RUIDOS DE LA CALLE
Pedro Páramo representa a Albert Pla. Hoy, en el Alicia
LA IMAGEN ES arquetípica: sentado en su sofá o recorriendo el escenario, un clown tímido nos arranca carcajadas:
"HOLA ... BUENAS NOCHES, voy a...ejem. A cantar canciones... ¿vale?..."
ALBERT PLA SE hace el tonto del pueblo, el bufón idiota; siempre lúcido.
"¿VOSOTROS HAN ESTADO alguna vez así como... tristes?", nos pregunta antes de relatar un día en que su corazón se escapó y se fue palpitando a recorrer la ciudad nocturna y él tuvo que ir a perseguirlo azorado hasta la ira, con ganas de incendiar la ciudad, desquiciado por el vacío y la tristeza.
SUS RELATOS FANTASTICOS reducen al absurdo cualquier convicción unívoca que hasta ese momento hubiéramos tenido. Pla cuenta su pasión por una hermosa mujer de piernas largas y pechos voluptuosos que tiene no sólo una bella mirada sino más de dos ... más de mil ojos de todos los colores (¿es acaso una mosca o una aldea nocturna iluminada por mil ventanas?) Ella "abre y cierra los ojos como sube y como baja la marea" canta Pla enamorado de esta freak que le enseña a ver las cosas "con otra perspectiva" pero, "¡qué fatalidad!" ... cuando ella ... se pone a llorar.
"Cáscaras de sal, río de amargura"
HASTA AQUI LA cosa parece tierna. Pero Pla también es terrible. Joaquín el Necio es la historia de un racista que le corta el pene al amante de su novia porque cree que el usurpador, al ser negro, lo tendría más grande que el suyo. Mientras que La dejo o no la dejo cuenta de alguien que se ha enamorado de una terrorista y de pronto comienza a sospecharlo. La disquera BMG la censuró en 1995 "por elogiar la violencia". Una canción inocua, al menos que caricaturizar la estupidez es un elogio a la violencia.
SUS HISTORIAS VIENEN del otro lado de la vida, desde allá donde nos miran los dementes, los deformes y los desesperados. Pla es un outsider que desgrana el absurdo de los consensos cotidianos. A veces es cruel, como los niños que dicen lo que ven sin mediaciones. Sí, sus letras tienen un efecto similar al de las preguntas simples e incontestables que éstos nos formulan.
UN BUEN DIA, El Gallo Eduardo Montenegro despertó afónico y no pudo cantar para que el sol saliera. El sol apareció de todos modos, por lo que Eduardo se sumió en una profunda crisis existencial que lo llevó a dejar el gallinero, para ir a "buscar la respuesta de todas las cosas":
"LO UNICO QUE sube al cielo / son los pedos que se tiran los gusanos / cuando comen tus despojos"
LAS DESCRIPCIONES DE Albert son profusas, incluso detalla los efectos que una sequía tendría en los genitales al quedar desaseados o al hallar en el water "la gran cagada del amor".
NADIE SE SALVA. En Carta al rey Melchor narra cómo un plebeyo se enamora de la hija del Rey, figura intocable en España: "Yo por amor soy capaz de mandar a la mierda mis firmes principios de republicano/ que me convierto en su esbirro, majestad / sólo pensar que quisierais ser mi suegro, majestad / yo ya le adoro, yo le adulo y hasta le beso en el culo ... Majestad".
LA MUSICA RANCHERA aparece en Sufre como yo, que lleva al extremo nuestros mexicanísimos azotes etílicos: "Yo quiero que tú sufras lo que yo sufro / yo quiero que te asomes a cada hora / como un preso aferrado a su ventana / yo te deseo la muerte donde tú estés / y aprenderé a rezar para lograrlo".
NADA MAS ACERTADO que Luis Mario Moncada lo haya programado en el Centro Cultural Helénico, cuya vocación es el teatro. Claro: el trabajo de Pla es canción tragicómica sostenida sonoramente por el virtuosismo de Diego, guitarrista gitano, pero también es teatro, narrativa, crónica y poesía. La lírica en las rolas de Albert se refuerza por la expresión facial y corporal en cada una de sus palabras. Por lo mismo, sus letras son irreductibles. Tanto, que Albert nunca sabe responder más que monosílabos en las entrevistas, incomodando a los reporteros.
SU FAMA DE no dar entrevistas es falsa: las concede, sólo que apenas responde las preguntas. El periodista suele buscar una explicación de sus letras, de sus paradojas, de la inasible "irracionalidad" de sus historias, que parecen sueños, como las fantasías de un niño que intentara describir la terrible realidad que le rodea y a quien sería ocioso preguntar qué quiso decir exactamente. Así que Pla calla.
NO SE TRATA de divismo ni de sosa timidez, sino de pasmo. "No es que deteste las entrevistas", se disculpa, sino que "no se me ocurre nada que decir".
PLA ACTUO EN la cinta Carne trémula, de Pedro Almodóvar, así como en Air Bag, donde aparece dentro de un "puticlub" cantando la rola de Jeannette Soy rebelde:
"YO SOY REBELDE porque el mundo me ha hecho así/ porque nadie me ha tratado con amor/ porque nadie me ha querido nunca oír"
IRONIA, SARCASMO Y autoparodia. Sus letras son conmovedoras. Sobre todo tremendas. Casi me atrevería a afirmar que hay cierta inocencia desnuda. Mejor dicho, descarnada.
MELANCOLIA Y EXTRAÑEZA ante el mundo. Inerme, frágil, Albert Pla aparece en el escenario con su guitarra. Pronto la sala se inflama y lo que parecía ser un tierno cantante a punto de pedir perdón, resulta ser un histrión hirsuto contando historias radicales. Oníricas. Un camaleón que transita de un personaje a otro. Un mimo que controla todos los músculos de su cara.
Y TODO ALBERT es un personaje onírico. Hace dos años me despertó una llamada desde Barcelona avisándome del primer viaje de Pla a México: "mi nombre es Pedro Páramo". Pensé que era una broma, pero no. Tal es el nombre del manager de Albert Pla, su guía por los Comalas del mundo.
POR LO PRONTO, hoy, a las 20:15 horas, Pla presentará su obra Matacerdos, donde participa junto a Judith Farres y Diego Cortés, y que en esta ocasión contará con la participación como invitado especial del maestro Jaime López. La cita es en el Multiforo Cultural Alicia (Av. Cuauhtémoc 91-A, col. Roma, entre Colima y Durango, cerca de los metros Cuauhtémoc y Niños Héroes. 5511-2100). Entrada: $70.