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La palabra
de dios, palabrerías
Si hubiera un abogado de los santos, éste
sin duda sería Moisés, el hombre que eligió dios para
transmitir sus preceptos morales a la humanidad entera, y los cuales debían
seguirse so pena de la condena eterna. Cuando los diez mandamientos fueron
pronunciados en el Monte Sinaí, hará unos 3,500 años,
tenían su razón de ser: aglutinar a los judíos en
torno a un solo dios verdadero y preservar la propiedad. Milenios después
esas leyes, al igual que muchas de las actuales, son letra muerta, aunque
todo mundo los invoque. Mentar el nombre de dios en vano es práctica
corriente; santificar el día del señor es una vacilada, pues
hay millones que no trabajan los seis días obligatorios y otros
tantos han sido beneficiados por legislaciones terrenales que limitan la
jornada laboral a 40 horas a la semana; matar es la noticia de cada día
y no desear a la mujer del prójimo es inoperante cuando a quien
se desea es al prójimo, por poner unos ejemplos.
Si bien es cierto que los mandamientos han sido modificados
en distintos tiempos para que no parezcan tan anacrónicos
(aunque en la misma Biblia hay dos versiones ligeramente diferentes, una
en el Exodo y otra en el Deuteronomio), su vigencia sigue
siendo defendida por la Iglesia, a contracorriente de la cotidianeidad
humana. Las leyes de dios tal vez no merecerían más análisis
de los que ya han tenido, pero conviene volver a ellas para regocijarse
en las interpretaciones. Fernando Savater lo hace y el resultado es un
libro disfrutable por las explicaciones sociales, económicas y morales
que da a cada mandamiento y por su tuteo con dios, a quien le enmienda
la plana con cuestionamientos precisos y agudos.
Por supuesto que vivir en sociedad (civilizada) requiere
de reglas para la sana convivencia, pues sin legislación nos acabaríamos
unos a otros. No en balde mucha gente vive porque es delito matarla, pero
los diez mandamientos han sido sustituidos con creces por las leyes humanas,
a las que sí se les teme. En ese sentido, Savater nos recuerda que
los diez mandamientos representaron el "comienzo de una estrategia que,
con relativo éxito, siempre han desarrollado quienes controlan ciertas
cuotas de poder en una sociedad: evitar ser rebatidos, ya que hacerlo es
ponerse en contra de dios." (Antonio Contreras).
Los diez mandamientos en el siglo XXI.
Tradición y actualidad del legado de Moisés.
Fernando Savater
Ed. Debate. México, 2004 |