Lógico, que rivales ataquen los proyectos progresistas, dice
Decidida oposición de Cárdenas al desafuero de López Obrador
Ampliar la imagen Cuauht�c C�enas, durante la presentaci�el libro Un M�co para todos, en el Palacio de Miner�FOTO Yazmin Ortega Cortes
Cuauhtémoc Cárdenas subrayó ayer su "decidida oposición" a que Andrés Manuel López Obrador pueda ser desaforado; sostuvo que apoyará la marcha en contra del desafuero para protestar por una decisión adoptada fuera del estado de derecho -"no para presionar a los diputados, sino en contra de un fallo mal dado"-, y sobre la denuncia de los involucrados en el complot en contra del jefe de Gobierno, agregó: "no encontré ninguna sorpresa. Son adversarios nuestros".
Poco después de presidir la presentación de la edición revisada del primer texto de Un México para todos, Cárdenas consideró "lógico" que los adversarios en la Presidencia de la República, en el Partido Acción Nacional (PAN) y en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), ataquen "los proyectos progresistas, que sean los que ponen obstáculos, y no los que los remuevan".
-¿No es grave que desde la Presidencia de la República se retuerza la ley para atacar?
-Sería muy grave si se atropella la ley.
-Si se desafuera a López Obrador, ¿qué posición va a adoptar usted?
-Seré un decidido opositor de que pueda darse esa posibilidad.
El ex jefe de Gobierno afirmó que entre los nombres mencionados por López Obrador como los promotores de su juicio de desafuero -Carlos Salinas de Gortari, Marta Sahagún, Vicente Fox, Santiago Creel, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Chuayffet, Roberto Madrazo y Diego Fernández de Cevallos-, "no encontré ninguna sorpresa. Son adversarios nuestros", y coincidió con el actual jefe de Gobierno del Distrito Federal en que "no están en el proyecto político del Partido de la Revolución Democrática (PRD) ni de la izquierda progresista".
-Pero, ¿sí ve que hay un ataque de ellos hacia la izquierda? -le insistió un reportero.
-Es cosa de abrir diarios que ustedes representan, de escuchar a los medios o de ver los medios en donde ustedes se mueven. Allí encontramos todo eso que se dijo ayer.
Poco antes presidió el acto de presentación del volumen, y sostuvo que frente a los problemas, la actual administración federal "actúa casi siempre tarde y mal, y se dan respuestas de coyuntura al carecer de planeación administrativa, económica y social".
Ante más de 600 personas, incluyendo muchos de sus más cercanos colaboradores, su madre, doña Amalia Solórzano viuda de Cárdenas; su esposa Celeste; sus hijos Cuauhtémoc y Camila; Adolfo Gilly y Jorge Martínez Almaraz, además de Leonel Godoy, líder nacional del PRD, el ex jefe de Gobierno del Distrito Federal subrayó que la estrategia fundamental para superar exitosamente la crisis múltiple que vive México, consiste en asignar al Estado un papel decisivo que sólo esa misma institución puede cumplir.
En el presidium, Enrique Calderón Alzati, de la Fundación Rosenbluth; Jesús Ramírez Cuevas, colaborador de este diario; la periodista Beatriz Páges, y el secretario de Planeación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Armando Labra, comentaristas del nuevo volumen, le escucharon decir que sin reformar la maquinaria estatal para dotarla de las potencialidades y mecanismos político-administrativos propios de una estructura modernizada, el sistema democrático no operará como tal en aspectos sustantivos, impidiendo así la formación de grandes consensos, sin los cuales se pondría en riesgo su legitimidad.
Sostuvo que la crisis de gobernabilidad, credibilidad y funcionalidad en México es el resultado de planes y proyectos equivocados, impuestos en contra de la voluntad mayoritaria, de ineficiencia administrativa y de la falta de resultados del gobierno de la alternancia, que han hecho manifiestos los graves y profundos problemas estructurales en el funcionamiento del aparato del Estado.
Por su parte, Armando Labra Manjarrez, de la UNAM, comentó que el surgimiento del volumen Un México para todos ocurre en momentos de insatisfacción generalizada y evidente cara a los magros resultados de un gobierno probadamente incapaz de conducir los destinos de la nación, y de una política económica injustificadamente recesionaria que no sólo no alcanza sus metas sino que provoca una creciente degradación de la convivencia colectiva.