Se busca reivindicar al documentalista y fotógrafo de la Revolución Mexicana
Exhuman obra de Jesús H. Abitia para exhibirla en Bellas Artes
Un coleccionista privado prestó el acervo para Arquitectura e historia. Memoria e imagen
Cultivó tres temas: el movimiento de 1910, la cultura popular y el paisaje urbano del país
Ampliar la imagen El paisaje de la ciudad de M�co, con los volcanes como tel�e fondo, fue captado por la c�ra de Jes� Abitia (1881-1960); ambas im�nes est�incluidas en la muestra del fot�fo que hoy se abre a las 19:30 horas en el Museo Nacional de Arquitectura del Palacio de Bellas Artes
Si la exposición Jesús H. Abitia. Arquitectura e historia. Memoria e imagen desata las repercusiones esperadas y se toma como un punto de partida para la reivindicación de ese fotógrafo de la Revolución y la posrevolución mexicanas, pronto se le podrá mencionar al lado de creadores de la época nacionalista como Manuel Alvarez Bravo, en la fotografía, o Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros en la pintura.
Una especie de ''exhumación" de Abitia (Batuchic, Chihuahua, 1881-ciudad de México, 1960) ha sucedido con la ubicación de parte de su archivo fotográfico en manos de un coleccionista privado, quien con la condición de permanecer en el anonimato lo facilitó para una investigación que duró nueve meses, la cual derivó en esa exposición que hoy se inaugura a las 19:30 horas en el Museo Nacional de Arquitectura del Palacio de Bellas Artes y concluirá el 3 de abril.
Seguidor primero de Madero, a quien fotografió y hospedó en su casa en Hermosillo, y después de Obregón, con quien fue a la primaria y rencontró en plena lucha armada, la obra fotográfica y cinedocumental de Abitia comprende tres grandes temas:
La Revolución Mexicana, la cultura popular -con personajes anónimos o famosos como Tin Tan o Tongolele- y el paisaje urbano de México y otras ciudades del país, que abarca de 1911 a 1950 y de donde parte la muestra.
Tras la muerte de Abitia -también laudero, inventor de instrumentos de cuerdas, explorador del sonido 13, junto con Julián Carrillo, y violinista-, su acervo y su estudio fotográfico pasó a manos de su hijo, llamado como su padre.
Pero luego del fallecimiento de su hijo, en 1997, la familia decidió vender lo bastante que aún quedaba tras los dos incendios que afectaron el par de estudios que Abitia mantuvo en vida y que causaron pérdidas irreparables de fotogra-fías y material fílmico.
La Fundación Carmen Toscano compró el material sobre la Revolución Mexicana y una parte del de cultura popular, y el coleccionista anónimo, la parte restante y todo el de arquitectura.
Cercanía con el poder
Las fotografías y otros materiales que ese coleccionista facilitó a la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble del INBA fueron alrededor de 350, de las cuales se seleccionó un centenar, entre las que destacan imágenes del Monumento a la Revolución, del propio Palacio de Bellas Artes o panorámicas de la ciudad de México, 10 de ellas ampliadas a gran formato.
Según información del museo, Abitia, ''usufructuando su calidad de veterano revolucionario, logró consolidar su carrera cerca de los dueños del poder y continuó registrando aquello que éstos deseaban quedara impreso como legado del movimiento político y social que decían personificar.
''La vasta obra de reconstrucción, de adaptación de edificios antiguos a las necesidades recientes, de instalación de infraestructura material, o de edificación de modernos inmuebles para uso y gloria del 'nuevo régimen' constituyeron, por supuesto, una veta tan atractiva como abundante para Abitia."
La muestra incluye, además, objetos como la cámara fotográfica y el fusil 30-30 que utilizó Abitia durante las campañas militares al lado de Obregón, así como fotografías del propio documentalista. En una zona de la exposición, que constará de cuatro capítulos, también se proyectará la película documental Epopeyas de la Revolución.
En toda esta ''exhumación" de Jesús H. Abitia, como la llamó Xavier Guzmán, titular de la Dirección de Arquitectura del INBA, destaca sobremanera la investigación de los historiadores Carlos Silva y Luis Moguel, quienes reconstruyeron vida y obra del considerado documentalista ''oficial" de Alvaro Obregón y de los primeros regímenes revolucionarios.
Durante el anuncio de la muestra, ayer, se adelantó que se prepara un catálogo de la exposición con textos de autores como Vicente Leñero y Carlos Monsiváis.