Usted está aquí: miércoles 9 de febrero de 2005 Espectáculos El fotógrafo Gerardo Pineda eterniza flora y fauna chiapanecas en A petición del mar

También exhibe su obra en el Centro Cultural de Chiapas Jaime Sabines

El fotógrafo Gerardo Pineda eterniza flora y fauna chiapanecas en A petición del mar

JAVIER MOLINA

San Cristobal de las Casas, Chis., 8 de febrero. "El mar siempre me ha provocado temor; se me impone, pero al mismo tiempo me enamora, me atrae, tal vez ese sea el motivo principal para fotografiarlo", afirma Gerardo Pineda, autor del libro A petición del mar, publicado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes en su serie Artes Visuales, fotografía de la colección Biblioteca Popular de Chiapas.

Gerardo Pineda, quien con el mismo título expone su trabajo en el Centro Cultural de Chiapas Jaime Sabines, nació en la costa del estado, en Tonalá en 1971. Licenciado en comunicación y relaciones públicas, estuvo en la Escuela Activa de Fotografía de 1994 a 1996, y en 1997 ingresó al Centro de la Imagen para estudiar fotografía documental, asesorado por Yolanda Andrade. Desde 1995 ha fotografiado las costumbres y tradiciones de cuatro comunidades pesqueras de su tierra (de su agua) natal: Cabeza de Toro, Paredón, La Polka y Boca del Cielo.

A petición del mar es una especie de homenaje al poeta Joaquín Vázquez Aguilar, ya fallecido, originario de Cabeza de Toro y autor del poema Sí nombrado, que comienza diciendo: "Escribo como el que por primera vez se ve las manos/ y tiene sed/ y bebe golondrinas/ no dejo más huella/ que la de mis pies en la arena del mundo".

Para Gerardo la fotografía "es eternizar un momento, atraparlo, hacerlo mío a través de luces y sombras. Todo mi trabajo es en blanco y negro, porque me parece que la foto así es más mágica, irreal y, hasta cierto punto poética".

Es claro que la costa chiapaneca no está documentada tan ampliamente como los Altos, sobre todo a partir de 1994, por el movimiento indígena, "pero en la costa también hay tradiciones, cultura y como que nos particularizamos, aún siendo chiapanecos, tenemos nuestros modismos; hasta la manera de vestir es muy particular, la manera de hablar...", precisa el fotógrafo.

"Mi trabajo se enfoca a todo lo que proviene del mar, a todo lo que nos refiere, desde la gente hasta los objetos. La naturaleza", puntualiza el artista.

"La naturaleza quieta, este factor de su mirada, es donde se nos ofrecen especiales encuentros -escribe Armando Cristeto-: observemos los caracoles en sus redondeces, esa mano que sostiene un pequeño pescado y una amplia bolsa con totopos, el zanate (pájaro negro casi empotrado en la arena), los pescados abiertos tendidos al sol sobre la malla metálica, que se vuelven vegetales, flores secas o tabaco dependiendo de lo caprichoso de nuestro observar."

El libro comienza justamente con la imagen de la mano que sostiene el alimento: el pez y la bolsa de totopos. "Esta foto representa uno de los momentos más comunes entre la población costeña -expresa Gerardo Pineda-. Es típico ver a las mujeres a la espera de las embarcaciones que traen los pescadores, y obviamente los totopos son parte de la alimentación diaria de estas regiones."

A propósito de una de las definiciones de la fotografía, refiere que "es muy complicado fotografiar en el mar, por los reflejos del sol, por la intensidad de la luz, es muy difícil controlar la cámara, pero también representa un gran placer el hecho de hacerlo".

Estamos ante una fotografía testimonial y, al mismo tiempo, poética. Huellas en la arena del mundo.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.