México D.F. Martes 16 de noviembre de 2004
Todo cabe en una cuenca se abrirá
este jueves en el Museo de la Ciudad de México
La historia de la urbe más grande del mundo
germina en cinco salas
Buscan fomentar, mediante su conocimiento, una relación
de compromiso responsable con la metrópoli Incluye un recorrido
fotográfico de 24 horas en la vida citadina, señala el curador
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Una ciudad es muchas ciudades. Depende cómo y desde
dónde se le mire: su historia, su gente, sus clases sociales, su
arquitectura, sus problemas, su geografía, su cultura, sus tragedias,
sus secretos... Poliedro de incontables facetas.
¿Cómo
se condensan en una exposición todas las ciudades que es una urbe,
sobre todo una tan vasta y excesiva como la ciudad de México con
17.5 millones de habitantes?
La pregunta resume el reto al que se enfrentó Marcos
Límenes a la hora de curar la muestra permanente Todo cabe en
una cuenca, que se inaugurará el próximo jueves en el
Museo de la Ciudad de México.
Para establecer un criterio, Límenes fijó
tres ejes: ''permanencia, pertenencia e identidad de la gente en la ciudad".
El objetivo general es fomentar, mediante su conocimiento, una relación
de compromiso responsable con la urbe.
En otras palabras: propiciar que los habitantes se sientan
orgullosos de su ciudad y ofrecer a quienes la visitan un panorama de su
riqueza y complejidad.
Evolución de la megalópolis
Todo cabe en una cuenca tendrá como sede
el Museo de la Ciudad de México (Pino Suárez 30, Centro),
ex palacio del virrey de Calimaya, una suntuosa mansión colonial
que fue residencia de los condes de Santiago de Calimaya y desde 1960 habilitada
como espacio museístico.
La muestra se distribuye en cinco salas. La primera es
una especie de introducción general. La segunda trata aspectos históricos
y geográficos.
De ésta se ocupó el arqueólogo Eduardo
Matos Moctezuma. Su idea fue ilustrar por medio de murales, mapas, pinturas,
maquetas, la relación entre el devenir histórico de la urbe
y su relación con el entorno geográfico y los fenómenos
naturales.
Se remonta hasta la fundación de Tenochtitlán,
en 1325, se detiene en la época de la llegada de los españoles
y llega hasta un siglo que Matos considera ''fundamental", el XVIII, durante
el cual dos virreyes, Bucareli y Revillagigedo, emprendieron acciones que
serían definitivas en el perfil de la ciudad.
Bromea Matos: ''Por eso digo que fueron tan importantes
que se ganaron nombre de calle: organizaron la ciudad manzana por manzana,
las casas, metieron algún tipo de alumbrado, hicieron alcantarillas,
removieron vendedores ambulantes".
Después ''pasamos al México republicano,
la eclosión de la ciudad en la época de Juárez y el
surgimiento de nuevas colonias en el porfiriato, como la Roma y la Condesa.
La ciudad ya empieza a ser más compleja".
Las salas tres, cuatro y cinco, ''ya es nuestro momento,
con el que nos vamos a identificar porque ya somos protagonistas", acota
Matos.
Queríamos -complementa Marcos Límenes- ''entrar
a la ciudad en tiempo presente, actual, dinámica, multifacética,
multicultural". El problema fue hacer todo en un área total de mil
400 metros cuadrados.
Entre los contenidos de esta parte de la muestra, Límenes
destaca un ''recorrido fotográfico" por 24 horas en la vida de la
ciudad. Hay otro dedicado a oficios, los que subsisten y los que ya desaparecieron
y ''cuyos nombres subsisten como palabras totalmente desconocidas".
La quinta sala está dedicada a información
estadística. Se llama 46 veces y debe su nombre -explica Límenes-
a que ese es el número de veces que creció la población
de la ciudad de México entre 1900 y 2000. En el mismo periodo, la
superficie de la megalópolis aumentó 40 veces.
Problemas de identidad
Otra de las salas se llama ''México, el ombligo
de la luna", que es el significado en español del vocablo que le
da nombre al país y a la ciudad. En esta sala se abordan los movimientos
sociales más emblemáticos en la historia de la ciudad y del
país a lo largo de 500 años: el motín de indios de
1692; los movimientos obreros y sociales de los años 20 del siglo
pasado; el movimiento estudiantil de 1968; los movimientos urbanos y populares
surgidos a raíz del sismo de 1985 y la movilización que significó
la elección democrática de un jefe de gobierno para el Distrito
Federal.
En todos los casos se hace referencia al contexto social
y cultural de cada época, y el Zócalo es un referente obligado,
con las transformaciones que ha sufrido a lo largo del tiempo: ''sabemos
que tomar la calle en la ciudad de México a final de cuentas es
tomar el Zócalo".
Desde el principio Marcos Límenes asumió
que era imposible abarcar toda la ciudad en una exposición. Se propuso
entonces que la muestra también funcionara como una especie de temario.
La planta baja del Museo estará destinada para exposiciones temporales,
en la que se desdoblarán y ampliarán los distintos temas
contenidos en la muestra principal.
Todo cabe en una cuenca será permanente,
pero se tiene previsto revisarla y actualizarla periódicamente.
Una primera revisión se hará en cinco años. Pero antes,
en una segunda etapa a mediano plazo, será ampliada a dos salas
más.
En días pasados Enrique Semo, secretario de Cultura
del Gobierno del DF, anunció la apertura de la muestra. Precisó
entonces que la palabra ''permanente" es un término museográfico
con el cual se expresa el propósito ''de que esta ciudad tenga siempre
su exposición".
Pero dejó claro que será periódicamente
evaluada para renovarla ''al mismo ritmo'' que la metrópoli.
De acuerdo con Semo, debido a que es una urbe de migraciones
relativamente recientes, sus habitantes ''tienen serios problemas de identidad
(...) Casi todos los que la habitamos provenimos de otra parte del mundo
o bien somos hijos o nietos de gente que llegó de diferentes estados
del país".
Sentido de pertenencia
Para que uno la haga suya ''se necesita sentido de pertenencia
y antecedentes en la familia, que los residentes puedan decir mi abuelo
vivió aquí, mi tatarabuelo nació aquí".
Es parte de lo que se busca fomentar con la muestra en
el Museo de la Ciudad de México.
Al respecto, Eduardo Matos Moctezuma reitera: ''Lo que
se quiere es que la gente se identifique, que tenga memoria histórica
de lo que es su ciudad, del medio en que se estableció, como creció,
los problemas que enfrenta, las realidades que hay en ella, que la haga
suya.
''Y quien viene de fuera la conozca y la entienda. Si
se logra habremos cumplido el objetivo."
Todo cabe en una cuenca se inaugurará el
jueves a las 19 horas.
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