Bloquean durante casi cuatro horas los accesos al recinto legislativo de Donceles y Allende

Protesta vecinal echa abajo dos iniciativas de ley de panteones

"Ustedes nos han enseñado que hay que tomar la tribuna para que nos hagan caso", justifican

GABRIELA ROMERO Y RAUL LLANOS

Por lo menos 500 personas de la Unión de Pueblos, Barrios y Colonias del Distrito Federal bloquearon durante casi cuatro horas los accesos principales del recinto de Donceles y Allende para exigir que los diputados del Partido de la Revolución Democrática (PRD) Carlos Reyes Gámiz y Araceli Vázquez Camacho retiraran sus iniciativas de ley de panteones.

Minutos antes del mediodía, el grupo de manifestantes comenzó a cercar la entrada impidiendo el acceso En el interior, en el salón de plenos, el pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) rendía un homenaje a Sor Juana Inés de la Cruz.

Al ver que el personal de seguridad cerraba las puertas, los inconformes empezaron a golpearlas, una y otra vez, con un ataúd de madera en un intento de entrar al inmueble. Después de unos minutos, la diputada del PRD Lorena Villavicencio salió a las escalinatas. "Soy la presidenta de la Comisión de Gobierno, quiero aclararles que no hemos aprobado ninguna iniciativa sobre panteones, sabemos que ustedes no quieren que pase. Permítanme conformar una comisión de diputados que los reciba y atienda su demanda...."

"... no queremos que nos utilicen en las mesas de trabajo, queremos que la diputada Lorena manifieste en la tribuna nuestro rechazo a esta ley", interrumpió uno de los quejosos.

"No queremos vulnerar los intereses de nadie, se que ustedes son gente de diálogo, pacífica. Permítanme integrar la comisión...", suplicó la perredista.

Villavicencio entró al salón de plenos y pidió a su compañero Reyes Gámiz integrar la comisión que recibiría a los quejosos. "Ya los calmaste", preguntó el aludido.

Adentro, en uno de los salones, los manifestantes ofrecieron una disculpa a los diputados por la forma en que habían intentado ingresar al recinto, pero (ustedes) "nos han enseñado que hay que tomar la tribuna para que nos hagan caso".

En el comunicado que leyeron los inconformes subrayaban: "observamos la ignorancia que existe en estos diputados (en alusión a Reyes Gámiz y Vázquez Camacho) acerca de los usos y costumbres de los pueblos originarios del Distrito Federal. Al mismo tiempo nos percatamos que solamente se dieron a la tarea de fusilarse el Reglamento de Cementerios del DF que data de diciembre de 1984".

Vázquez Camacho y Reyes Gámiz aclararon que es una iniciativa y que estaban dispuestos a escuchar sus propuestas para incorporarlas en el cuerpo de la ley. La primera garantizó su respeto a los usos y costumbres, y el segundo precisó que la idea no era organizar foros, mesas de trabajo durante todo un año, para conocer la opinión de todos los involucrados antes de presentar el dictamen al pleno para su discusión y, en su caso, aprobación.

Empero, los inconformes insistían en que querían un documento por escrito en el que se comprometieran a no aprobar la iniciativa y en tribuna manifestar el rechazo de la Unión de Pueblos, Barrios y Colonias del DF.

Los legisladores cedieron.

La tensión aumentó al ver que pasaba el tiempo sin que sus líderes salieran con la carta firmada por los diputados. Adentro, la presidenta de la mesa directiva de la ALDF, la panista Irma Islas, salió al lobby del recinto y pidió a los dirigentes que dejaran salir a los trabajadores, que no podían tener secuestrados a los diputados, que ya les habían quitado una bolsa de comida. "Están en libertad de manifestarse, no quiero que se vayan, pero dejen entrar y salir a los trabajadores".

"Le pedimos un poco de paciencia, entienda, ya se nos perdió un poquito el control y si nosotros no salimos con el documento no sabemos que pueda pasar", atajó uno de ellos.

Islas se dirigió a Villavicencio para preguntarle por qué tardaban tanto en elaborar el documento. Por fin, a las 16:15, la puerta del recinto se abrió dejando salir a los integrantes de la comisión, quienes a través del altavoz anunciaron que su lucha no había sido en vano, y que ninguna de las dos iniciativas se aprobaría sin antes haber tomado en cuenta su opinión.

Algunos diputados advirtieron que la verdadera inconformidad radica en que ellos dejarían de tener el control de los panteones, los cuales son manejados por esas comunidades, ya que su administración pasaría al gobierno del DF.

En esta ocasión los diputados de Acción Nacional no se quejaron por estar encerrados durante más de tres horas, incluso bromearon porque los manifestantes se habían quedado con la comida que les llevaban. En esta ocasión la decisión de llamar a la fuerza pública dependía de su compañera Islas León. Mientras que el priísta Jaime Aguilar afirmó que de ninguna manera la fuerza o el chantaje puede ser la vía para escuchar a quienes están en contra de una iniciativa.