Usted está aquí: domingo 13 de febrero de 2005 Política El euro, el dólar... ¿y nosotros?

Antonio Gershenson

El euro, el dólar... ¿y nosotros?

Ya se habían estado publicando versiones acerca del cambio de la composición de las reservas de divisas de varios países, comprando instrumentos financieros en euros o en monedas asiáticas y vendiendo una parte de los que tenían en dólares. Pero en los meses recientes las publicaciones han dado también cifras y aportado nuevos elementos.

Según datos de principios de diciembre de 2004 del Banco para Acuerdos Internacionales, miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) habían reducido el porcentaje de sus depósitos en dólares de 75 por ciento en el tercer trimestre de 2001 a 61.5 por ciento. En las decisiones involucradas habrían contado factores que iban desde la devaluación del precio real del petróleo, al estar éste definido en dólares, hasta el temor de millonarios musulmanes de un posible embargo de sus cuentas en Estados Unidos como parte de la guerra contra el terrorismo y contra el financiamiento del mismo. Resultó que los activos en dólares de los países de la OPEP bajaron 4 por ciento entre 2002 y finales de 2004, a pesar de los altos precios del petróleo en este último año. Otro dato complementario: según la financiera Morgan Stanley, las importaciones de la OPEP desde Europa aumentaron, entre 2001 y 2003, en 29 por ciento, mientras que las procedentes de Estados Unidos bajaron 14 por ciento.

A finales del año pasado, los ministros de Finanzas de los países del Golfo Pérsico, principal región petrolera del mundo, decidieron ir convirtiendo a euros las reservas que tenían en dólares.

Ya a principios de este año, se dio a conocer discretamente que los bonos emitidos por Chile lo serán preferentemente en euros, cuando que antes estaban nominados en dólares. En el foro de Davos, representantes chinos de instituciones públicas y privadas hablaron de las devaluaciones sucesivas del dólar y de los problemas que eso causa, planteando como alternativa un sistema basado no en una sola moneda de referencia, sino en una canasta que incluya el euro, el yen y el dólar.

Uno de los pasos más recientes en este proceso es la sucesión de medidas iniciadas con el anuncio, por el banco central ruso, de que a partir del mes en curso ya no se basará la paridad del rublo en el dólar, sino en una canasta que incluye también al euro. Inicialmente, el euro sólo participa con 10 por ciento; pero su participación irá aumentando hasta "un nivel que corresponda a las tareas de la política de tipos de cambio". Como no está claro, con esta descripción, cuál sería el porcentaje a alcanzar, se han publicado dos datos de referencia: 81 por ciento del petróleo que Rusia exporta va a Europa, y se lleva a cabo con esa misma zona 65 por ciento de su comercio exterior. Además, una parte de las reservas rusas ya está en oro.

Según el informe Tendencias de administración 2005, publicación financiera londinense, más de las dos terceras partes de los bancos centrales del mundo han aumentado el porcentaje de sus reservas en euros, sobre todo a costa del dólar.

Irán, importante exportador de petróleo y productor de petroquímicos, se inscribe en este proceso, con un agregado importante. Actualmente, la mayor parte del comercio petrolero internacional se lleva a cabo en las "bolsas petroleras" de Londres (IPE, International Petroleum Exchange) y Nueva York (Nymex). Pues el ministro iraní de Energía anunció la próxima apertura de una "bolsa petrolera" en Teherán. En ella las operaciones serían sobre todo en euros. También se habla de desplazar a la variedad de crudo Brent inglés, muy usada sobre todo en Europa y parte de Asia, debido a que su producción ya está en la fase de declinación terminal.

En general, se atribuye la caída del dólar al doble déficit estadunidense: en la balanza comercial, comprando mucho más, en dinero, que lo que se vende a otros países, y en el gasto del gobierno, muy superior a sus ingresos fiscales y similares. No se ve que estos factores puedan tener un cambio importante en el corto plazo.

Cuando a funcionarios mexicanos del sector financiero les preguntan al respecto, se han conformado con decir que la absoluta mayoría de nuestro petróleo se vende a Estados Unidos, y eso determina seguir totalmente con el dólar, pese a sus devaluaciones. Olvidan decir que vender a un solo país 85 por ciento de nuestro petróleo es una política deliberada del gobierno, así como en un tiempo se llevó a cabo otra política, expresada en el Plan Nacional de Desarrollo y en los programas de energía, de no vender a un solo país más de 50 por ciento de nuestras exportaciones petroleras. Y, claro, podría ahora haber otra política más que no afectara tanto a nuestro país.

Este es uno de los elementos que inciden en que, en cada vez más países, estemos presenciando cambios en la política económica. Además de este aspecto financiero, hay una tendencia a la recuperación de los recursos naturales, y en especial de los energéticos, y también tendencias a fortalecer el mercado interno, incluso en algunos países latinoamericanos.

Ese es el verdadero tipo de cambios que necesitamos. Y en cuanto a la relación con el exterior, debemos mantener un trato positivo con todos los países, incluyendo por supuesto a nuestros vecinos, pero al mismo tiempo diversificar nuestro comercio exterior y nuestras fuentes de financiamiento.

 
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