El creador con verdadera vocación debe pasar por el DF, dijo el comisario
Ningún favoritismo al seleccionar artistas y galerías de México para Arco: Ashida
Madrid, 2 de febrero. Carlos Ashida es -con Julián Zugazagoitia- uno de los dos comisarios designados para seleccionar y dotar de sentido estético a la propuesta artística con la que México acudirá en calidad de ''invitado de honor" a su cita en la versión 24 de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (Arco).
Su trabajo, que comenzó hace un año, tenía la difícil encomienda de elegir lo más representativo del arte contemporáneo actual de México, por lo que muchos artistas y galerías fueron excluidos por ''motivos de espacio".
El también director del Museo de Arte Carrillo Gil explicó a La Jornada los principales escollos y hallazgos durante su indagación profunda del arte mexicano actual, en el que están ''vigentes" varias corrientes estéticas que por su relevancia estarán presentes en las numerosas exposiciones de es expresión que acogerá Madrid.
Término ambiguo
-¿Cómo resolvieron el dilema de qué es y qué no es arte contemporáneo?
-Eso planteó una serie de reflexiones que son continuamente revisadas por los críticos y los historiadores de arte. El término mismo de contemporáneo es muy ambiguo y hace alusión a una cuestión temporal, que es insuficiente para definir las características propias del arte actual.
''La realidad es que hoy día en México conviven varias posiciones y todas tienen una voz que se deja oír y cada una genera reacciones respecto de las ideas que profesa. Por eso lo que interesaba era sobre todo que tuvieran vigencia, independientemente de su ubicación dentro de lo contemporáneo o moderno.
''México tiene una historia con un peso enorme y eso explica que exista una corriente en la que siguen ejerciendo influencia los maestros de la modernidad, como Rufino Tamayo o Carlos Mérida.
''Por otro lado están los artistas de la llamada nueva mexicanidad, quienes después de tener una visibilidad muy grande en los años 80, ahora pasaron a un plano no tan vistoso, pero siguen creando e insistiendo en sus propuestas.
''Después está la generación siguiente, la de los neoconceptuales y algunas figuras que están surgiendo, pero que todavía carecen de una definición como grupo artístico."
-La selección implica de alguna manera una toma de posición personal. ¿Cómo evitaron esto?
-Al iniciar nuestra labor, Julián y yo intentamos no tener ningún juicio prestablecido, pero con el desarrollo del proyecto se fueron confirmando los procesos artísticos que habían estado activos desde hace buen tiempo, pues tampoco se puede sacar de la manga algo que sea completamente diferente a lo que ya se conoce.
''Pero debo decir que nos encontramos con algunas sorpresas en la tercera categoría, la de los espacios emergentes, que son los artistas más jóvenes y hasta ahora desconocidos."
-¿Cómo evitaron caer en el centralismo al seleccionar a los artistas y las galerías, tan habitual en este tipo acontecimientos?
-El centralismo es una realidad que debemos asumir. Para la selección visitamos Guadalajara, Monterrey, Oaxaca, Mérida y la ciudad de México, pero no pudimos ir a Puebla, Veracruz, Guanajuato, Tijuana y León, si bien sí solicitamos información.
''Siempre existe una energía en estas ciudades relacionadas con el arte, pero es difícil que logren alcanzar un nivel de competitividad internacional. Además, creo que todavía el artista con verdadera vocación tiene que pasar por la ciudad de México, que con Monterrey y Guadalajara es donde están dadas las condiciones para que pueda desarrollarse. Con esto no digo que no exista una producción interesante en otras urbes, sino que la estructura del profesional no ha podido estimular a los artistas por sus propias carencias.''
Polémica labor
-¿Qué diría a los artistas que se han quedado fuera de Arco, que inclusive denuncian cierto favoritismo o amiguismo en la selección de la delegación mexicana?
-No sé a qué tipo de favoritismo se refieren. El trabajo lo realizamos con la más absoluta libertad y en ningún momento sufrimos coerción. Intentamos ser justos, pero también asumimos desde el principio que nuestra labor iba a ser polémica.
''La capacidad que Arco ofreció a México tenía límites a pesar de que logramos ampliar el número de galerías que habitualmente se destinan al país invitado -de 15 a 17-, por lo que al no poder incluir a todas nos vimos obligados a decidir con base en la historia particular y al papel que ha desempeñado cada galería en la promoción del arte mexicano."