Sempra Energy, responsable de los apagones que ocasionaron crisis en California
Denuncian a compañía que busca construir regasificadora en BC
Diversos grupos organizan marchas y protestas para evitar la instalación de la procesadora de gas
Las plantas contaminarán territorio mexicano para abastecer necesidades estadunidenses
Sempra Energy, una de las compañías internacionales que pretende construir junto con Shell una planta procesadora de gas natural en Baja California, es propietaria de las tres empresas de gas y electricidad responsables de los apagones artificiales que provocaron la crisis energética de California, alertaron Organizaciones no Gubernamentales y colonos de Tijuana, Ensenada, San Diego y Santa Mónica, California, que se oponen a la instalación de plantas de regasificación en la frontera.
Precisaron que las empresas que suministran gas y electricidad a California y que son subsidiarias de Sempra Energy, son San Diego Gas and Electric, California Gas y Gas Electric, por lo que advirtieron que de construirse la planta en Costa Azul, Baja California, Sempra Energy se convertiría en un gran monopolio.
El Grupo de Ecología y Conservación de las Islas, Grupo de Termoeléctricas Fronterizas, Greenpeace México, Comité Estatal Ciudadano contra las Plantas de Gas Natural Licuado, Colonos de Playas de Tijuana, Amazon Watch, Ratepayers for Affordable Clean Energy, Environmental Protection Information Center, Local Power, entre otras organizaciones reunidas este fin de semana en Tijuana, acordaron como primer paso para evitar la construcción de estas plantas en Baja California emprender de manera conjunta marchas y festivales de protesta en todo el estado y en la ciudad de México el 18 de marzo, cuando se conmemora la nacionalización de la industria petrolera.
Como otras alternativas explicaron los mecanismos legales que han desarrollado y recordaron la próxima interposición de juicios de nulidad para revocar los permisos otorgados de manera irregular, apuntan, a Sempra-Shell y Chevron Texaco.
Además, la coalición invitará a los legisladores a firmar una carta donde se cuestiona la validez de los permisos y la necesidad del gas natural licuado.
Durante los foros y conferencias que se realizaron en los últimos días destacó la participación de John Rumbiak, activista de Indonesia, lugar de donde Shell pretende traer gas para su proyecto en Costa Azul.
Rumbiak, activista reconocido internacionalmente, es integrante del Instituto de Estudios sobre Gestión y Derechos Humanos en Papúa Nueva Guinea, ha trabajado con organizaciones no gubernamentales en temas de desarrollo y derechos humanos y además ha laborado en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Rumbiak es uno de los principales opositores a la regasificadora de gas natural Tangguh, el cual se encuentra en la región de la bahía de Berau-Bituni de Teluk en Papúa del oeste, programada para comenzar operaciones en 2008.
''Como activista he presenciado con detalle los impactos devastadores que las corporaciones multinacionales generan en el ambiente, en los derechos básicos de las personas, pero sobre todo conozco la presión económica y política que pueden ejercer contra pueblos, Estados y países enteros''.
Destacó que el poder que ejercen las trasnacionales y las regasificadoras es enorme sobre los sectores políticos y empresarial. ''Llevan como presentación ante los gobiernos la imagen de una empresa fuerte, redituable y transparente, además de que son apoyadas por países ricos de Naciones Unidas y por instituciones financieras internacionales, como el Banco Mundial, o agencias financieras, como Citigroup.
Luis Arturo Moreno, coordinador de la Campaña de Cambio Climático de Greenpeace, señaló que la demanda de energía eléctrica en California es de 6 mil millones de pies cúbicos diarios, y la de Baja California es de 85 millones de pies cúbicos al día, lo que representa apenas 2 por ciento de la demanda de California. Además, la Comisión Federal de Electricidad firmó un contrato para un flujo de gas que significa la décima parte de la capacidad de las regasificadoras que se pretenden instalar en Baja California. ''El 90 por ciento del resto de la energía se irá a California, mientras las plantas contaminan de este lado de la frontera'', destacó.