CIUDAD PERDIDA
La estrategia de provocación del PAN
Frustración por las mañaneras
El engaño del amparo
UNA DE las mayores frustraciones de los panistas en esta ciudad ha sido, y es obvio, no poder contrarrestar el impacto de las llamadas conferencias mañaneras del jefe de Gobierno.
DESDE LOS tiempos de José Luis Luege Tamargo al frente de los azules de la capital, se trataron de montar estrategias de contrainformación para ubicar al PAN en la discusión por la ciudad de México, debate del que desde hace mucho tiempo la gente descalificó a los de Acción Nacional.
SE INTENTO, por ejemplo, realizar algo a lo que se le dio el nombre de "conferencias espejo", es decir, los panistas responderían, de inmediato, a cualquier tema que tocara el jefe de Gobierno.
AUNQUE EL dirigente de los azules ofreció, incluso, invitar el desayuno a los reporteros, en poco tiempo, a falta de talento, de información convincente y, claro, de pronunciamientos básicos que, además del golpeteo, fueran propositivos, las reuniones del PAN con la prensa se fueron apagando hasta desaparecer.
DE CUALQUIER forma, el intento frustrado clavó la espina en los panistas que aún ahora pretenden "reventar" las conferencias mañaneras con formas, digamos, más primitivas: ir al enfrentamiento y nada más.
LA DIPUTADA Gabriela Cuevas y su compinche Jorge Lara obtuvieron un amparo que, según ellos, les posibilitaría ingresar a la sala donde se realizan las conferencias de López Obrador. Seguramente creyeron que el uso del recurso legal amedrentaría a la gente del gobierno de la ciudad y se les franquearía el paso.
COMO ES costumbre entre los azules, se trataba de otro engaño. La orden judicial era para que el gobierno diera respuesta a la petición que hacían los diputados panistas, respuesta que, por demás, se les dio por escrito y en la que se les negaba la posibilidad de asistir a las mencionadas conferencias.
CLARO QUE los azules amenazaron y desecharon las opciones que se les dieron para que estuvieran informados de lo que se dice en "las mañaneras", porque lo que intentaban era reventar las reuniones y para eso era necesaria su presencia en el lugar.
PERO QUIEN suponga que el hecho es aislado, se equivoca rotundamente. Ayer mismo, en la reunión territorial de la colonia Obrera, donde los jueves asisten vecinos de varias colonias para plantear sus problemas comunitarios, se hizo patente el plan de provocación que ya montó el PAN en esta ciudad.
A ESTAS reuniones, que como ya dijimos se efectúan cada jueves, casi siempre asiste la madre de un ex diputado local panista y, también casi siempre, la señora permanece en silencio durante el tiempo que duran las juntas vecinales.
AYER FUE diferente, hasta la reunión llegó Iván Manjarrez y al igual que los otros panistas trató de reventar el diálogo entre los vecinos, haciendo condenas a López Obrador. Los asistentes se le fueron encima, lo descalificaron y, al final, para que las cosas no pasaran a mayores, tuvo que intervenir la funcionaria del gobierno que escuchaba a los vecinos para que concluyera el "jueves vecinal", sin mayores tropiezos.
ASI PUES, parece que la ciudadanía tendrá que soportar, desde ya, una escalada de provocaciones montada por los azules, en su terrible desesperación por tratar de atacar con efectividad al gobierno de la ciudad.
El Teléfono del PRI
UNA LLAMADA telefónica llegó hasta este espacio, provenía de un priísta que quería hacer alguna aclaración a la noticia de la reunión del martes pasado en la Cámara de Diputados, donde se decidió desaforar a López Obrador.
MIRA, DIJO el legislador, creo que es necesario aclarar que la reunión del martes no fue "privada" o "secreta", sino más bien que allí se trató de imponer una regla "mordaza" para que sólo el coordinador de la bancada diera información sobre el asunto.
ESTA BIEN, se le dijo, la precisión va, ¿pero qué más?
NO, ESO es todo: nada más tengan cuidado con el juego al que nos están orillando. No hay tal voto en conciencia, salvo algunos que ya han dicho que votarán en contra del desafuero y que serán usados para decir que se nos dejó en libertad, a los otros nos tienen bien amarrados. ¡Ciudado!