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México D.F. Martes 16 de noviembre de 2004
Paro en la ciudad aymara de El Alto; le dan
48 horas a Mesa para responder a demandas
Se agudiza la crisis social en Bolivia; ultimátum
contra las privatizaciones
Es la movilización más grande desde la
caída de Sánchez de Lozada en octubre de 2003
LUIS A. GOMEZ ESPECIAL PARA LA JORNADA
El Alto, 15 de noviembre. "Parece que están
bloqueando allá adelante. Hay hartitos policías, van a gasificar",
decía esta mañana el chofer de un colectivo en la autopista
que sube de La Paz a la ciudad aymara de El Alto. Al inicio de una prolongada
curva de más de un kilómetro, los vecinos del viejo barrio
de Alto Lima decidieron bloquear ahí, donde las laderas paceñas
se convierten en otra ciudad, provocando caos vial desde las 11 de la mañana.
Arriba, en los principales cruces y caminos alteños, los vecinos
instalaron puntos de bloqueo con piedras y quemaron llantas desde temprana
hora. De esta manera dieron inicio las 24 horas de paro general decretadas
por la Federación de Juntas Vecinales de la Ciudad de El Alto (Fejuve),
exigiendo respuesta a las demandas hechas al gobierno del Presidente Carlos
Mesa.
Abel Mamani, secretario ejecutivo de Fejuve, explicó
los motivos de la medida de presión: "Hace casi dos meses que esperamos
respuesta a nuestro pliego petitorio, hace un año que le dimos la
oportunidad a Mesa... hoy vemos que no han hecho nada. No vamos a permitir
la traición del gobierno". Instalado detrás de una manta
de la Fejuve, en la zona de la Ceja, fronteriza con el oeste de La Paz,
Mamani detalló el pliego presentado el pasado 27 de septiembre:
"Son 18 puntos, hermanito, que piden la nacionalización de los hidrocarburos,
el juicio a Sánchez de Lozada y sus lacayos, la reversión
de las empresas capitalizadas (privatizadas) y otras cosas más,
como la creación de empleos en salud y educación en El Alto
o el rechazo al TLC (con Estados Unidos, claro)".
A
un centenar de metros, una enorme campana instalada en un quiosco dobló
toda la mañana. Y poco a poco, conforme el sol subía, varios
líderes sociales se sumaron al contingente de la dirigencia vecinal
alteña. Estaban ahí Jaime Solares, principal dirigente de
la Central Obrera Boliviana, y también Miguel Zuvieta, de la federación
de mineros. Con un megáfono, pidiendo justicia para el pueblo alteño
y juicio al expresidente Sánchez de Lozada, Jaime Alanoca se sumó
al frente del contingente del Movimiento de Trabajadores Desocupados. Varios
miembros de la asociación de heridos durante la insurrección
del año pasado también llegaron. Cerca del mediodía,
varios centenares de comerciantes de la zona de Villa Dolores llegaron
en marcha a mostrar su solidaridad con la medida.
En plena avenida la muchedumbre enarboló sus estandartes,
rombos de tela con los colores de la bandera boliviana, que indican siempre
que son alteños, que están organizados (y desde cuándo).
Lo mismo los vecinos de 16 de Julio que los estudiantes de la Universidad
Pública de El Alto, todos se acercaron a gritar consignas. "Al final",
dijo entonces Mamani, "el pueblo unido, como tiene que ser. Y las transnacionales
se deben ir de El Alto, se deben ir de Viacha, se deben ir de Bolivia.
Mesa es un traidor, traidor a los alteños, traidor a octubre".
"Una rosca de desocupados" da plazo al gobierno
Alrededor del mediodía, el presidente Carlos Mesa
asistió a un acto en el Colegio Militar para conmemorar un aniversario
más de la fundación del ejército. Al concluir declaró
a periodistas que detrás del paro en El Alto se encontraba una "rosca
(mafia) de desocupados". Luego de las 12:30 comenzaron a llegar hasta la
Ceja los primeros "mensajeros" de la Fejuve para informar de la situación
en los nueve distritos que conforman El Alto: salvo por algunas zonas muy
reducidas, el paro era total, se convertía ya en la movilización
más grande desde que, armados con palos y piedras, los alteños
bajaron a sacar a Sánchez de Lozada del poder en octubre de 2003.
A esa hora, los vuelos dejaron de salir del aeropuerto internacional y
de los pocos que arribaron salieron los viajeros con sus maletas caminando
varios kilómetros hasta encontrar transporte a La Paz.
Así, el paro alteño se sumó a la
serie de conflictos que en el último mes acosan desde varios frentes
al gobierno boliviano por el tema del gas y el usufructo de los recursos
naturales en este país. Concebida como una "contra-manifestación"
al lock out realizado el jueves pasado por los empresarios de Santa
Cruz de la Sierra, en el oriente, la movilización de este lunes
también dirigió sus lanzas contra el Congreso nacional, los
partidos políticos y el gobierno de Estados Unidos.
A las tres de la tarde se realizaron cabildos abiertos
en todos los distritos de la ciudad para determinar el curso a seguir.
"Vamos a decidir si seguimos hasta 48 horas o lo extendemos indefinidamente.
Tenemos asamblea de presidentes vecinales en la noche", explicó
a La Jornada Mamani. Y pese al desdén con que unas horas antes se
refiriera a la organización del paro, Mesa envió una comisión
a las cinco de la tarde, con una nota escrita, para proponer un diálogo
abierto en la sede del Ministerio de Trabajo, en La Paz. "Pero los presidentes
no aceptaron esta situación, han dicho que este gobierno ya no es
creíble y que todas las negociaciones serán en El Alto",
respondió el ejecutivo de Fejuve luego de la asamblea de esta noche,
"Le estamos dando 48 horas al gobierno para resolver, de lo contrario estaríamos
entrando a paro cívico indefinido".
-¿Pero entiende que muchas de sus demandas no podrán
satisfacerse en ese plazo?
-Estoy consciente, y en ese sentido vamos a orientar a
la población. Mira, la cosa es que el gobierno sabe cómo
contentarnos en algunos temas y dejar los más amplios para una negociación
abierta. Sabemos además que estamos tocando temas de interés
nacional, como la privatización, el juicio de responsabilidades
y los servicios básicos.
-¿Se sienten con fuerza y apoyo?
-Por supuesto. Hoy, por ejemplo, también han parado
campesinos en siete provincias del sector del lago (Titicaca) y en la provincia
Ingavi, sector Viacha. Sabemos que es fácil convocar a la unidad
de la población boliviana, porque todos vivimos el mismo problema:
el hambre, la miseria, la falta de servicios...
-¿Creen que el gobierno resistiría un paro
indefinido?
-(Risas) Definitivamente no, no nos aguanta. Y en El Alto
estamos decididos a ir hasta las últimas consecuencias. Ellos se
lo han buscado, no es nuestra culpa esta situación.
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