"El problema sigue ahí", le recuerda al Presidente
Fincar cargos al más alto nivel, exige el obispo Vera
Demanda a autoridades federales desmilitarizar el estado
El informe divulgado por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas no es para generar escándalos, sino para fincar responsabilidad al más alto nivel, luchar contra la impunidad y denunciar la persistente estrategia paramilitar en la zona, declaró el obispo de Saltillo, Raúl Vera López. "También habrá que recordarle al presidente Vicente Fox -agregó- que la paz no está firmada y los graves problemas siguen ahí, esperando a ser resueltos."
Además, señaló que la exigencia es que el gobierno federal desarme y desarticule todos los grupos paramilitares, repare los daños a la población, comience el proceso de retorno de miles de personas que han sido desplazadas y desmilitarice el estado de Chiapas.
Entrevistado vía telefónica durante una visita pastoral a las parroquias de la ciudad de Monclova -que forman parte de la diócesis saltillense-, el prelado expuso que el informe del centro de derechos, que da cuenta de las declaraciones de un ex comandante de Paz y Justicia de que éste y muchos otros grupos paramilitares eran preparados y armados por el Ejército Mexicano, "sólo viene a confirmar lo que nosotros en la diócesis de San Cristóbal de las Casas ya habíamos denunciado y nadie nos creía".
El 4 de octubre de 1995 Vera López tomó posesión como obispo coadjutor -con derecho a sucesión- de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, pero cuatro años después, el 30 de diciembre de 1999, cuando todo apuntaba a que sucedería en el cargo a Samuel Ruiz, debido a que éste había llegado a la edad límite de 75 años, el papa Juan Pablo II, inexplicablemente, lo "removió" a la diócesis de Saltillo.
Para muchos este traslado se debió a la posición crítica asumida por el obispo Vera, a veces tanto o más que la del propio Samuel Ruiz. Ambos sufrieron el 4 de noviembre de 1997 una emboscada perpetrada por grupos paramilitares, en la que resultaron heridos dos de los catequistas que los acompañaban.
Durante la entrevista, el prelado insistió en que había suficientes indicios y pruebas para identificar que la "estrategia de contrainsurgencia" era planeada, llevada y preparada por "mentes militares" y no era casualidad que en los lugares tomados por el Ejército Mexicano surgían poco después grupos armados de autodefensa. "Nosotros denunciamos con insistencia la guerra de baja intensidad, pero nunca nos creyeron, o mejor dicho, jamás nos quisieron oír las instancias gubernamentales", agregó.
Preocupado por la situación que persiste con la misma "estrategia militar" en la zona norte y Altos de Chiapas, el obispo de Saltillo señaló que los problemas siguen ahí, tampoco se han resuelto por el llamado "gobierno del cambio". Por ejemplo, dijo, muchas tierras siguen ocupadas en los territorios que tienen las bases zapatistas y que eran de los caciques y terratenientes. "¿Qué va a pasar después, con otro gobierno? El problema de Chiapas no se ha resuelto; ahí está, incluso para los que no lo quieren ver."
Calificó de "sumamente positivos" la labor y el informe del centro Fray Bartolomé de las Casas, pues es una forma de hacer presente el problema de Chiapas, de denunciar la violación de los derechos humanos de muchas personas y la comisión de crímenes de lesa humanidad, así como la advertencia de que la situación puede agravarse debido a que se aproximan momentos políticos difíciles y de trascendencia, como las elecciones estatales y las presidenciales de 2006. "Hay un temor real de que la situación pueda empeorar", alertó.
Finalmente, Vera recordó que aun cuando se presentó la denuncia de la emboscada de la que fueron objeto los dos obispos, jamás se informó de los avances, pese a que acudieron al lugar agentes del Ministerio Público, agentes periciales y se recogieron múltiples casquillos de armas.