La alcaldía ordenó el cierre de gasolineras para obstruir el acarreo en taxis
Cancún: señalamientos, incidentes aislados... y copiosa participación
El Chacho soslayó la ventaja de su oponente priísta y convocó a celebrar ''su victoria''
Megacasilla con 30% de padrón municipal, sobrevigilada por el estado y el ayuntamiento
Ampliar la imagen A diferencia del a�asado, cuando el abstencionismo alcanz�dices de 70 por ciento, en los comicios de ayer se observ�a nutrida participaci�lectoral. FOTO Jos�arlo Gonz�z y La Jornada
Cancun, QR, 6 de febrero. El candidato de la alianza Somos la Verdadera Oposición (PRD-PT), Juan Ignacio García Zalvidea, El Chacho, desafió los siete puntos de ventaja atribuidos a su rival, el priísta Félix González, en las primeras encuestas de Televisión Azteca y Mitofski-Televisa. A las seis y media de la tarde anunció su propia encuesta con una ventaja de nueve puntos por encima del tricolor y convocó a sus seguidores a salir a celebrar ''sin desórdenes ni violencia'' a la glorieta conocida popularmente como ''del Ceviche''.
La jornada electoral transcurrió jaloneada de acusaciones mutuas e incidentes aislados entre priístas y chachistas, y al final del día había media docena de detenidos por presuntos delitos electorales de diversa índole.
En las inmediaciones de las casillas más conflictivas, en particular la Súper 11, conocida como la cocina donde históricamente se preparan ''los mejores fraudes'' del estado, se intensificaron los patrullajes de dos corporaciones policiacas antagónicas: la Judicial Estatal y la municipal de Benito Juárez. Cuando por la noche cerraron las 20 mesas contiguas de esta megacasilla -la más grande del país, con 20 mil electores, 30 por ciento del padrón del municipio- y los funcionarios electorales empezaron el conteo, elementos enmascarados de la Policía Judicial Estatal rodearon el recinto.
A la hora del cierre de casillas, el único resultado claro era que la intensa competencia estimuló a los votantes y se revirtió el abstencionismo, que el año pasado alcanzó a dos de cada tres electores, más de 70 por ciento de ausencia en las urnas. En esta ocasión las ánforas lucían retacadas de boletas tanto en las zonas lujosas, que en esta ciudad son opulentas, como en las extensas regiones sin pavimento ni alumbrado donde se asientan los cuarteríos de pobres y miserables de esta ciudad.
Acarreo sin combustible
Desde el amanecer, las noticias presagiaban tensión. Una docena de gasolineras ubicadas en cruces estratégicos fueron cerradas a las dos de la madrugada, presumiblemente por órdenes de las autoridades municipales, que son chachistas. En la radio, mayoritariamente adversa al candidato del PRD-PT, se responsabilizaba directamente a García Zalvidea de la medida, con la que se trataría de impedir que las clases medias salieran a votar. En los alrededores de las estaciones de combustible, cientos de taxistas, afiliados cautivos al Sindicato de Taxistas Andrés Quintana Roo, del PRI, quedaron varados, sin combustible. Los conductores debían cubrir rutas y cumplir cuotas de traslados de votantes priístas, pero este operativo de acarreo, confesado por los propios ruleteros, fue frenado hasta el mediodía.
La autoridad municipal, por su parte, aclaró que las gasolineras cerraron acatando un oficio enviado el 3 de febrero por la Subsecretaría de Protección Civil, que desde Chetumal instó a los directores de Protección Civil del estado a "estar preparados" en caso de "actos vandálicos o amenazas de bomba contra gaseras y gasolineras''.
Pero por la tarde, ya con los tanques llenos, los ruleteros desplegaron el acarreo a todo vapor. En los alrededores de las casillas populares se vieron llegar y partir en movimiento constante cientos de taxis con cinco o más pasajeros. Los chachistas respondieron destacando a sus huestes en puntos estratégicos interceptando carros de alquiler.
Eso es lo que hizo doña Manuela, aguerrida lideresa de la región 232, típica colonia de calles de tierra y vivienda precaria donde en otras épocas la dirigente Magali Achach movilizaba en favor del PRI decenas de miles de votos. Hoy es un barrio chachista de hueso colorado. Empuñando un palo, descalza y rodeada de vecinos, todos tabasqueños emigrados a Cancún, se apostó en la esquina con la avenida Leona Vicario para, dijo, ''cazar mapaches''.
Y atrapó a algunos, incluso a un conductor de taxi que tranquilamente explicó que el PRI le iba a pagar mil pesos por cada elector seguro. A lo largo de la tarde, la gente de Manuela correteó a todo aquel que le pareciera sospechoso y no dejó de intercambiar insultos con la lideresa de la cuadra siguiente, Guillermina, una joven del Frente Unico de Colonias, hoy muy venido a menos. Pero la joven, fiel a su camiseta priísta y bien entrenada en los años de la ex alcaldesa Achach en diversas tácticas de enfrentamiento y fraude, dio la batalla a las huestes de Manuela. Escenas como éstas abundaron, pero no pasaron a mayores.
Hasta que cayó la noche, y la tensión subió a niveles peligrosos en el punto crítico de la ciudad: la famosa Súper 11 o megacasilla.
Bajo la lupa
Se dice que es la casilla más grande del país, ubicada en lo que se conoce como la Zona Ejidal, antiguos ejidos de los años de Echeverría, de donde desaparecieron los campesinos para dar lugar a un ejército de migrantes, mano de obra barata de la industria turística. Con sus 20 casillas contiguas y su padrón de 20 mil ciudadanos, sumados al desorden habitual, la Súper 11 es escenario seguro de conflicto. Y los hubo, como de costumbre.
A las cinco de la tarde, en medio de la romería de ciudadanos con su credencial del IFE a la mano, arribaron de distintas direcciones tres camionetas, con 10 corpulentos jóvenes cada uno, uniformados con cachuchas y camisetas rojas y una insignia: "X Cancún". La tropilla entró, dio la vuelta entre las mesas electorales, se dejó ver. Las dos observadoras, nerviosas, ocultaban su cámara fotográfica. "¿Los fotografiamos, manita? ¿Y si nos quitan la cámara?"
Poco después apareció en escena el diputado local por el PRI Pablo Rivera Arceo. "Es gente nuestra", dijo a La Jornada. "Son nuestras brigadas, por si algo se ofrece.'' La tensión aumentó con las horas. Al cierre de la edición el conteo de votos se realizaba dentro del estrecho cerco de la PJE ante la expectativa de cientos de chachistas congregados alrededor.