La AFL-CIO admite que su desafío más urgente es "ampliar las bases y crecer"
El futuro del sindicalismo estadunidense depende cada vez más de los inmigrantes
Nueva York, 21 de febrero. La historia de la lucha obrera estadunidense no se puede contar sin los inmigrantes, y viceversa. La de los mártires de Chicago, que se conmemora cada 1º de mayo en casi todo el mundo, es una historia de lucha tanto de obreros como de inmigrantes.
José La Luz conoce bien esta relación entre la lucha obrera y la de los inmigrantes y ahora intentará contribuir a resucitar ese doble esfuerzo dentro de las mismas filas del movimiento obrero estadunidense.
Muchos de los sindicatos nacionales de este país fueron fundados por inmigrantes, en particular los que nacen en lugares como Nueva York y Chicago, centros históricos de inmigración, donde las reuniones y las batallas se realizaban en decenas de idiomas.
El sindicato de la confección y de educación de esta ciudad fueron fundados por inmigrantes judíos. Los irlandeses simpatizantes del ERI formaron el sindicato de trabajadores del transporte. Entre los legendarios luchadores anarcosindicalistas había suecos, italianos y alemanes, y las grandes y sangrientas batallas por la dignidad de los trabajadores y sus derechos fueron encabezadas por inmigrantes e hijos de inmigrantes en las minas, en las empacadoras de carne, en los ferrocarriles, en las plantas automotrices y siderúrgicas.
Epoca de grandes alianzas
En esa historia también se debe contar de las grandes alianzas, en los mejores tiempos, entre inmigrantes y estadunidenses, que cuando se lograban resultaban en grandes conquistas sociales. Y también se debe incluir la historia de los inmigrantes que llegaron encadenados, arrancados de sus países y vendidos a la esclavitud, y cuya lucha también se cruza con la de los inmigrantes desde hace siglos hasta hoy.
De hecho, el movimiento sindical es tal vez el único lugar en este país donde los herederos de esta larga historia se cruzan cada día. Pero lo notable es cómo esa historia también se queda en el olvido, dentro de las mismas organizaciones que son resultado de estas luchas. Lo novedoso ahora es que en el transcurso de los últimos 10 años, los sectores más avanzados del sindicalismo estadunidense empiezan a recordarla, su propia historia y con ello el liderazgo -con notables excepciones- ha reconocido que en gran medida el futuro del sindicalismo estadunidense depende cada vez más de los inmigrantes.
Sin embargo, a pesar de algunas iniciativas y campañas anunciadas con gran retórica en torno a los inmigrantes en estos últimos años, la central obrera ha avanzado con tropiezos y a veces ha estado ausente del debate nacional sobre migración cada día más intenso.
La Luz fue nombrado asistente del director de organización para asuntos migratorios del AFL-CIO, y su tarea es, en el corto plazo, definir una respuesta a las propuestas migratorias de Washington, y a largo plazo, armar una estrategia para que el sindicalismo estadunidense en su conjunto retome el proyecto histórico de defender los derechos humanos y laborales de los inmigrantes.
"John Sweeney, el presidente de la AFL-CIO, decidió invitarme para participar en el diseño de toda una estrategia para movilizar a los trabajadores migrantes y sus organizaciones, junto con las organizaciones sindicales que mayor preocupación tienen con el tema con el propósito de ir sentando las bases para forjar una alianza de cara a la propuesta del gobierno de George W. Bush de un nuevo programa de trabajadores huésped, más bien, un nuevo programa de braceros (aunque hay diferencias entre el histórico y este)", afirma La Luz en entrevista con La Jornada.
La extrategia para el tema migratorio en la AFL-CIO es parte integral del desafío más urgente del sindicalismo estadunidense: ampliar sus bases y crecer, explicó. Señaló que algunos sindicatos nacionales como el de servicios (SEIU), y el del sector de la confección, textil, hotelero y restaurantes (UNITE/HERE) "son los sindicatos que más han estado impulsando que se aborde este asunto, y con los que yo he tenido una relación durante muchos años".
Para iniciar esta etapa de su trabajo, La Luz iniciará diálogos con diversas organizaciones de inmigrantes, grupos de defensa de los derechos de inmigrantes, sindicatos, agrupaciones latinas y representantes del gobierno mexicano por todo el país, desde Los Angeles, Chicago, Miami, Nueva York, hasta Texas, Carolina del Norte, Georgia y Arizona.
El perfil de una estrategia sobre migración, espera, se presentará al congreso anual de la AFL-CIO en julio. Sin embargo, hay urgencia, dice, ya que existen varios proyectos de ley en el Congreso sobre el tema, y el debate avanza rápida e intensamente. Estas iniciativas, dijo, incluyen las que son de una perspectiva de "seguridad nacional" promovidas por fuerzas conservadoras, y otras que vienen de una perspectiva de que la inmigración es "una realidad que se debe abordar" con medidas que reflejen un consenso más amplio entre esta sociedad, incluyendo el de la propia comunidad inmigrante.
Recuerda que la AFL-CIO dio "un salto cualitativo" en su política sobre migración cuando adoptó una resolución hace uno pocos años reconociendo y pronunciándose en favor de la legalización de los indocumentados, lo que fue "una ruptura" con su posición histórica. "Ahora hay un consenso general en favor de lograr derechos básicos para los inmigrantes, normas mínimas, tanto en materia salarial como seguridad y protección en el trabajo, el asunto de derechos y normas en la jornada de trabajo; todo lo fundamental para evitar la explotación y la degradación no sólo de los inmigrantes sino de las condiciones del mercado laboral en este país", informó La Luz.
A la vez, reconoció que al interior de la central obrera continua dándose una discusión sobre cómo debe manejarse el asunto migratorio, y diferentes enfoques, y hasta hay cierta resistencia de sindicatos como los de la construcción que nunca estaban de acuerdo con el cambio de política adoptada por su central en torno a este tema.
La Luz dijo que parte de la encomienda que tiene incluye también ayudar en diseñar una estrategia transfronteriza con contrapartes en México y otros países. Esto, sostiene, "requiere, en primer instancia, un diálogo con nuestros homólogos en México". La Luz fue uno de los primeros sindicalistas en Estados Unidos que promovió una visión social continental en respuesta a las propuestas del TLC y el libre comercio hemisférico hace más de 15 años, y participó en iniciativas sindicales y sociales binacionales, estableciendo relaciones con varias contrapartes en países como México, muchas de las cuales ha mantenido.
Ahora retomará esas relaciones y mantendrá contacto con México para continuar con este tipo de iniciativas. "Estaremos trabajando con nuestros amigos y aliados en México para atender algo que siempre fue parte de nuestra agenda común, que fue el del movimiento de la gente, lo que nunca fue abordado dentro de estos tratados comerciales, pero que para nosotros es un tema fundamental en torno a qué tipo de integración que deseamos en este continente". Con ello, dice, "retorno al trabajo que estuve haciendo durante muchos años antes de que me exiliaran al Caribe", dice bromeando
La Luz regresó a Estados Unidos hace unos meses después de unos 10 años de encabezar una de las campañas de organización sindical más ambiciosas en Puerto Rico -de donde es originario- que culminó con la sindicalización de más de 120 mil trabajadores. Antes ocupó varios puestos sindicales, incluyendo director de educación del sindicato nacional textilero y confección ACTWU (ahora integrado dentro de UNITE).
Ahora se dedicará a un nuevo desafío: participar en el gran debate sobre la migración en Estados Unidos y, a la vez, rescatar la historia de la doble lucha sindical-inmigrante.