PERFORMANCE

Víctor Ortega*

Esto no es un grafiti, Jean-Michel Basquiat en Bellas Artes

CUANDO YA LE fue imposible ganarse la vida pintando cuadros expresionistas abstractos, Steve Harvey decidió dedicarse al diseño gráfico. Ninguna de sus pinturas es recordada en las historias de arte que conocemos, pero uno de sus trabajos comerciales forma parte de cualquier enciclopedia de arte moderno y contemporáneo: el empaque para el detergente Brillo, objeto que Andy Warhol convirtió en icono del movimiento pop.

WARHOL RECORRIO UN camino diametralmente opuesto al de Harvey, dejó de ser el notable diseñador publicitario que era para convertirse en una celebridad de la escena artística mundial. En 1964 presentó en la galería Stable su célebre pieza Brillo box, la cual no era otra cosa que una serie de fieles reproducciones del empaque diseñado por Harvey.

EN SU LIBRO La madonna del futuro (Paidós, 2003), Arthur C. Danto comenta así este hecho: "...Warhol meramente seleccionó lo que Harvey había creado y lo convirtió en arte sin cambiar nada, del mismo modo que pasó de una carrera profesional a otra haciendo el mismo tipo de cosas". Con el caso Brillo box -su ejemplo favorito-, Danto nos hace notar que a partir de esta obra la categoría artística de un objeto ya no depende de su apariencia, es decir, la diferencia física, puramente retiniana y sensorial, entre el objeto artístico y el no artístico desapareció.

DE MANERA SIMILAR a la de su amigo Warhol, Jean-Michel Basquiat transitó de un mundo estético a otro casi sin cambiar la apariencia de sus productos. Antes de 1980 firmaba con el seudónimo Samo (Same old shit), leyendas y grafismos que pintaba sobre muros de los barrios bajos de Nueva York. Sin embargo, no se consideraba un grafitero, veía su trabajo en las calles como una especie de poesía pública.

ASIDUO VISITANTE DE los museos de arte y de diversos antros neoyorquinos de artistas e intelectuales, se había procurado una educación artística de manera autodidacta. Quizá impulsado por su declarado afán de fama y celebridad, Basquiat, el James Dean del mundo del arte (según el New York Times) inicia en 1980 su fulgurante y meteórica carrera en la pintura, la cual concluye con su muerte por una sobredosis de drogas ocho años después.

SI EL ARTE pop de los años 60 pone a hablar a la pintura, la escultura y el cine sobre la publicidad y los mass media, y el hiperrealismo hace de la fotografía el nuevo referente del arte, Basquiat traslada la estética del grafiti de los muros callejeros de las grandes urbes al territorio de la plástica, acto similar al de los artistas pop respecto de la cultura de masas. En ese sentido, su afinidad con este movimiento me parece más directa y profunda que la que puede tener con el neoexpresionismo transvanguardista de los años 80, sobre todo si consideramos al grafiti un fenómeno de la sociedad de masas.

REFERIRSE A BASQUIAT como un "artista del grafiti", o decir que cultivó el "arte del grafiti" equivale, por tanto, a ver sólo la superficie de su trabajo. Su arte está tan alejado de esa forma de expresión como lo podría estar La fuente, de Duchamp, de la cerámica industrial.

RENE MAGRITTE NOS hizo notar una vez que el cuadro de una pipa no es una pipa. Hoy parece necesario advertir sobre las pinturas de Jean-Michel Basquiat: šEsto no es un grafiti!

LA EXPOSICION DE Basquiat permanecerá en el museo del Palacio de Bellas Artes hasta el 19 de diciembre. El horario de visitas es de las 10 a las 18 horas.

* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

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