a decir que me arrojaran piedras, pero casi inmediatamente llegaron unos policías y me rescataron".