Intento por relanzar el proceso paz con la ANP; colonos se resisten a ser desalojados
Libera Israel a 500 palestinos presos
Jerusalen, 21 de febrero. Israel liberó hoy a 500 presos palestinos, la mayor cantidad en casi una década, como gesto que busca impulsar el acuerdo del cese el fuego con el nuevo presidente de la Autoridad Nacional Palestina, (ANP) Mahmoud Abbas.
Los prisioneros fueron llevados en autobuses desde el centro de detención de Ketziot, en el desierto del Neguev, hasta Cisjordania y la franja de Gaza, donde fueron recibidos como héroes.
Estos prisioneros integran el primer grupo de 900 palestinos que el premier israelí, Ariel Sharon, se comprometió a liberar. Se presume que los otros 400 serán excarcelados la próxima semana.
En contrapartida, un tribunal militar israelí condenó a un activista palestino de las Brigadas de los Mártires de al Aqsa, a cinco penas de prisión perpetua por su implicación en ataques antisraelíes.
En la ciudad cisjordana de Ramallah, entre tanto, Ahmed Qureia, primer ministro de la ANP, se vio obligado a aplazar la votación en el Consejo Legislativo Palestino (Parlamento) de su nuevo gabinete, debido a la oposición de algunos legisladores, que exigen cambios radicales en el mismo.
Los diputados, algunos del movimiento Fatah de Qureia y de Abbas, consideraron que el gabinete no podría aplicar las reformas palestinas pues, dijeron, no es distinto al de los gobiernos anteriores.
El gabinete que presentó Qureia está compuesto por 23 ministros, muchos de los cuales mantienen la cartera que les fue asignada durante la presidencia del fallecido Yasser Arafat.
Mientras, los colonos israelíes anunciaron su determinación de impedir la aplicación del plan de retirada de la franja de Gaza aprobado el domingo por el gobierno de Sharon, "aunque sea a costa de vidas humanas", advirtió Pinchas Wallerstein, un jefe colono.
El rabino Yehiel Elnekaveh, del bloque de colonias de Gush Katif, en la franja de Gaza, excluyó "que se vierta una sola gota de sangre", pero subrayó que el plan de Sharon es contrario a la Tora, que obliga a los judíos a conservar Eretz y a no evacuar a los judíos de sus hogares.