Usted está aquí: sábado 12 de febrero de 2005 Política Arruinan tribus consenso en el PRD

Leonel Cota-Guadalupe Acosta y Camilo Valenzuela-Otilia Galindo, las fórmulas

Arruinan tribus consenso en el PRD

Jesús Ortega declinó; pidió la secretaría general para su grupo

RENATO DAVALOS

Después de semanas de negociaciones, el perredismo no pudo alcanzar una fórmula unitaria para la presidencia y la secretaría general del partido, que habrá de elegirse el próximo 20 de marzo. Anoche, finalmente se registraron las candidaturas de Leonel Cota Montaño y Guadalupe Acosta Naranjo, por un lado, y de Camilo Valenzuela y Otilia Galindo, por otro.

El cabildeo que los perredistas profundizaron a lo largo del día de ayer no logró consenso para registrar una sola fórmula que evite la elección de marzo venidero.

Cuando ya había terminado la sesión del Consejo Nacional y tras reunirse con los amalios, Cota Montaño reveló que Camilo Valenzuela le solicitó la secretaría general. Esta posición, precisó el gobernador con licencia de Baja California Sur, se había ofrecido a los chuchos, después de que Jesús Ortega declinara ayer mismo a contender por la presidencia perredista.

Mi tarea, añadió Cota, es la reconstrucción del partido, y todavía aspiramos a llegar a un acuerdo en los próximos días.

Hacia las 22:00 horas, Leonel Godoy volvió a encerrarse con Valenzuela, en un último intento por evitar que se registrara. El esfuerzo fue infructuoso.

La presión de los amalios se acentuó, por lo que se realizó un encuentro nocturno antes del registro definitivo. Esta corriente quería que Carlos Sotelo, otro de los chuchos, fuera el compañero de fórmula de Leonel Cota.

No podemos entregar el partido a quienes lo sumieron en el endeudamiento, en la crisis en que se encuentra, justificó el diputado federal Pablo Franco, al detallar las razones por las que Camilo Valenzuela insistió en el registro.

Entre gritos de: "¡Leonel, entiende, la izquierda no se vende!", Valenzuela se registró y a las 22:55 entregó la documentación a Mauricio del Valle, responsable del servicio electoral.

En la esquina de Durango y Acapulco, en la colonia Roma, sede del servicio electoral, Leonel Cota escuchó las consignas mientras esperaba a Acosta Naranjo, quien finalmente llegó a las 23:10 horas. Todavía hablaron unos minutos, mientras llegaba Jesús Ortega Martínez. Hacia las 23:30 horas la mancuerna Cota Montaño- Acosta Naranjo se había registrado.

Quedaba atrás la pretendida fórmula unitaria y se abrían espacios a la elección del 20 de marzo. Héctor Bautista, quien había sido propuesto por Cota para la secretaría general, declinó con el compromiso de que en la integración del nuevo comité se privilegiará la presencia de los comités estatales.

El factor López Obrador

El eventual desafuero de López Obrador unificó a los perredistas en una negociación que salvó la candidatura de Leonel Cota a la presidencia del partido, pero originó el debate y la áspera disputa por la secretaría general.

El dilatado cabildeo en la búsqueda del consenso pasó de Leonel Cota, con los chuchos, a las pláticas de los amalios con los redires (Red de Izquierda Revolucionaria), y de la modificación, entrada la noche, de la convocatoria a la elección.

A propuesta del presidente saliente, Leonel Godoy Rangel, el Consejo Nacional -quizá en su última reunión bajo esta directiva interina, que llegó a sustituir a Rosario Robles Berlanga en agosto de 2003-, aprobó ampliar el registro de fórmulas y planillas, para todos los ámbitos de dirección, hasta el próximo lunes, a las 24 horas, pero conservó el plazo de las 24 horas de ayer para la mancuerna de presidente y secretario general.

Cota Montaño había logrado la aprobación de la mayoría de las tribus perredistas, y llegó a la negociación en el último día de registro con una propuesta para la secretaría general, que recaía en Héctor Bautista. Estaba consciente de que era una pieza de negociación y de que los chuchos presionarían para apoderarse de la secretaría general, cartera que han ocupado en los últimos años.

Jesús Ortega Martínez, líder de los chuchos, finalmente declinó en favor de Cota, pero al precio de la secretaría para su grupo. Los encuentros se multiplicaron. Los amalios también empujaron por el cargo, e inclusive se mencionó a Claudia Corichi, hija de Amalia García, gobernadora de Zacatecas.

El encuentro de las corrientes con Leonel Godoy se extendió a los gobernadores electos de Guerrero, Zeferino Torreblanca, y Narciso Agúndez, de Baja California Sur, pero sin el acuerdo esperado.

Los redires se atrincheraron con la candidatura de Camilo Valenzuela y el veto a los chuchos en la secretaría general, al igual que Izquierda Democrática Nacional (IDN). Los unyres (Unidad y Renovación), la corriente fundada por Rosario Robles, se plegaron más a la negociación conjunta.

Cota llegó al Centro de Negocios de la Canaco en medio de la cargada de paisanos y algunos que se sumaron al remolino que colmó la entrada del previsible nuevo líder perredista; también se le unieron Graco Ramírez (Unyr) y Carlos Navarrete (chuchos). Momentos antes habían llegado los mandatarios electos de Guerrero y Baja California Sur.

Ahí, a las 19 horas, en entrevista, Cota Montaño admitió que las corrientes no habían logrado el consenso y que sólo restaba la espera. Palabras que había mencionado Godoy tras el encuentro con éstas, mismas que refrendó más tarde.

En su mensaje al consejo, retrasado casi dos horas por el cabildeo, Godoy Rangel encomió los triunfos del domingo pasado y volvió al tema de López Obrador. Incluso, anunció que habrá un congreso nacional extraordinario en caso de que se consume el desafuero.

RENATO DAVALOS

No soy el candidato de López Obrador, aseguró Leonel Cota Montaño, quien es aceptado por la mayoría de las tribus del PRD para suceder a Leonel Godoy Rangel en la directiva nacional partidista. Pero soy aspirante de "muchos perredistas". Soy amigo de Lázaro Cárdenas y de otros. Tampoco "me vetó" el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas porque le expresé que de llegar a la dirigencia mi compromiso es con una "conducción imparcial" y un "juego limpio".

El tiempo de las corrientes "ya terminó", dijo ayer en entrevista el gobernador con licencia de Baja California Sur, en medio de los cabildeos para acordar una planilla de unidad en la directiva del partido. En su lugar, debe instaurarse la "institucionalización" partidista. "En este proceso conté con el apoyo de la mayoría de líderes de corrientes", apuntó.

Respecto a la herencia financiera de la gestión de Rosario Robles Berlanga, Cota Montaño respondió que "no habrá complicidades. En su tiempo tomaremos decisiones", prometió.

-¿Es usted el candidato de López Obrador?

-Soy el candidato de muchos perredistas -defendió. Tengo amigos personales, como el gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas. En el recorrido que hemos hecho por el país recibimos el apoyo de muchos comités, que dejaron sentir su peso específico, y en las últimas semanas vivimos una etapa en la que hemos buscado el consenso, aseguró.

-¿Pero tiene su apoyo?

-No lo descarto, pero este es un proceso de muchos perredistas. Ciertamente, he tenido varios contactos con él y con otros liderazgos del partido, que han asumido su propia responsabilidad. A todos les he expresado mi compromiso con un justo equilibrio y un juego limpio, no sólo para la definición del candidato a la Presidencia de la República, sino para la misma conducción del partido.

Mi decisión -abundó- fue separarme del comité promotor de redes ciudadanas en apoyo a López Obrador, en un afán de que hubiera equilibrio para todos los aspirantes.

-¿Esta decisión de separarse del comité promotor fue acordada con López Obrador?

-Fue una decisión propia que fue ampliada y comunicada a personas como el ingeniero Cárdenas Solórzano.

Cota Montaño relató el encuentro de hace unos días con el precandidato presidencial perredista, quien pretende buscar la primera magistratura del país por cuarta ocasión. Refirió que le ofreció garantías de pleno equilibrio en los procesos que se avecinan. "El conoce mi trabajo desde hace muchos años. Me dijo que prefiere mantenerse al margen del proceso sucesorio en la directiva perredista porque considera que no debe promover a ninguno de los aspirantes".

-¿No lo vetó?

-No, no lo hizo.

-Muchos perredistas le recriminan que no conoce al perredismo por dentro.

-Soy miembro del partido desde 1998. Apoyé a Cárdenas en 2000 y después a Rosario Robles, y luego a Godoy. No soy miembro de ninguna corriente, sino un perredista a secas. Al final de cuentas, esa circunstancia me ofrece ventajas de encabezar una dirección adecuada.

-¿Está cierto de que no lo asfixiarán las corrientes?

-No veo por qué sea así. No soy parte de ese juego. Pienso que la era de las corrientes ha concluido. Mi experiencia me indica que se puede construir el partido sin la dinámica de las corrientes.

-¿Cómo?

-Con un trabajo institucional. Las corrientes deben entender que su existencia no puede continuar a partir de la aspiración a un cargo o a partir de cuotas, sino de la discusión y el debate de las ideas.

-Recibiría un partido prácticamente en quiebra técnica.

-Sabemos trabajar sin dinero y con todas las limitaciones. No olvidemos que Baja California Sur fue la entidad que menos recursos recibió en el país.

-¿Permitirá que continúe la impunidad con los responsables del endeudamiento?

-No tengo mayor información. Habrá que conocer las cuentas y en su momento tomaremos decisiones a partir del detalle de la información.

-¿Si encontrara actos ilícitos los denunciaría?

-Lo diremos. No habrá impunidad.

 
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