La gélida gira de Usabiaga
Hielo. Hielo de un lado y de otro. No hubo más en la gira que el secretario de Sagarpa hizo a Chihuahua el pasado 2 de febrero. Como si a nadie le hubiera tocado el monito de Día de Reyes. Visitas suspendidas por la nieve y el mal tiempo. Desencuentros. Protestas contenidas. El regreso del secretario deja una estela de inconformidad en todos los actores del mundo rural chihuahuense.
Parece que don Javier, como su colega, el secretario de Economía, sólo tiene oídos para los grandes. Toda una mañana la dedica a presenciar la exposición de los macroproyectos que los grandes ganaderos tienen para el Estado. Los de los campesinos pobres o medios, por más que puedan estar presentados en Power Point, son dejados de lado. Si usted no tiene apellido empresarial o finta de menonita lo más seguro es que no exista para Sagarpa.
Los productores chihuahuenses de riego por bombeo han encabezado las protestas nacionales contra las altas tarifas de energía eléctrica. Han combinado las movilizaciones con las huelgas de pagos. Y no se niegan a pagar, pero piden tarifas competitivas como las que pagan sus homólogos estadunidenses. La respuesta de Usabiaga a ellos es más fría que el aguanieve que cae en todo el estado: "sería irresponsable efectuar más reducciones (a las tarifas) ante la crisis por la que pasa la Comisión Federal de Electricidad (CFE)".
De inmediato contestan los productores del sur del estado, en Ciudad Jiménez, con toma y enfrentamiento con los empleados de CFE que les cortan la energía de sus pozos.
Los productores de manzana vuelven a poner sobre la mesa su rechazo a la suspensión de la cuota compensatoria de 46.58 por ciento a la manzana importada del noroeste de Estados Unidos. Demuestran también que al abrirse la frontera a la manzana china, ofertada a precio dumping, su actividad se verá destrozada. Usabiaga responde la misma letanía que se repite desde Serra Puche: "no podemos cerrar las fronteras, háganse competitivos". Pero no dice nada cuando se le demanda que el gobierno federal haga también competitivos los insumos y los subsidios.
Mientras tanto, desde Olimpia, Washington, la oficina del gobernador Locke festeja la suspensión de la cuota compensatoria a su manzana. Atribuye el logro a las dos misiones de comercio que realizó a México, a la correspondencia y a las llamadas telefónicas con los funcionarios mexicanos (Comunicado oficial del despacho del gobernador, 3 de enero de 2005). Es decir, a las llamadas a Fox, a Canales y a Usabiaga.
Remata Usabiaga ya con el pie en el estribo de su avión, en una entrevista arrancada a última hora por el Frente Democrático Campesino (FDC). Le inquieren por qué no se ha apoyado a sus tres empresas comercializadoras de frijol, cuando en el presupuesto 2004 había fondos suficientes para ello. El secretario responde: "¿existen?" Ofendidos, los dirigentes del FDC le espetan: "Si usted visitara no sólo las empresas de los ricos cuando viene, se daría cuenta de nuestra existencia". Y cuando se le señala que los apoyos son para "infraestructura de acopio y fortalecimiento organizativo", el próspero ajicultor devenido funcionario interpela: "¿no será para el enamañosamiento?" Los frentistas, con el ánimo ya más caldeado, le contestan: "¿por qué tiene el prejuicio de que, si los productores son pobres, son mañosos?" Todo esto ante la preocupación de los funcionarios del gobierno del estado, muy cuidadosos de no romper los recién reconstruidos lazos con el gobierno foxista.
Tres detalles que bastan para completar el retrato de la política foxista hacia el campo: elitismo; opción preferencial por los productores ricos, arrogancia y prejuicios ante los campesinos pobres. Sumisión total a los dictados de los estadunidenses, así sean sólo gobernadores o funcionarios de segundo nivel (a pesar de las bravatas electoreras de Creel); implacabilidad con los productores mexicanos que se atreven a competir y a defenderse con la ley en la mano. Precios "realistas" para los energéticos e insumos de los que luchan por mantener nuestro campo a flote; tolerancia ante los precios dumping, por debajo del costo de producción, con subsidios disfrazados de los exportadores chinos y gringos.
En Chihuahua queda clara una cosa: si Usabiaga vuelve, no habrá hielo, sino mucho calor, aunque todavía no se acabe el invierno.