Desintegración familiar, estrés, 80 divorcios... secuelas de la huelga
Guadalajara, Jal., 16 de febrero. Desintegración familiar, migración, estrés, problemas de salud, 80 divorcios y cuatro fallecimientos fueron las secuelas de la huelga que durante más de tres años protagonizaron mil 164 obreros de la compañía hulera Euzkadi en la planta de El Salto, Jalisco.
Ramiro Francisco Munguía Huato, investigador del Departamento de Sociología del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, se dio a la tarea de registrar cómo se deterioraron las condiciones de vida de estos trabajadores a partir del cierre de la planta, el 16 de diciembre de 2001.
El pasado 17 de enero se determinó su reapertura, y se planea que esto ocurra para julio o agosto próximo. "Quedaron 600 empleados de los mil que estaban sindicalizados. Tuvieron una resistencia tenaz", dice el investigador.
Destaca cómo, "de la noche a la mañana", estos trabajadores sufrieron cambios en su vida: "En algunos casos los hijos tuvieron que abandonar sus estudios para ingresar al campo laboral, en tanto que las esposas vendían productos para ganar dinero, lavaban ropa o vendían comida".
Durante la huelga ocurrieron 80 divorcios y muchos trabajadores emigraron al extranjero, ya que en la zona industrial de El Salto los empresarios de Euzkadi pasaron a otras fábricas una lista con los nombres de los empleados, para que no fueran contratados ni ellos ni sus familiares "En este tiempo murieron cuatro trabajadores. Algunos fallecimientos pudieron ser evitados."
Erika Arriaga, corresponsal