¡Aguas
con la diabetes!
Aunque la eficacia de los tratamientos antirretrovirales
ha reducido significativamente la ocurrencia de enfemedades oportunistas
en las personas que viven con el VIH/sida, aún persisten los riesgos
de los efectos colaterales provocados por varíos de estos medicamentos,
y entre ellos figura la formación de cálculos biliares y/o
renales, y, sobre todo, la aparición de la diabetes mellitus tipo
2. En este artículo se señalan formas eficaces y muy sencillas
de prevenir estos riesgos clínicos, mejorando sustancialmente la
calidad de vida del usuario de fármacos antirretrovirales.
Por Gabriela Hernández
La terapia antirretroviral es el tratamiento destinado
a los pacientes infectados por el VIH, ya que logra disminuir significativamente
la incidencia de enfermedades oportunistas, la desnutrición e incluso
la mortalidad. Desafortunadamente, se ha observado que estos tratamientos
tienen efectos adversos de diversos grados que favorecen el desarrollo
de padecimientos como la diabetes mellitus tipo 2 y/o la formación
de cálculos (piedras) vesiculares y renales.
La litiasis vesicular y renal se puede evitar si el paciente
se hidrata adecuadamente, ya que un buen consumo de líquidos evita
que el medicamento se cristalice y se precipite formando piedras en el
riñón y en la vesícula.
Requerimientos de líquidos para pacientes que toman
indinavir:
Hombres: 2.5 a 3 litros de líquidos/día
Mujeres: 1.8 a 2.3 litros de líquidos/día
Este requerimiento se incrementa si el paciente realiza
mucho ejercicio cardiovascular o si el paciente vive en lugares donde el
calor y la humedad son excesivos y se pierden muchos líquidos al
orinar y sudar.
Para una adecuada hidratación es importante:
Evitar tomar café y otras bebidas con cafeína
(tés y refrescos de cola principalmente), ya que la cafeína
incrementa la motilidad intestinal con lo que se pierde una mayor cantidad
de líquidos en las heces, además de tener un efecto diurético
con lo que se pierden líquidos por la orina.
Diabetes mellitus tipo 2
En este tipo de diabetes el páncreas produce insulina,
pero por alguna razón el organismo no es capaz de usarla adecuadamente,
por lo que los niveles de glucosa en la sangre no son normales a pesar
de que existe insulina en cantidades adecuadas. Afortunadamente, en muchos
casos la diabetes tipo 2 puede ser tratada con un adecuado control del
peso (muchos diabéticos tipo 2 tienen sobrepeso), dieta apropiada,
reducción en la ingestión de azúcar y ejercicio, en
otros casos será necesario también el tratamiento con medicamentos
orales y en casos más severos incluso podrán requerir insulina.
Es importante realizar pruebas de laboratorio constantes, sobre todo después
de un año de tratamiento antirretroviral, y visitar al médico
para poder determinar mediante un simple examen si se presentó este
tipo de diabetes. Los síntomas de la diabetes tipo 2 generalmente
aparecen de manera gradual y son:
Orinar frecuentemente y en grandes cantidades.
Sed excesiva.
Hambre excesiva.
Sensación de cansancio.
Cambios repentinos en la visión, o visión
borrosa.
Náusea y vómito.
Infecciones frecuentes, generalmente en las encías
u orina.
Hormigueo, entumecimiento en manos y pies.
Picazón en la piel y genitales.
Cortaduras y heridas que tardan en cicatrizar.
Piel seca.
La diabetes tipo 2 puede pasar inadvertida por muchos años,
y en algunos casos ésta es diagnosticada cuando ya se han producido
daños irreversibles en el organismo.
En las personas que no padecen de diabetes, los niveles
de azúcar en la sangre (glicemia) se mantienen en niveles normales
los cuales oscilan entre 70 a 110 mg/dl. En cambio, en personas con diabetes
estos niveles no se mantienen por si solos en niveles normales, por lo
que las personas diabéticas requieren un tratamiento y control apropiado
para que sus niveles de glicemia no se eleven por encima de lo normal.
Cuando el médico o nutriólogo evalúa
al paciente, le indica un tratamiento que puede consistir en un régimen
nutricional en el que especifica qué comer, cuánto y cuándo
hacerlo, un plan de ejercicios regulares y, además, el médico
le podrá incluir medicación (insulina o medicamentos orales).
La dosis de la medicación dependerá de la cantidad de comida
que ingiera y de los ejercicios que realice. Es importante mencionar que
las dietas y las recomendaciones para las personas diabéticas deben
ser individualizadas, es decir, de acuerdo al peso, estatura, edad y actividad
física del paciente así como si toma medicamentos para la
diabetes.
En los pacientes con diabetes se pueden presentar periodos
de hipoglicemia (bajos niveles de glucosa en sangre) cuyas causas más
frecuentes son:
Utilizar más cantidad de insulina
o hipoglicemiantes orales de lo indicado.
No comer lo suficiente o saltar alguna comida o
merienda.
No comer sus comidas (incluyendo las meriendas)
a las horas establecidas.
Hacer más ejercicio de lo habitual.
Cada persona puede tener un conjunto de síntomas particulares
y algunas personas no sienten ningún síntoma, por lo que
es muy importante checar sus niveles de glicemia con regularidad.
Los síntomas de la hipoglicemia aparecen repentinamente
y son:
Falta de atención y confusión.
Somnolencia.
Respuestas inapropiadas.
Tez pálida.
Dolor de cabeza.
Hambre repentina.
Falta de coordinación.
Mareos.
Temblor.
Sudoración.
Mal humor.
Visión borrosa.
Las hipoglicemias nunca se mejoran por si solas, por lo tanto,
si se presentan algunos de estos síntomas es importante actuar de
inmediato, ya que si el nivel de azúcar desciende demasiado la persona
puede tener convulsiones o quedar inconsciente.
Estos efectos secundarios del tratamiento antirretroviral
no se presentan en el cien por ciento de los pacientes. Es importante acudir
al médico y al nutriólogo para evaluar constantemente los
signos y los síntomas de los pacientes, sobre todo si llevan más
de un año de tomar tratamiento antirretroviral, para ver si se presentan
estas condiciones.
Nutrióloga del Instituto Nacional de Enfermedades
Respiratorias. |