El papel del trabajo: México | 21 de febrero de 2005 |
PARA MEDIR EL DESEMPEÑO
A partir de este año, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática comenzó a aplicar un nuevo cuestionario para medir los niveles de ocupación y desempleo en el país. Ahora empleará los estándares de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, además de los marcados por la Organización Internacional del Trabajo. ¿Habrá sorpresas? El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) ha incorporado los parámetros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para medir los niveles de empleo y desempleo, en un nuevo cuestionario con el que busca información más precisa sobre la situación del mercado laboral. El nuevo instrumento, denominado Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), se aplicó por primera ocasión en enero y sus resultados se publicarán en el informe del 24 de febrero. Carlos Salas, profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), cree que el cambio no modificará de manera sustancial las tasas de empleo y desempleo registradas con el cuestionario anterior, elaborado con la metodología de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). "Las tasas podrían aumentar en algunas décimas de punto, pero no se van a disparar", afirmó. La ENOE incorpora preguntas para medir aspectos como la migración internacional y las remesas, a fin de conocer su impacto en las familias; explora las causas por las que las personas desocupadas abandonan la búsqueda de empleo y hace un recuento breve de la historia laboral de los encuestados. La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) asegura que la información adicional brindará a las autoridades "herramientas para el diseño de políticas y servicios públicos relacionados con el fomento del empleo, así como la atención, vinculación y empleabilidad de las personas subempleadas o desempleadas". Considera que el nuevo instrumento permitirá medir de mejor manera la informalidad y el subempleo. Para la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) la medición de empleo y desempleo carece de sentido si se limita a la aplicación de cuestionarios y la elaboración de estadísticas, sin que derive en acciones para revertir la desocupación y el deterioro del poder adquisitivo. "El cambio de cuestionario puede ser muy bueno técnicamente, siempre que haya una definición muy clara de qué hacer con estos datos y se utilicen para una reorientación de la política laboral que permita crear más empleos y reactivar el mercado interno. Más que medir, habría que buscar fórmulas prácticas para abatir el desempleo", afirmó Agustín Rodríguez, presidente colegiado de la UNT. Los cambios La ENOE sustituye a la Encuesta Nacional de Empleo Urbano (ENEU) y a la Encuesta Nacional de Empleo (ENE) que se aplicaron de acuerdo con los criterios establecidos por la OIT para recopilar información sobre estos indicadores. El nuevo cuestionario, diseñado por la STPS y el INEGI, además de cumplir los estándares de la OIT, se apega a los marcados por la OCDE y, de acuerdo con ambas dependencias, transforma el marco muestral para hacerlo más eficiente. Una de las primeras modificaciones es la edad de los encuestados. En México se ha considerado como población económicamente activa y, por tanto, susceptible de ser encuestada sobre este tema, a las personas de 12 años o más, parámetro que aumenta a los 14 años. La encuesta incorpora preguntas para incluir a quienes han abandonado la búsqueda de empleo por los problemas del mercado laboral, y a los desalentados, es decir, quienes no buscan ocupación porque están convencidos de que no van a encontrarla, lo cual permitirá detallar la medición de indicadores como el desempleo oculto, de acuerdo con el INEGI. El especialista Carlos Salas citó algunas de las modificaciones más importantes en el cuestionario y destacó que, pese al cambio en el instrumento de medición, el INEGI ha conseguido que los datos que se generarán a partir de ahora sean comparables con los captados en las encuestas anteriores. La nueva encuesta, dijo, aportará información más detallada sobre los niveles educativos de la población y las características de la empresa para la cual trabaja; anteriormente sólo preguntaba si pertenecía al sector privado o público y ahora, en este último caso, especifica si se trata del gobierno federal, estatal o local. "Igual ocurre en el caso de los ingresos: se desglosan con mayor cuidado; se pregunta si la persona ha recibido apoyos económicos y de parte de quién. Hay una pregunta para saber durante qué periodo del año se trabaja, si se tiene algún acceso a servicios médicos, esto último ya se preguntaba, pero ahora está más detallado", explicó. Entre lo nuevo, agregó, destacan los antecedentes laborales, que permiten entender cómo ha evolucionado el trabajo y el poder adquisitivo de las personas; si éstas han cambiado de actividad, de dónde venían y por qué se desocuparon. Incredulidad en las cifras Las tasas oficiales sobre empleo y desempleo en México son las más bajas de América Latina, e incluso menores a las de cualquier país avanzado de Europa, lo cual genera desconfianza, por considerar que las mediciones oficiales ocultan la verdadera magnitud de la desocupación en el país. Carlos Salas aseguró que el problema está en los conceptos de empleo y desempleo de la población en general, que no coinciden con la definición internacional establecida. La población desocupada, considerada como aquella que no tiene empleo, pero está buscando activamente un trabajo, explicó, representa en México entre 3.5 y 4 por ciento de la población económicamente activa. "La gente dice 'eso es muy bajo'. ¿Muy bajo respecto a qué? Respecto de una idea que se tiene de que hay muchas personas que trabajan en condiciones inadecuadas en términos de ingreso, de horario, de estabilidad. Lo que cree la gente es que la desocupación se refiere no al hecho de tener o no empleo, sino al de tener uno de mala calidad", precisó. Destacó que las tasas de desempleo en América Latina varían, entre otros factores, por los criterios que aplica cada país para considerar ocupada o desocupada a una persona. Por ejemplo, dijo, Brasil pregunta a la gente si realizó alguna actividad en los últimos 30 días para ser considerado como ocupado. En México se pregunta si durante la semana anterior realizó alguna actividad. Las bajas tasas también se explican porque, en general, los periodos de desocupación no son mayores a un mes, y los desempleados reingresan a la actividad económica en las microempresas o las actividades por cuenta propia. Dado que México no cuenta con seguros de desempleo, como en las naciones industrializadas, "lo que ocurre en este país es que el desempleo abierto es un lujo. La gente no se puede dar el lujo de estar desempleada", sostuvo § |