México D.F. Viernes 12 de noviembre de 2004
Presidentes de México y Centroamérica
abordarán hoy la problemática
En ascenso, la presencia de maras salvatruchas
en territorio mexicano
JUAN BALBOA
Suchiate, Chis., 11 de noviembre. El incremento
masivo de la migración indocumentada centroamericana (este año
aumentará casi 36 por ciento ), la aplicación en Honduras
y El Salvador de leyes antimaras y la presencia de cárteles
de la droga en la frontera México-Guatemala han provocado que numerosos
grupos -se han identificados unos 10- llamados maras salvatruchas
y de mexicanos que los imitan se encuentren de manera permanente en la
frontera sur de México.
Sólo
en el año en curso han sido detenidos unos 300 y han sido desmantelados
al menos seis centros de operaciones instalados cerca de las vías
del tren. La Mara Salvatrucha ha logrado tejer una organizada red
criminal a lo largo de todo el trayecto del tren: de la frontera de Tecún
Umán, Guatemala, con Suchiate, Chiapas, a Coatzacoalcos, Veracruz.
La Procuraduría General de la República (PGR) ha registrado
la presencia de mareros en Oaxaca, Jalisco, Tamaulipas y Baja California
Norte.
La presencia de hondureños, salvadoreños
y guatemaltecos organizados como maras salvatruchas en territorio
mexicano y el impacto negativo en la sociedad serán temas que se
abordarán este viernes en la cumbre de presidentes de Centroamérica
y México, a realizarse en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez,
Chiapas. Pero no será el único tema escabroso en la agenda
de los mandatarios. También se abordarán el respeto a los
migrantes, a la integridad humana y a los derechos humanos de los indocumentados
de América Central, junto con la inseguridad que prevalece en la
frontera.
Los propios cónsules de Guatemala, El Salvador
y Honduras en Tapachula, Chiapas, han amenazado en dos ocasiones con presentar
una queja ante la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos de
la Organización de Naciones Unidas (ONU), debido a la inseguridad
que enfrentan los indocumentados que pasan por Chiapas en su camino hacia
Estados Unidos.
"Así como el gobierno federal pide respetar a los
indocumentados mexicanos en Estados Unidos, debe hacer lo mismo con los
centroamericanos que pasan por su país", dicen representantes diplomáticos
de América Central. El cónsul de Honduras, Alex Eduardo Pacheco,
asegura que el problema es por la "inseguridad imperante en la frontera",
y señala que el gobierno mexicano ha abandonado su frontera sur.
Los maras inundan regiones de México
Investigaciones del Colegio de la Frontera Sur e informes
de la Procuraduría General de Justicia del estado y de la Procuraduría
General de la República han alertado sobre el aumento de las bandas
de maras salvatruchas en la frontera México-Guatemala, pero
su principal preocupación se centra en la presencia de éstas
en distintas ciudades de la República mexicana.
"Ya no se restringen a regiones de la frontera sur y norte.
Existen evidencias de la presencia de esas bandas en ciudades como Guadalajara
y Oaxaca", señala el investigador del Colegio de la Frontera Sur,
Hugo Angeles Cruz. Informes de la PGR las han ubicado en Villahermosa,
Veracruz, Distrito Federal y Tamaulipas.
En la geografía chiapaneca se ha detectado a grupos
de maras centroamericanos o a imitadores mexicanos en Suchiate,
Tapachula, Huixtla, Pijijiapan, Tonalá, Arriaga, Tuxtla Guitiérrez
y Palenque.
El impacto en México de la ley antimara
Honduras promulgó en julio de 2003 reformas a su
código penal, conocidas como ley antimara. De inmediato se
inició la detención de jóvenes presuntamente pertenecientes
a esas bandas. Tres meses después (octubre de 2003), El Salvador
aprobó una ley aún más radical, pues para la justicia
salvadoreña es mara todo aquel "que se reúna habitualmente,
que haga señas o tenga símbolos como medios de identificación,
que se marque el cuerpo con cicatrices o tatuajes".
"Consecuencia directa de la aplicación de esa ley
en El Salvador y de la modificación al código penal en Honduras,
se ha generado de forma inmediata una estampida de maras a otras
regiones del mismo país y a otras naciones", asegura Hugo Angeles
Cruz, uno los investigadores más minuciosos en la investigación
de éstos en territorio mexicano.
El presente año se registró una invasión
masiva de maras en la frontera sur. La preocupación del gobierno
mexicano es evidente, pues teme que supere la capacidad policiaca. La comisionada
del Instituto Nacional de Migración, Magdalena Carral, anunció
la semana pasada que un grupo de alto nivel de México y naciones
de América Central analiza la situación.
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