Primera colectiva de artistas contemporáneos nacionales en el Reina Sofía
Osvaldo Sánchez: no se buscó simbolizar la producción artística de México
Incluye más de 70 creaciones entre pintura, escultura, fotografía, video e instalación
Se busca tejer un discurso entre obras de los años 90 y de hace 18 meses, dijo el curador
Ampliar la imagen Como acto previo a la inauguraci�e la feria Arco, en el Museo del Centro de Arte Reina Sof�se abri�a colectiva de m�de 40 artistas mexicanos. Aqu�na de las obras en exhibici�OTO Cortesia Arco
Madrid, 8 de febrero. La exposición Eco: arte contemporáneo mexicano no aspira, en palabras del curador Osvaldo Sánchez, a erigirse en ''la representación" o ''símbolo" de la producción artística de los anteriores 10 o 15 años en México.
Al contrario, explicó, pretende cuestionar las convenciones y tópicos que se han instalado en el mercado del arte actual, que suele concebir al ''arte contemporáneo" como lo creado por ''jóvenes de 20 años" y mientras más artificios mejor.
La muestra fue inaugurada hoy en el Museo Centro de Arte Reina Sofía, que acoge por primera vez una exposición colectiva de artistas mexicanos de nuestros días, para lo que destinó un amplio espacio para exhibir más de 70 obras, entre pintura, escultura, fotografía, video, instalación, documentación y material de archivo.
Figuran más de 40 artistas, entre ellos Thomas Glassford, Teresa Margolles, Marcos Kurtycz, Francisco Toledo, Ulises Carrión, Betsabée Romero, Yishai Jusidman, Miguel Calderón, Diego Teo, Iñaki Bonillas, Mariana Botey, Miguel Calderón y Fernando García Correa.
La selección de las piezas y de los artistas fue responsabilidad de Sánchez, que contó con la colaboración del crítico Kevin Power, quienes acordaron adoptar como criterio esencial la anulación de cualquier ''andamiaje teórico" para llevar a cabo la muestra.
Representar es un discurso de poder
Osvaldo Sánchez, ex director del Museo Carrillo Gil de México, explicó a La Jornada que esa colectiva no representa ''ni siquiera un periodo cerrado, simplemente decidimos hablar un poco de lo que sucede y de lo que ha pasado con la idea de que la contemporaneidad es un término que permite hablar de quién está vivo y cuáles son las obras que marcan un sentimiento de época.
''A partir de ahí está hecha la selección, por tanto, no es un exposición cronológica ni de ensayo histórico. Se trata de pensar realmente qué piezas pudieran tejer un discurso que relaciona obra de principios de los años 90 con obra de hace año y medio."
En la exposición se privilegian las instalaciones, las videocreaciones y las esculturas frente a la pintura, que se hace presente con obras de Julio Galán, Gun-ther Gerszo, Francisco Castro Leñero y Enrique Guzmán.
Sánchez manifestó que una de las intenciones de la muestra es criticar algunas convenciones que se instalan en el mercado internacional.
''Se trata de romper un tipo de dinámica en la legitimación, que es muy perfectible y que se establece en el mercado de arte, que hace a todo mundo pensar en que lo contemporáneo está hecho hoy o es el arte hecho por chavos de 20 años.
''La exposición intenta decir muy modestamente que es importante detenerse un poco para ver qué se ha hecho en los años recientes o reflexionar en por qué Gerszo, quien murió hace cinco años, no es contemporáneo de Pablo Vargaslugo. Se trata de hacer determinadas preguntas sobre la simultaneidad y la complejidad del presente sin tener que supeditarnos a esta especie de compulsión que provee la dinámica del mercado.''
El curador de Eco... rechaza de manera tajante cualquier definición que sitúe a la muestra en una especie de discurso o reflexión sobre la identidad mexicana, al señalar que ''no se trata de crear un discurso de mexicanidad, sino de decir que México es un país muy complejo y por eso en parte elegimos la pieza de Santiago Sierra, por representar una crítica a los artistas que representan al Estado-nación y que además demuestra que el propio creador se tuvo que ir a México para hacer esa pieza.
''Se cuestiona la idea institucional de la identidad nacional como paquete, más bien se trata de ir a todas las esquinas de la complejidad mexicana y de hacer preguntas en relación con esos supuestos para que además las piezas se relacionen entre ellas. La identidad mexicana de las obras nace de las propias obras, no sale de la identidad construida desde la institución, por eso también decimos que esta idea de México también es discernible."
A la pregunta de si con esa selección de obras se buscó representar algo, el experto afirmó: ''No creo en la idea de representación, pues todo lo que significa representar es un discurso de poder. Hay que atender la idea de que son sólo fragmentos y ficciones culturales."
-¿Seleccionar también es un acto de poder?
-Por supuesto, pero se pretende seleccionar con base en una complejidad, no a partir de que aquí están los 10 artistas más importantes de la década anterior."
El comisario Kevin Power, a su vez, señaló que ''las grandes muestras mexicanas de los últimos tres o cuatro años han intentado deslindarse de cualquier tipo de representación nacional por considerarla irrelevante para lo que estaba ocurriendo en el arte, y que el eje central de la representación nacional se ha convertido, como debería ser, en algo interno para el arte, como las estrategias neoconceptuales de los años 90. Esta muestra está llena de ecos y continuidades. Mira hacia atrás y hacia delante mediante obras que, a mi parecer, se han ganado su lugar en el arte. Y mucho más que esto, han abierto nuevas posibilidades".
La crítica e historiadora mexicana Itala Schmelz señaló que ''esta muestra es como un collage en el cual nada se pega. Esa selección lejos de introducirnos en el arte mexicano de manera objetiva, permite, en todo caso, interpretar con freudianismo genérico al curador. A través de sus preferencias objetuales se puede colegir un proceso sensual. Se trata de una exposición básicamente homoerotizada, surcada de falos, tan provocativa como diversa, donde predomina una actitud de perversión y lujuria. Piezas con aura propia que, como quería el curador, están reunidas más no revueltas. Terreno minado por una seducción reactiva al espectador, obras que revelas los procesos más diversos que puede tomar la subjetivación".
Tijuana sessions
El incesante bullicio de artistas, galeristas y críticos mexicanos en Madrid se trasladó ayer por la noche a la sede la Consejería de Cultura y Deportes de la Comunidad de Madrid, que se convirtió de forma excepcional en gran sala de exposiciones.
Allí se inauguró la muestra Tijuana sessions, que reúne diversas formas de expresión artística surgidas en esa ciudad fronteriza. Se intenta explorar la interrelación entre Tijuana y las ciudades estadunidenses vecinas: San Diego, Los Angeles y San Francisco; el impacto creativo que genera el cruce de disciplinas. Entre los artistas que participan destacan Gerardo Yépiz, Bulbo, Taia Candiani, Hans Fjellestad, Julio Morales, Jaime Ruiz Otis y Sergio de la Torre.
Se alude a un fenómeno cultural en proceso de consolidación y estrechamente ligado a los creadores que, en los anteriores cinco años, ha puesto el quehacer artístico de Tijuana en el contexto de los paradigmas visuales del país.