Usted está aquí: domingo 20 de febrero de 2005 Opinión ¿LA FIESTA EN PAZ?

¿LA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

Los chivos del divo

ALGO QUE SOSTIENE este cansino remar contra la corriente taurina de México es la certeza de que otros mexicanos comparten la idea de que las cosas podrían ir mejor -inclusive en lo taurino-, habida cuenta de que el país posee los elementos para hacerlo. Que los poderes y elites diversas carezcan de espíritu, pasión, creatividad, profesionalismo y deseos de transformación colectiva, ya es otra cosa.

ME ESCRIBE UN inteligente y ofendido aficionado -Fernando Pérez Guajardo- para decirme: "Es antipatriótico, antiemprendedor, antieconómico, antitaurino y muchos otros antis, el que habiendo tantos matadores mexicanos, vengamos con la misma canción cada año. Hasta Ponce lo dijo por televisión: 'Ya no me imagino un 5 de febrero sin torear en la Plaza México'... Qué pena, ¡hemos perdido y seguimos perdiendo territorio taurino en México! En todo caso, si no hubiera matadores mexicanos suficientes, que los hay, estas fiestas deberían servir para germinarlos, en una excelente inversión en todos los sentidos, siendo ésta la primer faena para apuntalar una mexicanidad taurina deliberadamente debilitada".

CON RESPECTO A Enrique Ponce -figura española rompe récords, de una tauromaquia estimable que pudo haber sido un auténtico torero de época si no se hubiera dejado contaminar por sus amiguitos mexicanos metidos a maternalistas promotores- otro aficionado pensante, Xavier González Fisher, de Aguascalientes, me envía una perla del nivel de análisis taurino que se cargan algunos críticos parciales. Titulado "En México prosigue una ridícula campaña informativa contra Ponce", el artículo, aparecido en el sitio ociocrítico de Internet, lo firma el escritor español José Antonio del Moral, instalado en extemporáneo inquisidor de las cosas taurinas de la Nueva España, y arguye:

"COMO SI SE tratara de un vulgar delincuente que siempre escapa de la justicia están tratando algunos -muy pocos, dicho sea en honor de la verdad- al matador Enrique Ponce, mientras en la mayoría de los círculos taurinos de México se continúa hablando sin cesar de las dos enormes faenas que hizo el pasado sábado 5 de febrero en la corrida del 59 aniversario de la inauguración de la Monumental (...) Plaza que, quieran a no, sigue viva gracias precisa y fundamentalmente al valenciano... todos los días se parten de risa los que saben qué es lo que Ponce representa para el toreo en México: su principal tabla de salvación por no decir la única.

"¿QUE IMPORTANCIA TIENEN los matices de cualquier reglamento ante una obra del calado de la que Ponce consiguió cual milagro no exento de riesgos evidentes en su última actuación en La México? Ninguna. Por el contrario, el solo hecho de negarla basándose en si estaba o no reseñado un animal que, al fin y al cabo, fue un regalo que sin necesidad alguna Ponce le hizo a sus miles y miles de partidarios, supone una demostración de mala fe..." Hasta aquí las perlas del laxo sirenito Del Moral.

PERO COMO DIJO un maloso: "Cada 5 de febrero vamos a ver al divo de Chiva, y acabamos viendo los chivos del divo".

 
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