"Hace demasiadas concesiones a los grupos económicos", expresa el perredista

Cuestiona Rascón el proyecto del jefe del GDF

ALONSO URRUTIA

El debate central de la elección de 2006 radica en el rumbo del modelo económico, si persiste el proyecto neoliberal o se rectifica hacia uno alternativo que enfrente las desigualdades sociales. Sin embargo, los grupos conservadores que ven el crecimiento de la presencia de Andrés Manuel López Obrador no quieren someter este dilema a las urnas y optan por el desafuero, sostuvo Ignacio Marván Laborde, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica.

En contraste, para el perredista Marco Rascón el proyecto de nación de López Obrador no es acorde a los principios de izquierda y se asemeja más a un modelo neoliberal o, en su caso, hace demasiadas concesiones a los grupos económicos. De cualquier manera, afirmó, lo importante no está en lo que se dice en el documento, sino en lo que no se dice, como en la plataforma de 2000: "ahí no se apuntaba que habría segundos pisos o un programa policiaco de cero tolerancia".

Durante un foro organizado por la Casa Lamm y La Jornada, la especialista Magdalena Gómez destacó como una de las vertientes fundamentales del proyecto de López Obrador el sesgo social: la tentativa de dar un viraje en las políticas neoliberales y abatir el costo del Fobaproa.

En su oportunidad, el economista Miguel Angel Rivera habló de la importancia de ese proyecto alternativo, pero alertó sobre las limitaciones que tiene: en estos tiempos no se puede seguir pensando que las industrias energética y de la construcción pueden ser la palanca para detonar la reactivación económica; es preciso optar por la educación y el desarrollo científico para ser realmente competitivos en esta época globalizada.

Para Marván el dilema fundamental de la democracia mexicana es la desigualdad social, ya que sin su combate no hay viabilidad en el sistema democrático. "Por eso la gente está desencantada con el actual gobierno, pues no modificó el proyecto neoliberal y no se vale culpar a la democracia de la falta de cambios.

"Sólo modificando la política económica y social se puede hacer esta democracia sustentable y avanzar en una gobernabilidad democrática, pues sin distribución de la riqueza no hay modelo viable. Se debe reorientar el presupuesto abatiendo el gasto suntuario y alentando el gasto social; combatir la corrupción estructural y aplicar una política fiscal de incentivos y de disciplina para combatir la pobreza así como reactivar la economía."

Sin embargo, el punto medular es que hay sectores que no están dispuestos a que la vigencia del modelo neoliberal pueda ser sometida a las urnas, y por ello empujan por el desafuero sin importar el impacto que tenga en la democracia mexicana. "Pero el proyecto alternativo no lo va a decidir una coalición perversa de políticos, sino las urnas o la resistencia civil pacífica: estos grupos tienen la palabra de cuál será la opción", expuso.

Por su parte, Rascón consideró que el proyecto de López Obrador tiene muchas concesiones a la derecha y muy poco contenido de izquierda. Consideró que el jefe de Gobierno capitalino usa la misma estrategia foxista: decirle a cada sector lo que quiere oír sin concretar nada.

Se preguntó si el proyecto de López Obrador recoge alguna de las viejas demandas de la izquierda o más bien es un planteamiento restaurador del actual modelo neoliberal. Cuestionó que en ese documento la globalización sea algo irreversible con todos sus efectos nocivos sin plantear alternativas, y que tampoco se incluyan replanteamientos en las relaciones con Estados Unidos.

Destacó que en muchos aspectos el documento trasluce un seguimiento de las políticas foxistas: el problema de las pensiones o el seguro popular. Deploró que en el caso Fobaproa se sugiera una negociación con los banqueros y se abandone una postura de reducir el costo fiscal.

Para Gómez, entre lo más importante del programa de López Obrador esta el abandono de las políticas neoliberales que han provocado mayor desigualdad social.