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México D.F. Viernes 12 de noviembre de 2004
Luis Javier Garrido
El petróleo
El nuevo desafío que hay para los mexicanos es muy claro: el gobierno de Vicente Fox está acelerando el proceso de entrega de los recursos estratégicos del país -y en particular del petróleo- a las trasnacionales estadunidenses, con vistas a tener todo el apoyo de la administración de Bush en su intento de manipular el proceso electoral de 2006 e imponer a su sucesor.
1. La relección de George W. Bush ha traído varias consecuencias, y una es que ante el endurecimiento de Washington en sus reclamos hacia América Latina, en México encuentra a un gobierno foxista cada vez más débil por sus fracasos, que está decidido a ceder en todo.
2. Las declaraciones que hizo en Monterrey Fernando Elizondo, secretario de Energía, señalado por la prensa pieza clave de los grupos empresariales regiomontanos ansiosos de controlar Pemex, quien dijo que las fuerzas armadas estadunidenses vigilan por mar y aire las instalaciones petroleras de México en previsión de supuestos ataques terroristas, confirmaron lo que ya se sabía: que Fox ha entregado a Estados Unidos el control estratégico de fronteras, aeropuertos y mar territorial, y los pozos petroleros, asumiendo que los recursos estratégicos mexicanos son vitales para Washington, que bajo el gobierno de Bush pretende hacerse del control de la mayor parte posible de las reservas del planeta. De ahí que ante el escándalo suscitado por este nuevo acto de traición al país, Santiago Creel y Rubén Aguilar, vocero de Los Pinos, tardaran días en balbucear confusas "aclaraciones", en las que al más puro estilo Clavillazo, dejaron al Ejército Mexicano en el más absoluto ridículo.
3. El hecho vergonzoso de que Vicente Fox -al igual que está haciendo con el agua, la electricidad y el gas- haya decidido dar el petróleo mexicano a precio regalado a las petroleras estadunidenses que figuran entre las empresas más ricas del mundo, y en varias de las cuales tienen intereses los Bush, haciéndoles una "histórica rebaja" de tres dólares, según reconoció un vocero de Pemex Internacional (5 de noviembre), lo cual representa una notable pérdida de ingresos para México y mayores ganancias para esas refinadoras gringas, es una señal más que el desesperado gobierno foxista está enviando al ahora fortalecido Bush pidiéndole su apoyo para el final del sexenio y en vistas a 2006.
4. El nivel de corrupción en Pemex no había llegado a un nivel tan alto a lo largo de su historia como durante el gobierno de Fox, y resulta significativo que aún fresco el escándalo por la firma del convenio por 8 mil millones entre el sindicato y el director Raúl Muñoz Leos y por las pillerías de éste a todos niveles, y tan sólo días después de que El Universal (29/10/04) y Proceso (núm. 1461), documentaran las descomunales operaciones ilícitas llevadas a cabo en diversas áreas de la paraestatal, y en particular en Pemex Exploración y Producción, bajo la protección de su director Luis Ramírez Corzo (hombre de confianza de Los Pinos), Fox nombrara a este último como nuevo director general de la empresa.
5. La designación del presunto (y a todas luces) hampón Ramírez Corzo como director general de Pemex, para sustituir al también corrupto Muñoz Leos (1/11/04), constituyó un nuevo insulto del foxismo a los mexicanos, y un agravio a la historia de un pueblo que por varias generaciones se ha esforzado por edificar una empresa pública que beneficie a todos y no a un puñado de trasnacionales y a los intereses políticos y económicos del grupo gobernante, como acontece ahora mucho más que en el pasado. La Cámara de Diputados no hizo sino cumplir con su obligación constitucional al emitir "un extrañamiento" a Fox por designar al frente de la paraestatal a un individuo que enfrenta un proceso penal por corrupto y exigirle que lo destituyese para designar en el cargo a un técnico probo (9/11/04).
6. La Cámara actuó con fundamento en el artículo 93 constitucional que de manera expresa la faculta para ello y, sin embargo, en el contexto de deterioro institucional que se vive no sorprendió ya el cinismo con el que Fox respondió a los legisladores, escondiéndose primero ante la prensa y luego mandando a su vocero a hacer una vez más el ridículo al pretender que Fox es soberano para cualquier tipo de designación, como tampoco el desparpajo del consejo de administración de la paraestatal que en su sesión de ayer hiciera suyo dicho nombramiento, avalara las políticas entreguistas del foxismo y encubriera los actos de corrupción de Muñoz Leos y de Ramírez Corzo, confirmando que subsiste en México un presidencialismo impune.
7. El escándalo que han desatado las recientes revelaciones sobre este manejo delictivo que ha hecho Fox a lo largo de cuatro años de la industria petrolera, que configura sin duda el delito de traición a la patria, y las interrogantes que esto ha suscitado en el contexto político actual, confirman lo que ya se sabía, y es que los recursos estratégicos del país se han vuelto un botín en manos del grupo foxista, que con actitud patrimonialista los está utilizando para su proyecto político transexenal con plena impunidad. Los análisis en los medios señalan que Ramírez Corzo, quien enfrenta un proceso judicial, fue designado en el cargo no sólo por ser un neoliberal delirante que desde Pemex Exploración buscó beneficiar tanto a Halliburton Co. (compañía que encabezaba Dick Cheney) como a Schlumberger Limited, empresas integrantes de los llamados Amigos de Fox, sino también por constituir una pieza clave de la corrupción del foxismo, que con los recursos de la paraestatal buscará apuntalar a su protector Santiago Creel en 2006.
8. La manipulación delirante que la mayoría de los medios ha hecho durante nueve meses del caso de René Bejarano, a quien se ha acusado de operaciones con recursos de procedencia ilícita y de delitos electorales, contrasta con la forma en que estos mismos medios han disimulado los graves delitos cometidos a lo largo del sexenio por Fox y sus amigos en detrimento del patrimonio de la nación, y en particular, cómo han ocultado los escándalos de los últimos días en torno a Pemex, que comprometen de manera muy grave el futuro de los mexicanos. Resulta evidente que el "caso Bejarano" ha sido utilizado por la pareja Fox-Salinas para buscar golpear a quien ven como un escollo para 2006 y para ocultar la descomunal corrupción del gobierno.
9. Esa corrupción del gobierno foxista está a la vista, pero mucho antes de los grandes negocios con el patrimonio del país que Vicente y sus amigos están haciendo, estuvieron los ilícitos de la campaña. Fox recibió entre 1998 y 2000, según documentó el IFE, cientos de millones de pesos provenientes del extranjero para poder ganar en 2000, a cambio de entregar a sus benefactores una parte de lo privatizado: los mismos ilícitos de los que se acusa a Bejarano. Y como se está viendo, Fox está cumpliendo con lo acordado en ese vulgar tráfico de influencias, que tuvo un rasgo fundamental: no fue videograbado.
10. El país no ha transitado a una vida democrática, como pretende la tesis foxista, sino a formas más desenfrenadas de corrupción y patrimonialismo, sustentadas, como siempre, en la impunidad del Ejecutivo, quien pretende hoy seguir encabezando una coalición de intereses minoritarios que con todo tipo de prácticas delictivas se halla en abierta oposición a los intereses de la nación.
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