Chávez y Uribe ofrecen cooperación y respeto en la lucha contra el terrorismo
"Plena" reanudación comercial entre Venezuela y Colombia; fin a la crisis
Anuncian que impulsarán proyectos con Brasil para afianzar la integración sudamericana
Ampliar la imagen Saludo entre los presidentes de Colombia, Alvaro Uribe, y Venezuela, Hugo Ch�z, en una rueda de prensa en el palacio presidencial de Miraflores en Caracas, ayer FOTO Afp
Caracas, 15 de febrero. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunció hoy la "plena" reanudación del intercambio comercial entre su país y Colombia tras entrevistarse con su par colombiano, Alvaro Uribe, y dar ambos por superada la peor crisis diplomática bilateral desatada desde enero último a raíz de la captura en Caracas de un líder rebelde colombiano por órdenes de Bogotá.
Chávez también afirmó que su gobierno "lucha contra el terrorismo cualquiera que sea su rostro, disfrácese como se disfrace, vístase como se vista". A su vez, Uribe admitió que este fenómeno en Colombia "engendra dificultades entre nuestros vecinos y hermanos".
A finales de enero Caracas y Bogotá anunciaron el fin de la crisis, aunque quedaban algunos asuntos pendientes que ahora fueron finiquitados, como el comercio fronterizo y otros proyectos, cuyo retraso se debió a que Uribe se vio obligado a cancelar una visita a Caracas el 3 de febrero debido a una enfermedad en el oído.
Esta vez, tras recibir en el palacio de Miraflores y sellar el fin de la crisis al dar "vuelta a la página", Chávez dijo que "los proyectos continúan" con la reanudación del comercio bilateral, por lo que dio órdenes a los gobernadores de los estados fronterizos con Colombia a cesar las medidas extraordinarias que su gobierno aplicó durante enero, cuando retiró a su embajador en Bogotá.
Indicó que se reactivaban los trabajos del gasoducto tranfronterizo, la venta de gasolina venezolana a poblados fronterizos y el libre paso de carbón de Colombia hacia venezuela. "Si hay alguna medida extraordinaria producto del impasse, eso quedó plenamente superado", explicó en rueda de prensa con Uribe.
Anunció la reactivación, mediante los embajadores de ambos países, de las comisiones bilaterales y de todos los convenios en lo político, económico, social y en materia de seguridad que venían impulsando.
Informó de una pronta visita de su vicepresidente, José Vicente Rangel, a las ciudades colombianas de Bogotá y Medellín para estrechar las relaciones entre los dos países, Además, dijo que ambos gobiernos acordaron impulsar con Brasil "proyectos trilaterales para continuar afianzando la integración sudamericana".
Chávez ratificó la decisión "más contundente e irrevocable" de luchar contra el terrorismo de cualquier signo y sin distinciones. Subrayó que su gobierno no apoya acto terrorista alguno, y que luchará con todas sus fuerzas, con la inteligencia, la contrainteligencia y todos los recursos a su alcance contra ese flagelo.
No obstante, reivindicó plenamente el concepto de soberanía que, dijo, debe ser reactivado y relanzado, como algo intrínseco a la existencia de un pueblo, un Estado. Apuntó que para eso están las constituciones y leyes de cada país.
"Para nosotros -expuso-, cuando vemos cómo se falta el respeto a pueblos desde centros de poder mundial, hay que levantar ese precepto". Abogó por una "sana praxis" de la soberanía, sobre todo entre pueblos hermanos y vecinos, para la vida de los pueblos y el desarrollo de las naciones.
Por su parte, Uribe externó que no podía desconocer que el desafío terrorista en Colombia engendra dificultades a sus vecinos y hermanos, y que considerando el examen de los últimos sucesos y las relaciones de dos años y medio con Venezuela, se desprende que debe haber una comunicación ágil.
Una comunicación, explicó, tanto entre los presidentes como entre los ministros de Defensa, de los comandantes de las fuerzas armadas y de las policías de ambos países. Subrayó que "la cooperación dentro del respeto implica cooperar para que no se afecte la soberanía y respetar la soberanía".
La crisis se desató luego que el 13 de diciembre fue "secuestrado" en territorio venezolano el líder guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Granda, y luego presentado oficialmente en Colombia como una captura gracias a un sistema de "recompensas", que involucró a militares venezolanos.
Para Venezuela fue un "secuestro" violatorio de su soberanía y de sus leyes; en el conflicto, Estados Unidos tomó partido por Colombia. En contraste, el diferendo fue disipado gracias a la mediación diplomática de Perú, Cuba, Brasil, Argentina y España.
El flujo comercial colombo-venezolano, de 2 mil 500 millones de dólares en 2004, fue el más afectado, pues Venezuela suspendió el comercio y los proyectos bilaterales. Las consecuencias se sintieron sobre todo el Colombia, en cuyas regiones límitrofes hubo desabasto de electricidad y gasolina.
Finalmente, Hugo Chávez defendió la compra de armamento ruso y sobre el llamado de alerta de Estados Unidos al respecto, señaló: "nosotros sí debemos estar preocupados por tantas armas que tienen ellos".
A su vez, Robert Zoellick, número dos del Departamento de Estado estadunidense, señaló que su gobierno no debe tener miedo de protestar ante Hugo Chávez, pues es él quien realmente "coarta las libertades".