Usted está aquí: martes 8 de febrero de 2005 Economía Brasil, ¿en las ligas mayores?

Brasil, ¿en las ligas mayores?

Si bien se prevé que 2005 será otro buen año, el crecimiento estable a largo plazo puede requerir un empujón más fuerte en los frentes social y de reformas estructurales

Espectacular crecimiento del PIB en 2004, auge de las manufacturas, el consumo y el empleo, muestran una economía revitalizada

Economist Intelligence Unit/The Economist

Ampliar la imagen El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, durante el discurso que pronunci� 27 de enero ante el Foro Social Mundial en Porto Alegre FOTO Afp

El estelar desempeño económico de Brasil en 2004, con fuerte expansión del PIB, récord de exportaciones y el mayor superávit en cuenta corriente de la historia, sugiere que tal vez esté por fin en el camino de un crecimiento económico sostenible. En sincronía con su mejor situación económica, la estrella internacional del país va en ascenso. Sin embargo, si bien se prevé que 2005 será otro buen año, el crecimiento estable a largo plazo -y la capacidad de Brasil de llegar a ser un jugador internacional de primera línea- puede requerir un empujón más fuerte en los frentes social y de reformas estructurales.

Se calcula que el PIB brasileño creció 5.1% el año pasado, bien arriba de la anémica tasa de 0.5% en 2003 y al ritmo más intenso en casi una década. El auge, sobre todo en manufacturas, ha sido impulsado por las exportaciones y la recuperación de la demanda de los consumidores internos, lo cual ha tenido impacto positivo en otros indicadores, como el empleo. En diciembre la tasa de desempleo cayó a 9.6%, la más baja de los tres años anteriores. La de noviembre fue de 10.6% y un año antes, en diciembre de 2003, de 10.9. Durante el gobierno del presidente Luiz Inacio Lula Da Silva la tasa más alta ha sido la de abril de 2004, con 13.1%.

Igualmente espectacular ha sido el desempeño de la cuenta corriente. El superávit llegó a un récord de todos los tiempos de 11 mil 700 mdd (equivalente a 1.9% del PIB), sobre todo gracias a un superávit comercial sin precedente de 33 mil 700 mdd. Fue el segundo superávit anual consecutivo en cuenta corriente después de 11 años de déficit.

Al mismo tiempo, la gran carga de la deuda externa brasileña, su mayor fuente de vulnerabilidad, cayó el año pasado. Según datos del Banco Central, el volumen de deuda externa totalizó 203 mil mdd al final del año, 13 mil mdd debajo de la cifra del año anterior. Como proporción del PIB, la deuda externa queda en 36.7%, cuando en 2003 fue de 45.6.

La tasa de riesgo país brasileña también descendió por debajo de la marca de 400 puntos a finales del año pasado (su nivel más bajo en siete años, según el índice JP Morgan, aunque de entonces a la fecha se ha elevado un poco). Esto indica que se mantendrá la fuerte confianza entre los inversionistas de portafolios. En particular, el éxito de Lula en reducir la inflación en más de la mitad desde mayo de 2003, a 7.6% en los 12 meses que concluyeron en diciembre, y en estrechar el déficit presupuestal, ha ayudado a impulsar al alza el valor de los bonos y valores brasileños, así como de la moneda. El real se apreció 7% contra el dólar en los pasados 12 meses, y el índice de referencia de valores se ha elevado 12% en términos de dólares.

Entre tanto, la inversión extranjera directa creció a 18 mil 200 mdd, 80% más que los 10 mil 100 millones de 2003. Estos resultados tuvieron una fuerza sorprendente, si bien incluyeron un gran intercambio de valores entre Interbrew (Bélgica) y Ambev. La inversión brasileña en el extranjero ascendió a 9 mil 500 mdd en 2004, en un nuevo signo de la creciente internacionalización de empresas del país.

Muestra de fuerza

La revitalizada economía brasileña también tiene relevancia política. Lula ha hecho del aumento de la influencia de su país en el globo una piedra angular de su política exterior, e incrementar su poderío económico e industrial contribuirá a ese objetivo. Ya considerado uno de los países de mercado emergente más importantes, Brasil fue invitado (junto con Rusia, China, India y Sudáfrica) a asistir a una reunión del Grupo de los Siete países industrializados, este febrero. En la ONU y en foros como la OMC y Davos, ha adoptado un papel de liderazgo en defensa de la causa del mundo en desarrollo. También ha puesto la mira en un lugar permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, si ese órgano alguna vez llega a expandirse.

Brasil ha aumentado su liderazgo en Sudamérica, no sólo por el tamaño de su mercado (su población es de 180 millones y su PIB de 605 mil mdd representa 45% del total sudamericano), sino también por sus políticas calculadas, destinadas a erigirlo en la potencia regional. Ha encabezado el esfuerzo para conservar la paz en Haití, por ejemplo, y también ofrecido mediar en el conflicto entre Colombia y Venezuela. Asimismo, ha favorecido la expansión del Mercosur por encima de las pláticas para crear el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), impulsada por EU.

Vista a futuro

Las perspectivas futuras de Brasil se ven apuntaladas por un grupo de reformas ya puestas en práctica por el gobierno, entre ellas cambios en los sistemas de pensiones y judicial, y en las reglas sobre bancarrota, las cuales deben aliviar presiones sobre las finanzas públicas y mejorar condiciones para la inversión privada. El más reciente éxito legislativo del gobierno fue la aprobación, cerca de fines de 2004, de la iniciativa sobre quiebras y un esquema para sociedades públicas-privadas de inversión en infraestructura. Ambos proyectos darán empuje tanto a sus programas reformadores generales como a sus perspectivas empresariales.

Sin embargo, para atraer el nivel de inversión privada y extranjera que necesita (sobre todo para remozar su infraestructura obsoleta y agotada), y para asegurar un crecimiento estable, Brasil probablemente tendrá que hacer más. De hecho, analistas de Wall Street subrayan que el bajo nivel de inversión del país y su irregular avance en las reformas son las principales debilidades de su mezcla política. Afirman que, ante el contexto externo favorable del año pasado y los buenos resultados de la estabilización, Lula debió haber aprovechado la oportunidad para promover con más empuje las reformas.

Para atraer más capital privado, Brasil necesitará flexibilizar más sus mercados laborales, aligerar regulaciones relativas a sectores claves, como las telecomunicaciones, y reducir la tremenda carga fiscal de las empresas. Sin embargo, el avance en esos aspectos tenderá a ser errático, en el mejor de los casos, y se volverá cada vez más difícil al acercarse la elección presidencial y legislativa de 2006, cuando los legisladores se volverán menos cooperativos. La coalición gobernante, que incluye la mayoría de los partidos más pequeños en el Congreso, no brinda apoyo suficiente para legislar, y la disciplina partidista de muchos de los miembros es débil.

El crecimiento sustentable también requerirá más esfuerzos para reducir las enormes desigualdades de ingreso en el país. Si bien el gobierno de Lula es elogiado por su progreso en consolidación fiscal, está bajo fuego por haber logrado mucho menos de su agenda de bienestar social. Los críticos señalan que los salarios reales han caído en promedio 6% desde que Lula asumió el cargo, en enero de 2003, y que el presidente ha creado menos de 2% de los 250 mil empleos que prometió tener en 2006 para jóvenes que ingresan al mercado laboral. Así, aunque la tasa de desempleo ha disminuido, la pobreza sigue siendo rampante y los niveles de vida de la mayoría de brasileños no han mejorado.

Los defensores del presidente arguyen que cambiar a Brasil es un proceso, y que no todo puede lograrse al mismo tiempo. El crecimiento económico actual ayudará a atender las demandas sociales en los años por venir, aseguran. El gobierno predice tasas de crecimiento del PIB del orden de 4% en los próximos años. The Economist Intelligence Unit prevé una expansión ligeramente menor, de 3.6% en 2005 y 3.3 en 2006-07. Estas tasas están muy por encima de la historia brasileña reciente, pero aún abajo de las de China e India, otros países considerados dentro de la elite de los mercados emergentes.

Riesgos actuales

Brasil sigue siendo singularmente vulnerable a los sucesos globales fuera de su control. A medida que las tasas de interés en EU aumenten durante 2005, es probable que el dinero salga de países como Brasil, y las sobretasas de los mercados emergentes volverán a incrementarse. Los costos más altos del crédito tendrán efecto retardante en el crecimiento económico porque afectarán tanto la inversión como el consumo, y esto se verá reforzado por un descenso paulatino de la demanda de importaciones en China y EU en los próximos dos años.

Además, dado su actual desequilibrio fiscal y la gran carga de deuda externa, existe el riesgo de que los mayores costos del crédito desencadenen una crisis de financiamiento. Si bien The Economist Intelligence Unit no prevé por ahora problemas significativos en ningún mercado emergente, no podemos descontar por completo la tasa de riesgo, en particular en el caso de Brasil. El requerimiento financiero del país sigue siendo sustancial, pues las amortizaciones programadas anuales de las deudas a mediano y largo plazos (inclusive pagos al FMI) promedian unos 40 mil mdd en 2005-06, además del pago de casi 25 mil mdd de deuda a corto plazo. Estas grandes sumas dejan expuesto al país amazónico a riesgo financiero en caso de un colapso de los mercados internacionales de capital, sobre todo porque las reservas netas en divisas extranjeras permanecen en niveles relativamente bajos para una economía del tamaño de la brasileña.

Es esta vulnerabilidad, tal vez más que cualquier factor doméstico, lo que generará continua cautela de inversionistas y políticos por igual cuando consideren si Brasil está entrando por fin en las "grandes ligas" de los jugadores globales. Lograr ese estatus podría requerir todavía mayor esfuerzo y más tiempo.

FUENTE: EIU/INFO-E

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.