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México D.F. Martes 16 de noviembre de 2004
LA MUESTRA
Carlos Bonfil
Por siempre joven
El desamparo social transformado en la fantasía
más desbocada
FRANTISEK HANA ES un septuagenario incorregible,
aferrado a la vida mediante la multiplicación de travesuras e imposturas
que realiza con su amigo y cómplice Eda, para desesperación
de su esposa Emilie, quien ve dilapidarse los magros ahorros familiares
en cada nueva ocurrencia del lunático anciano adolescente. Un cuadro
de familia jubilada, apenas resignada, sometida a los azares de una protección
social que en el nuevo régimen social condena a los ancianos a una
supervivencia precaria.
EN
ESTA SITUACION de casi muerte social, y ante la cercanía de
su propia desaparición física, el viejo Frantisek (de cariño,
Fanda), recurre a mil estrategias para mantener a raya la enfermedad, la
depresión, y sobre todo el pesimismo. El director checo Vladimir
Michalek rinde tributo a la mejor tradición de este cine eslavo
(el de Jiri Menzel, el de Vera Chytilova, en los años 60), haciendo
gala de humor libertario en una picaresca urbana que toma el drama del
envejecimiento en la pobreza como pretexto para una serie de viñetas
divertidas y antisolemnes.
POR SIEMPRE JOVEN sería tal vez una
versión masculina de aquel clásico francés de René
Allio, filmado en 1965, La vieja dama indigna, con su espléndido
alegato a favor de una vejez de vitalidad imperiosa, alejada del discurso
sentimental compasivo. La cinta de Michaelek no consigue la fuerza expresiva
de la visión de Allio, pues su tono es mucho más mesurado
y su crítica social más discreta, con peripecias y travesuras
dignas de colegiales, como las de los dos ancianos Fanda y Eda, figuras
casi de comedia muda, haciéndose pasar por controladores del metro
sólo para conseguir, de modo chantajista, los besos castos de dos
jovencitas infractoras. Las bromas e imposturas suben de tono y se complican.
Fanda pretende ser un cantante de ópera que vive en la opulencia,
y engaña sin demasiada malicia, y estafa de modo casi inadvertido,
hasta llegar a la impostura máxima de fingir su propia muerte y
burlar así a sus acreedores, sumiendo de paso en la angustia a su
esposa, harta ya de tanta senilidad extravagante.
POR SIEMPRE JOVEN cuenta con la actuación
de un veterano del cine checo de los años 60, Vlástimil Brodsky,
protagonista de Los trenes rigurosamente vigilados, de Menzel, y
también de la alemana oriental Jakob, el mentiroso, de Frank
Beyer. Su última participación como actor, a los 81 años
(Brodsky se suicidó poco después del estreno, aquejado de
una enfermedad terminal), rebasa con mucho la moraleja de una apuesta vital
en la fase final de una existencia. El personaje de Fanda es complejo y
lleno de matices dramáticos y cómicos. Su relación
con Emilie, su esposa irascible, temerosa también de una viudez
tardía, es emotiva y convincente. Lo real, detrás del retrato
doméstico de tercera edad y de segundos aires, es el desamparo social
que orilla a la fantasía más desbocada como única
vía de escape. Lo real es la transformación paulatina del
personaje femenino Emilie, primero derrotada, luego tonificada en un último
minuto, que deriva en una historia de amor inusitada. Añádase
el registro de la lealtad amistosa de dos ancianos, desde sus travesuras
en la calle hasta la desolación de un hospital, y el resultado será
una comedia de sentimentalismo controlado, con una ironía matizando
constantemente lo que a primera vista podría parecer una sucesión
de lugares comunes sobre el tema de la vejez.
POR SIEMPRE JOVEN. CINETECA NACIONAL: Martes
16 15: 12:00, 16:00, 18:30 y 21:00; Miércoles 17: 13:00, 16:30,
19:00 y 21:30.
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