Usted está aquí: lunes 21 de febrero de 2005 Cultura Limulus o el Cangrejo Herradura

Claudia Gómez Haro

Limulus o el Cangrejo Herradura

Ampliar la imagen Limulus 8, escultura en bronce de Brian Nissen. Imagen contenida en el libro Limulus, que ser�resentado el martes 22 de marzo en Casa Lamm (Alvaro Obreg�9, Roma), a partir de las 19:30 horas

Limulus es el título del libro que nos muestra el trabajo más reciente del escultor Brian Nissen, editado por Artes de México y decimoquinto título de la colección Libros de la Espiral.

La edición reúne dos importantes aspectos. Por un lado un conjunto de esculturas en bronce que nacen inspiradas en ese curioso animal prehistórico llamado Limulus o Cangrejo herradura y, por el otro, un notable texto que describe la historia de este fenómeno artístico y biológico que pertenece tanto al campo del arte como al de la poesía de lo extraño y al de la ciencia ficción.

El trabajo escultórico de Brian Nissen y la prosa poética de Alberto Ruy Sánchez se reúnen en esta bella edición, hermanados en la curiosidad, el asombro y la poesía entorno al Limulus esta criatura fantástica, aparentemente repulsiva pero en el fondo fascinante que da nombre al conjunto de esculturas y al libro en un equilibrio excepcional y preciso.

Uno de los aspectos liberadores del arte moderno consiste en enseñarnos que existen diversas maneras de ver las cosas y nos concede plena libertad para evocar culturas y periodos, tanto actuales como milenarios en un constante juego de percepciones.

Verbalizar experiencias visuales puede resultar irreverente, blasfemo, en cuanto que deviene traducción y racionalización de algo a menudo intraducible y en ocasiones incluso irracional.

No podemos limitarlos a mirar y admirar una obra sino debemos penetrarla con la palabra ya que muchas veces buscamos lo esencial donde no está, siendo lo obvio justamente lo más difícil de ver.

Los que conocemos el trabajo de Brian sabemos que la ambigüedad es una parte esencial de su percepción artística y que son precisamente estos componentes ambiguos e irracionales los que revisten el contexto de su obra.

Si bien, el artista creció en Inglaterra y fue educado en esa tradición cultural, el vivir entre México y Nueva York ha influido decisivamente en su creación convirtiéndose, como él mismo ha comentado, en un híbrido cultural al asimilar tradiciones culturales tan dispares.

La comprensión intuitiva de su trabajo, no sólo en sus aspectos formales sino en un plano más profundo nos lleva a descubrir en estas esculturas la expresión ritualizada de un sentido mítico del asombro, la imaginación y el deseo hechos forma.

El equilibrio del libro es extraordinario. Cada escultura se halla sometida a un ritmo perpetuo que resulta comprensible en el momento que es visto por el poeta dentro de sus amplias repeticiones y tiempo circular.

Dentro de esta serie, la esfera es la forma básica en la que Nissen encierra sus incontables variaciones jugando con armonías y contrastes. De esta manera el Cangrejo Herradura es para el escultor emblema del carácter transitorio y la permanencia de la naturaleza.

Desde su primer encuentro con esta extraña criatura que tiene algo de mitológico y simbólico en Martha's Vineyard, cerca de Cape Code, Nissen se siente seducido por la presencia inusual del Limulus y por su aspecto temible, fantástico, formidable, sus increíbles atributos y ritos que tan bellamente nos relata Ruy Sánchez a lo largo del libro.

Innumerables artistas y poetas han imaginado y evocado todo tipo de animales de fábula, desde la antigüedad hasta Lewis Carrol, Joan Miró, Jorge Luis Borges y Arreola, pero esta vez Nissen se encuentra ante un ser fabuloso que además es real y verdadero y que cuenta con más de 200 millones de años de existencia, sin presentar ninguna evolución. Algo como salido de un manual de Zoología Fantástica, del Bestiario de Juan José Arreola o de la ciencia ficción; primitivos y futuristas a la vez, cuya forma y estructura se adueñaron del imaginario del escultor. Nissen se mimetiza con esta extraña criatura y concibe una obra magistral a través de su mirada de artista.

En el texto de Alberto, el poeta convierte su propio poema en planta que crece y se transforma en las fibras del libro y en la urdimbre de las esculturas recordándonos las palabras últimas del famoso poema Himno entre ruinas, de Octavio Paz: "palabras que son flores que son frutos, que son actos".

El vínculo entre arte y poesía es difícil de definir. La imaginación y la intuición juegan un papel primordial y entre ambos hay paralelos y correspondencias, como en este libro. Y es precisamente en esto que estriba la importancia y el acierto de esta notable edición donde la simetría barroca juega en el interior y en el exterior de la forma y la palabra abriendo nuevos espacios editoriales.

Y como acertadamente dice el texto de la invitación; en este libro el escultor procrea una interesante fauna de bronce y collage y el poeta, contagiado por Nissen de Limulumanía, nos cautiva con un notable texto que nos previene de estos arácnidos de mar que bien pueden treparse a la cabeza de cualquiera.

 
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