Es resultado de atacar delitos de alto impacto, antes que faltas administrativas, afirma
Disminuyeron los robos de vehículos con violencia en enero: Joel Ortega
La Ley de Cultura Cívica contradice la política social del Gobierno del DF: Alvarez Icaza
Ampliar la imagen El secretario de Seguridad P�a del DF, Joel Ortega, a su salida de la junta de evaluaci�on el jefe de Gobierno capitalino, Andr�Manuel L� Obrador FOTO Maria Melendrez Parada
Debido a la reorientación de la estrategia de la policía capitalina hacia la disminución de los delitos violentos, en lugar de enfocarse a perseguir las faltas administrativas -como la detención de ebrios y personas que orinan en la calle-, el robo de vehículos con violencia disminuyó en enero pasado en relación con el mismo mes del año pasado, informó Joel Ortega Cuevas, titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del Distrito Federal.
Durante el foro Cultura Cívica y Derechos Humanos, que se realizó ayer en el Colegio de México, Ortega Cuevas precisó que el número de detenidos por ese ilícito aumentó 67.5 por ciento y más de la mitad de los acusados se encuentran bajo proceso en los reclusorios de la ciudad.
Sostuvo que durante el primer mes del año el robo de vehículos con violencia descendió 10. 5 por ciento -lo que significa 185 casos menos-, y sin violencia bajó 7.5 por ciento. Esto, insistió, ante la reorientación de la fuerza de la policía para perseguir los delitos que más impactan a la ciudadanía.
Durante el año pasado una de las principales metas de la SSP local fue sancionar a quienes violaran la nueva Ley de Cultura Cívica, que castiga la ingesta de bebidas alcohólicas en la vía pública y a personas que ofrecen servicios sin ser solicitadas, como los franeleros y limpiaparabrisas.
Durante el foro, que fue inaugurado por el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del DF, Emilio Alvarez Icaza, el jefe de la policía capitalina detalló que del 31 de julio de 2004 al 30 de enero de 2005, más de 50 por ciento de los detenidos por infringir dicha ley fueron personas que tomaban alcohol en la calle; la segunda falta más recurrente fue impedir o estorbar el uso de la vía pública, seguida de orinar o defecar en áreas públicas.
Ortega reconoció que remitir a "un borrachito" toma alrededor de dos horas a los policías, tiempo que, por instrucciones precisas, ahora deberán dedicar a cuidar su zona. Sin embargo, subrayó que seguirán haciendo esas remisiones cuando haya de por medio una queja ciudadana.
Sobre la Ley de Cultura Cívica, Alvarez Icaza apuntó, durante su intervención en el foro, que aunque existe reconocimiento a los programas sociales emprendidos por el Gobierno del Distrito Federal, el endurecimiento de su política de seguridad pública que se enfoca a la cero tolerancia, resulta contradictorio con esas acciones.
Expuso que en 2004 la CDHDF recibió 835 quejas que involucran a servidores públicos encargados de la seguridad, lo que significó un aumento de 28 por ciento respecto de 2003.
Alvarez Icaza también reconoció que hay un esfuerzo para la capacitación de las corporaciones policiacas, pero subrayó que la Ley de Cultura Cívica tiende a criminalizar a sectores determinados, no garantiza mecanismos que eviten las detenciones arbitrarias, no contribuye a tutelar de manera efectiva los derechos de los niños, duplica las faltas administrativas con delitos y atenta contra la libertad personal, entre otras deficiencias.