Vilma Fuentes

Pierre Chevalier: la pasión del oficio de arte

Para Ezra Pound, la poesía es en primer lugar un oficio y el poeta un artesano. Antes de ser admitido como un compañero del gremio, el aprendiz debe pasar por la iniciación que le permitirán los años de labor en el taller de un maestro. En su ensayo, The ABC of reading, Pound propone ejercicios de escritura, lecturas esenciales, metas del aprendizaje, principios del oficio.

Los artesanos aprenden de la boca y las manos del maestro los secretos de su arte: litógrafos, restauradores diversos, lauderos, fabricantes de vitrales, sombrereros, orfebres, ceramistas y tantos otros, pintores incluidos hasta épocas recientes, tienen la oportunidad de volverse depositarios de una tradición sin la cual desaparecerían viejas piedras talladas, creación o restauración de marionetas, muñecas antiguas, colores de vitrales, sombreros hechos a mano, texturas y colores de telas, gobelinos usados por los siglos, el sonido de un Stradivarius.

El aprendizaje del oficio de poeta y escritor es, en apariencia una excepción, solitario: se lleva mediante un diálogo con los desaparecidos y se transmite gracias a la lectura. Sus voces se escuchan en silencio. Algunas veces, el aprendiz tiene la suerte de conocer personalmente a un maestro: Valéry a Mallarmé, Octavio Paz a Alfonso Reyes, por ejemplo. Pero la iniciación en el oficio de la poesía vuela de un siglo a otro, mientras que los secretos de los otros oficios se transmiten de generación en generación.

Durante tres días, la SEMA (Sociedad de estímulo a los oficios de arte), bajo la dirección de Yvan Houssard, dio la ocasión a 800 mil visitantes de descubrir la labor de los distintos artesanos, de verlos trabajar, de hablar con ellos, de aprender. A lo largo y ancho de Francia, más de 300 exposiciones, cerca de 3 mil 500 talleres y 300 establecimientos fueron abiertos al público. Numerosos artesanos se instalaron en las calles rodeados de curiosos de todas edades, despertando nuevas vocaciones.

''Pasión" fue la palabra más pronunciada por los compañeros de los distintos gremios de los oficios de arte. En efecto, es indispensable la pasión para dedicar la vida, sin gran remuneración, a aprender a escuchar el sonido de un violín, descubriendo su alma, revelándola, comprender qué reparación requiere, que alimento necesita para conservar su voz viva. De ahí la importancia de la SEMA, su ayuda económica al aprendizaje y al ejercicio de estos oficios, cuya desaparición implicaría la pérdida de gran parte del patrimonio.

Pierre Chevalier, presidente de la SEMA, alegre, vivaz, juvenil a pesar de su edad, de una familia dedicada a la restauración de tapicerías antiguas y modernas desde hace varias generaciones, señala que la pasión es fundamental en los oficios artesanales. Las horas pasan sin que el compañero artesano se percate, ensimismado en su labor, reconstruyendo, restaurando, creando de acuerdo con los secretos en que fue iniciado. Objetos hechos a mano, únicos, lejos de la industria de los productos desechables, la sociedad kleenex. O de numeración limitada, como son las litografías, algunas esculturas, piedras y moldes quebrados para impedir nuevas reproducciones.

Sobre la pasión que suscitan estos oficios, acaba de aparecer Le geste et la parole des métiers d'art (éditions du Cherche-midi), recopilación de textos de 217 personajes de artes y letras a quienes se solicitó hablar de su artesanado favorito.

Claudia Cardinale, evocando El Gatopardo de Visconti, habló de su admiración por los costureros de disfraces. La cantante Line Renaud de la plumajería. El Nobel François Jacob de su entusiasmo por los lauderos. El talentoso humorista Jean Amadou de un tío que hacía vestidos bordados de lamé oro y plata que lo fascinaron desde la infancia. Pierre Chevalier, evidentemente, de la recuperación del brillo, el color, la textura, el dibujo de un tapiz.

Los derechos de autor producidos por la venta de este libro serán donados a la SEMA para ayudar a los jóvenes que aspiran a tomar la sucesión de estos artesanos en vía de desaparición y a la creación de 500 mil empleos en los próximos cinco años. Oficios de arte esenciales a un país con una tradición cultural propia, como es el caso de México, en un dominio donde Francia tiene un lugar primordial.