Usted está aquí: jueves 10 de febrero de 2005 Opinión Un nuevo escenario

Orlando Delgado Selley

Un nuevo escenario

El contundente triunfo electoral de los guerrerenses y la aceleración del proceso de desafuero contra el jefe de Gobierno del Distrito Federal marcan las nuevas coordenadas del conflicto político. Ganar la gubernatura en uno de los estados con mayores índices de pobreza en el país y con un caciquismo ligado indisolublemente al aparato priísta, abren una puerta para incorporar a ese estado al desarrollo nacional mediante un amplio programa de inversiones públicas y privadas. La decisión del PRI y del PAN de impedir la presentación de nuevos alegatos en el juicio de procedencia, muestran que la decisión está tomada y que conviene a los dos grupos defensores de la ortodoxia neoliberal aprovechar que se inicia en el PRD la definición de la dirigencia nacional.

La economía mexicana, por su parte, luego de un año de crecimiento de 4 por ciento, no parece confirmar el optimismo gubernamental. El dato del crecimiento del PIB de Estados Unidos en el cuarto trimestre de 2004 refleja una desaceleración que hace pensar que el aumento de 4.4 por ciento del PIB anual se reducirá en 2005. A ello pudiera contribuir la creciente debilidad del dólar que impacta el déficit comercial, lo que se refuerza por el imparable consumo de los estadunidenses. Los precios del crudo, aunque permanecerán altos, no alcanzarán los niveles de 2004. Las remesas de nuestros compatriotas en el país vecino difícilmente alcanzarán el monto observado. Esto, por supuesto, impactará negativamente el desempeño de nuestra economía que solamente logrará un crecimiento de 3.5 por ciento en este año.

El Banco de México, ocupado exclusivamente de controlar la inflación, persiste en incrementos al corto que, cada vez, tienen menores impactos en la reducción del ritmo de crecimiento de los precios, pero que inescapablemente castiga la actividad económica y la generación de empleos nuevos. Hasta el sector informal ha dejado de ser válvula de escape para los buscadores de empleo, lo cual se refleja en el aumento de la tasa de desempleo abierto y se confirma con el dato de los trabajadores afiliados al IMSS. Los bancos privados, una vez más, son ejemplo de rentabilidad en el mundo, aunque han dejado hace tiempo de cumplir con su función de intermediación entre el ahorro y la inversión. El campo permanece en el abandono, pese a que al Presidente le parece que tenemos al mejor secretario de Agricultura de la historia.

La propuesta que han presentado tanto López Obrador como Cárdenas explicita las prioridades de un gobierno que expresamente se propondría gobernar con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de la gente. Para ello, no sólo hace falta un gobierno que en verdad se lo plantee, sino un proyecto que convoque a los diferentes sectores de la sociedad: a los empresarios que auténticamente se propongan invertir en el país, que generen empleo y remuneren a los trabajadores adecuadamente; a los trabajadores del campo y la ciudad que tendrán que aportar su único activo: su capacidad de trabajo y que a cambio demandan una retribución que les permita vivir en condiciones decorosas.

Esta tiene que ser la prioridad. Pagar los enormes déficit sociales, antes que preocuparse del mantenimiento a toda costa de los supuestos equilibrios fundamentales. Ello exige alejarse de aspectos centrales de la ortodoxia neoliberal: la autonomía del banco central y su dedicación única al control de precios, el mantenimiento del déficit fiscal en niveles cercanos a un punto del producto, el pago a toda costa de la deuda publica tanto externa como interna, el cumplimiento irrestricto de los compromisos derivados del Fobaproa, que siguen siendo inadmisibles; el sostenimiento de un Estado con capacidades de acción reducidas.

Un proyecto alternativo de nación tiene que pronunciarse expresamente en estas materias. La experiencia del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, que ha cumplido con las tareas que no había logrado instrumentar Fernando Henrique Cardoso, ha merecido los elogios de las corredurías financieras internacionales, pero los pobladores brasileños están lejos de reconocer como suyo ese gobierno. La experiencia en el canje de bonos de la deuda pública argentina abre una vía que tiene que considerar cualquier propuesta de gobierno que se proponga actuar a favor de la gente.

Así las cosas, con Guerrero gobernado por un empresario nacionalista y con el desafuero inminente, es momento de definiciones. La propuesta económica de la izquierda electoral tiene que explicitar sus compromisos, al tiempo que resuelve unitariamente la elección de sus dirigentes, a partir de principios elementales de equidad en la decisión para elegir candidato a 2006, conocimiento del partido y, fundamentalmente, una clara convicción de izquierda.

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