Usted está aquí: miércoles 9 de febrero de 2005 Política Zedillo propuso el diálogo en 1995, pero lanzó al Ejército contra el EZLN

Marcos reconoció la iniciativa, pero advirtió que la situación no había cambiado

Zedillo propuso el diálogo en 1995, pero lanzó al Ejército contra el EZLN

Lozano Gracia destapó la estrategia oficial; PGR acusó de torroristas a los zapatistas

JESUS ARANDA

Ampliar la imagen Ernesto Zedillo, di�go y ofensiva militar FOTO Archivo La Jornada

Al asumir la Presidencia de la República, el primero de diciembre de 1994, Ernesto Zedillo dijo estar "convencido" de que era posible lograr "una nueva negociación" para avanzar hacia "una paz justa, digna y definitiva" en Chiapas. Sin embargo, al tiempo que convocaba al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) al diálogo, instruía a la Procuraduría General de la República (PGR) para que actuara penalmente contra los dirigentes zapatistas.

El 9 de febrero de 1995, Zedillo dijo, en un mensaje a la nación, que su gobierno había establecido -con base en el descubrimiento de "dos arsenales" en Veracruz y el Distrito Federal- que los zapatistas, "lejos de prepararse para el diálogo", estaban a punto de emprender nuevos actos de violencia.

El entonces presidente señaló que quedaba claro que el origen, la composición de la dirigencia del EZLN y los propósitos de su agrupación "no son ni populares, ni indígenas, ni chiapanecos", sino que se trataba de un grupo guerrillero que derivaba de las Fuerzas de Liberación Nacional -creadas en 1969- y que era partidario "de la lucha armada para tomar el poder político".

Tuvieron que transcurrir 11 meses para que Zedillo considerara que el movimiento zapatista buscaba el poder por la vía de las armas, y que eso no lo podía permitir su gobierno, además de que no era posible mantenerse indiferente ante violaciones a la Constitución, "que implican -dijo- una clara amenaza al pueblo de México y al orden público".

El mensaje presidencial fue acompañado por el avance del Ejército Mexicano hacia los municipios de Simojovel y San Andrés Larráinzar -de donde se había replegado apenas el 17 de enero de 1995-, pero además, los militares ocuparon sitios emblemáticos que los zapatistas habían mantenido en su poder desde el levantamiento armado del 31 de diciembre de 1994: Guadalupe Tepeyac y los que luego serían Aguascalientes.

La frágil tregua en la zona de conflicto se rompió con la muerte del coronel Hugo Alfredo Manterola Cedillo, ocurrida un día después del despliegue de tropas en la zona de conflicto, la cual se sumó a la de miembros del EZLN que quedaron en el anonimato.

Con el tiempo se restableció la tregua, pero la confianza perdida nunca se recuperó.

El 11 de diciembre, Zedillo anunció en Miami que no designaría a un nuevo comisionado para la paz y la reconciliación -como en su momento lo hizo Carlos Salinas de Gortari-, sino que establecería un canal "más institucional".

Para ese entonces, el EZLN y el Ejército Mexicano se encontraban en alerta máxima.

En una inusual declaración, el 12 de diciembre el cardenal Ernesto Corripio Ahumada instó a las partes en conflicto a ser tolerantes y sostener un diálogo al más alto nivel.

El 13 de diciembre, Zedillo mantenía su versión: "¡Que quede claro: en Chiapas no habrá guerra!"; aunque el presidente habría cuestionado, en un encuentro con asambleístas del Distrito Federal, las declaraciones del subcomandante Marcos, en el sentido de que éste se equivocó al plantear la disyuntiva: la renuncia de Eduardo Robledo a asumir la gubernatura de Chiapas o la guerra.

El 14 de diciembre, el mandatario anunció, en cadena nacional, que proponía al Congreso de la Unión la creación de una comisión para el diálogo.

Un día después, la Presidencia de la República dio a conocer el contenido de dos cartas que Zedillo, en su carácter de presidente electo, había enviado a la dirigencia nacional zapatista. En la primera misiva, fechada el 15 de septiembre de ese año, planteaba la necesidad de construir la confianza y el respeto mutuos, "sin exigir sacrificios a las divergencias", con la idea de mantener un diálogo directo y secreto.

De esa manera salió a la luz pública la labor de Mario Luis Fuentes, uno de los más cercanos colaboradores de Ernesto Zedillo durante su campaña presidencial.

Fuentes, quien se desempeñaba como encargado de la Subcomisión de Principios y Programas Sociales del Partido Revolucionario Institucional (PRI), fue el enlace entre el candidato y los miembros de la Comisión Nacional de Intermediación (Conai) para hacerle llegar a los zapatistas señales de distensión.

Por su parte, el subcomandante Marcos le respondió en una carta, el 16 de diciembre, que no podía dejar de reconocer la voluntad de Zedillo para tomar la iniciativa en la comunicación, pero advirtió que "las señales gubernamentales y la situación nacional siguen hablando en sentido contrario".

Posteriormente, el presidente Ernesto Zedillo indicó que, ante la negativa del EZLN de sentarse a dialogar, proponía la creación de una comisión legislativa para entablar el diálogo con los dirigentes zapatistas, aunque aclaró que eso no significaba que se desentendiera de su responsabilidad en Chiapas.

El máximo acercamiento entre las partes tuvo lugar el 15 de enero, cuando el titular de la Secretaría de Gobernación, Esteban Moctezuma Barragán, se entrevistó con el subcomandante Marcos "en algún lugar de la selva Lacandona".

El encuentro, en el que estuvo presente el obispo Samuel Ruiz como representante de la Conai, tuvo como resultado algunos acuerdos de distensión, aunque la parte oficial se negó a aceptar la firma de una tregua permanente.

A pesar de que el Ejército se retiró de Simojovel, los pequeños avances alcanzados quedaron rápidamente desbordados.

El 9 de febrero quedó al descubierto la estrategia presidencial; el procurador general de la República, Antonio Lozano Gracia, dio a conocer que miembros de la dirigencia del EZLN habían sido acusados por la PGR de delitos que iban desde el uso de armas exclusivas del Ejército, hasta terrorismo; que se habían incautado ''arsenales'' en Veracruz y el Distrito Federal, consistentes en ocho granadas de fragmentación, diez pistolas, una ametralladora Uzi y seis rifles lanzagranadas, entre otros.

Lozano Gracia advirtió, en conferencia de prensa, que la PGR se abocaría ''a la localización y detención de los presuntos responsables, a fin de ponerlos a disposición del juez que conoce de la causa''.

Una vez que el funcionario ''justificó'' la acción de la procuraduría, y la orden de captura en contra de Rafael Sebastián Guillén, Zedillo sostuvo que la decisión de detener a quien identificó como el subcomandante Marcos ''de ninguna manera significa que el gobierno prefiera optar por la violencia para resolver el conflicto en Chiapas, ni que renuncia a su responsabilidad de atender las legítimas causas de inconformidad en el estado''.

Al día siguiente de que se inició la ofensiva judicial y militar en la zona de conflicto murió baleado el coronel Hugo Alfredo Manterola Cedillo, cuando encabezaba un convoy blindado en Nuevo Momón. La ofensiva del Ejército abarcó 12 municipios zapatistas.

La Conai, por conducto del obispo Samuel Ruiz, hizo reiterados llamados a restaurar la tregua. Mientras, la sociedad civil dejó en claro su sentir, el sábado 11 de marzo en el Zócalo de la ciudad de México, cuando más de 100 mil personas corearon ''Todos somos Marcos''.

El EZLN respondió el 12 de febrero a los hechos y acusó directamente a Zedillo por los enfrentamientos y la violencia que estalló en los municipios zapatistas; le advirtió que ''matar a indígenas y luchadores no acabará con el zapatismo'', y le exigió detener la guerra genocida para retomar el diálogo como vía para la solución política del conflicto.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.