México D.F. Viernes 12 de noviembre de 2004
La comunidad latina ya no puede ser caracterizada
como base republicana: analista
Revela votación en Florida erosión del
apoyo a la línea dura cubanoestadunidense
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 11 de noviembre. El poder
e influencia de la conservadora comunidad cu-banoestadunidense de Miami
se está erosionando a raíz de los cambios demográficos
de esa comunidad y el surgimiento de otros sectores latinos en Florida,
según varias investigaciones y sondeos del patrón del voto
en la elección presidencial de la semana pasada.
Aunque
la mayoría en Florida votó por George W. Bush y una parte
sustancial de cubanoestadunidenses aún apoya sus políticas
conservadoras, analistas han detectado tendencias importantes y tal vez
históricas en el electorado latino del estado, pieza clave no sólo
para el apoyo republicano sino en la definición de la política
estadunidense hacia Cuba durante casi medio siglo.
"Aproximadamente 71 por ciento de la comunidad cubanoestadunidense
votó por el presidente en la elección de la semana pasada",
explicó Antonio González, titular del Instituto Willie C.
Velásquez, que realizó encuestas de salida a latinos en Florida.
"Eso es muy notable ya que 82 por ciento de ellos había apoyado
a Bush en 2000".
El encuestador y analista Sergio Bendixen, quien trabajó
con el New Democrat Network -red latina del Partido Demócrata-,
dijo que sus análisis de ese voto también registraron un
debilitamiento del apoyo al presidente en casi las mismas proporciones
que había detectado el grupo de González.
En entrevista con La Jornada, Bendixen, veterano
encuestador con sede en Miami, dijo que esto representa un cambio histórico
en una comunidad que, con una sola excepción, ha apoyado de manera
consistente y abrumadora a los candidatos republicanos durante más
de dos décadas.
Las razones de este cambio que rompe el tan estable esquema
anterior, están relacionadas con el empadronamiento de cubanos que
inmigraron recientemente -caracterizados más como refugiados económicos
y no políticos que llegaron en los años 80- junto con la
participación electoral de una segunda generación de nacidos
en este país, explicó María Cardona, quien trabaja
con Bendixen en el New Democrat Network.
Estas tendencias se aceleraron por la de-cisión
de Bush de imponer nuevas restricciones al envío de remesas a Cuba
y reducir aún más el número de viajes que los cubanos
pueden hacer a la isla para visitar familiares, medidas muy controvertidas
para un amplio segmento de esta comunidad que provocaron divisiones marcadas
en su interior.
Hasta hace poco, muchos de los inmigrantes más
recientes y de la segunda generación de cubanoestadunidenses en
Miami no habían participado en elecciones.
La generación más vieja, conocida como "del
exiliado histórico" que salió de Cuba por la revolución,
sigue siendo mayoría entre el electorado, pero sus números
empiezan a reducirse, junto con su influencia y monopolio del debate político
en Miami.
Las implicaciones políticas de estos cambios probablemente
serán graduales. Tanto Bush como su contrincante demócrata
John Kerry cumplieron con la obligación política tradicional
de denunciar y condenar el régimen de Fidel Castro durante la campaña,
aunque el demócrata propuso aflojar algunas restricciones a viajes
y otras medidas, posición más cercana al sentir político
nacional.
Los cambios políticos en el electorado cubano son
acompañados de drásticos cambios de la comunidad latina más
amplia en Florida, donde los cubanos eran la fuerza dominante. "La comunidad
latina de Florida ya no puede ser caracterizada como base del Partido Republicano",
afirmó Antonio González en entrevista con La Jornada.
Aunque los cubanoestadunidenses siguen representando 42 por ciento del
electorado latino del estado, ya no son mayoría, añadió.
Ahora hay un número creciente de puertorriqueños,
sudamericanos y mexicanos que están empezando a empadronarse. Y
esta tendencia debilitará cada vez más el dominio cubano
de la presencia latina en Florida.
A la vez, el gran avance este año, según
González, fue el éxito de los esfuerzos de empadronar a nuevos
votantes latinos. Se registró, dijo, un incremento de 30 por ciento
en el número que votó en la pasada elección en el
estado, en comparación con 2000. "Florida ahora es el tercer estado
en el país con más de un millón de votantes latinos;
ahora se suma a California y Texas", apuntó.
Este crecimiento del voto latino no cubano es otro factor
que erosiona el apoyo a los republicanos. Bendixen señaló
que ya que los cubanos representaban una proporción tan alta del
voto latino hace cuatro años, Bush ganó 65 por ciento del
voto latino total de Florida en 2000. Su contrincante demócrata,
Al Gore, obtuvo sólo 34 por ciento.
Este año Bush todavía le ganó a Kerry
en el electorado latino de Florida, pero por un margen muy diferente de
56 contra 44 por ciento. A pesar de la reducción en el apoyo latino,
Bush triunfó porque cientos de miles de votantes blancos que habían
apoyado a Gore sufragaron por Bush debido a sus preocupaciones con el terrorismo,
informó.
Estos cambios demográficos avanzan lentamente,
dijo Bendixen, pero están transformando el panorama político
en Florida.
La encuesta de salida del Instituto Velásquez reveló
un electorado latino más conservador que un sondeo parecido a nivel
nacional realizado después de la elección. Pero, por separado,
Bendixen y González pronostican que estos cambios se manifestarán
en el debate político entre los latinos en Florida.
Nadie duda que estos cambios también tendrán
algún impacto en la política estadunidense hacia Cuba, la
cual históricamente se ha guiado más por la comunidad cubana
en el exilio en Miami que por Washington.
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