El sistema de gobernabilidad debe avanzar hacia una plena democracia institucional, dicen
Anticipan expertos "lucha despiadada por el poder" en las elecciones de 2006
Ampliar la imagen Beatriz Paredes, Porfirio Mu�Ledo y Diego Valad�al participar en coloquio internacional FOTO Luis Humberto Gonz�z
Al continuar la reflexión sobre la conveniencia de una nueva arquitectura institucional en el país, académicos y políticos plantearon distintas posturas, desde las que cuestionaron los beneficios de un gobierno de gabinete hasta las que propusieron transitar hacia un proceso de parlamentarización.
Sin embargo, coincidieron en que el sistema de gobernabilidad, cualquiera que sea su nombre, debe avanzar hacia una "plena democracia institucional", y advirtieron que mientras no exista un esquema constitucional adecuado habrá la tentación de reconstruir el poder por vías no constitucionales.
En el segundo día de trabajos del coloquio internacional Gobierno de gabinete: una propuesta de gobernabilidad y pluralidad política, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Cámara de Diputados y El Universal, la presidenta de la Fundación Colosio, Beatriz Paredes, planteó un diseño institucional que, establecido de manera gradual, "traslade paulatinamente atribuciones que en el sistema presidencialista a ultranza corresponden al titular del Poder Ejecutivo y desemboquen en la existencia de un jefe de Estado electo de manera directa y un jefe de gobierno electo de manera indirecta mediante el Congreso".
Al enumerar una serie de propuestas "a título personal", señaló la necesidad de un gabinete con perfiles profesionales precisos, que deba ser ratificado por alguna de las cámaras. También planteó una ley general de partidos y se pronunció por la plena vigencia de la representación mixta y el robustecimiento del Poder Legislativo por encima de los legisladores y de las fracciones partidistas.
En otra de las mesas, el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) José Ramón Cossío dijo no estar convencido de la necesidad de transitar hacia un gobierno de gabinete. No obstante, consideró que la importancia de contar con un sistema de tales características, en el que exista la posibilidad de disolución o remoción de los miembros del gobierno o de la Cámara de Diputados, "está resuelto en clave estrictamente política".
Los conflictos llegan a ser tan graves y a tensar tanto la situación que lo mejor es que la condición política encuentre su resolución, sostuvo. De ahí que los órganos de impartición de justicia saldrían beneficiados "en la medida en que encontrarían una válvula de escape" de ciertos conflictos políticos que por su magnitud no son solubles a partir de una racionalidad estrictamente jurídica, añadió.
Por su parte, el director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Diego Valadés, enfatizó que la propuesta del gobierno de gabinete representa una forma de aproximación gradual a "una plena democracia institucional".
Lo importante es contar con un sistema flexible, que estimule la cooperación de las fuerzas políticas, con partidos representativos, un Congreso que funcione y que "no haya posibilidad de que un presidente cambie de opción" y un día amanezca con talante autoritario.
Advirtió que la elección de 2006 se anticipa como una "lucha despiadada por el poder", y de no arribar a acuerdos institucionales, quien gane el poder podrá ejercerlo como quiera.
A su vez, Porfirio Muñoz Ledo externó que en tanto no se cuente con un esquema constitucional adecuado habrá la tentación de reconstruir el poder por vías no constitucionales, y planteó un proceso de parlamentarización del poder público en México.
En su participación, el director de la Facultad de Derecho de la UNAM, Fernando Serrano Migallón, señaló que más allá de una nueva figura es necesario "dejar a la Constitución que funcione libremente, sin presiones de la práctica política".