.. |
México D.F. Jueves 21 de octubre de 2004
Margo Glantz
Cultura y autonomía universitaria
Es evidente que una institución de educación superior no podría funcionar sin autonomía. Celebramos el septuagésimo quinto aniversario de haberse decretado la ley que la hizo posible en nuestra Máxima Casa de Estudios. Nos percatamos de nuevo de las múltiples vicisitudes por las que pasaron quienes lograron hacerla efectiva, verificamos la trascendencia de esa misma ley y también su posible fragilidad en las circunstancias actuales.
Jorge Pinto prologa una antología sobre el tema, en 1974 (UNAM): ''La autonomía universitaria debe verse como un conjunto de libertades predeterminadas en una ley o en un precepto constitucional, en la que el Estado reconoce a una universidad o institución de educación superior, la facultad para darse a sí misma las normas que rijan su organización, sin intervención externa".
Y aunque ambos estén relacionados, como se explica en ese mismo texto, no debe confundirse el término autonomía con el principio de libertad de cátedra: ''La diferencia esencial consiste en que la autonomía se refiere a las relaciones de la Universidad con el Estado y, en general, con el mundo externo, y la libertad de cátedra y de investigación es un concepto interno relativo a la vida dentro de la misma Universidad".
De acuerdo, los dos términos no deben confundirse, pero sin la autonomía sería imposible ejercer la libertad de cátedra y de investigación, elemento indispensable para que se cumpla uno de sus objetivos principales, la libre difusión cultural.
Imposible concebir la cultura nacional sin la UNAM, al grado de que afirmo sin exageración que ningún acontecimiento cultural tuvo importancia en México sin estar ligado directa o indirectamente con ella. Cito al desgaire, los Hiperiones en Filosofía y Letras (los cuarenta; El espectador, revista política emprendida durante López Mateos por Carlos Fuentes, Luis Villoro, García Terrés, Francisco López-Camara, Víctor Flores Olea, Enrique González Pedrero; Radio Universidad con Max Aub, Cárdenas, Monsiváis, López Moctezuma, Guzik; Poesía en voz alta: Paz, Garro, Soriano, luego Gurrola, José Luis Ibáñez, Mendoza, Coapa y Azar; La Casa del Lago: Arreola, Juan Vicente Melo, Tomás Segovia, la Revista de Literatura Mexicana con Fuentes y Carballo, Segovia, García Ponce; los suplementos literarios, Novedades con Benítez y los González Casanova, García Terrés, Miguel Prieto, Vicente Rojo; La cultura en México (Siempre!): Monsiváis, Pacheco; el Fondo de Cultura Económica, Cosío Villegas, Orfila; Díez Canedo en Joaquín Mortiz y El Colegio de México, cuyos principales maestros y estudiantes siempre tuvieron que ver con la UNAM.
Hojeo la Revista de la Universidad, escojo el número primero, año XI, septiembre, 1956, solamente 1 peso, portada sobria en blanco y negro: fotografía con árboles y henequén ilustra un texto de Fernando Benítez, ''ƑQué tierra es esta?" El sumario, letras pequeñas, enumera las colaboraciones, una pleca color verde limón las enmarca, en la parte superior, el mismo alegre color destaca las letras del título, Universidad de México.
Sigue una columna intitulada La feria de los días, firmada por J.G.T, publicada luego en libro por García Terrés; una traducción de Canción de amor y muerte del corneta Cristóbal Rilke, firmada de manera redundante por R.M. Rilke; un cuento de Carlos Fuentes, ''El trigo errante": tenía entonces 27 años. Artículos científicos de Eli de Gortari y Santiago Genovés; Notas de viaje de Segovia; Artes Plásticas por Paul Westheim, traducidos sus artículos por Mariana Frenk, recién fallecida a los 106 años, eternamente joven; columnas fijas, de cine, de teatro, de ballet, un texto ''Sobre el difícil arte e ingrato arte de traducir", ilustrado con un retrato de San Jerónimo; reseñas de libros escrita por Alberto Bonifaz Nuño, hermano de Rubén y otras por H.G. Casanova; el número los ilustran dibujos de Andrée Burg, Ricardo Martínez y Juan Soriano, of all people!
Las fotos tomadas por la Compañía Mexicana de Aviación y el consejo de redacción avisa que el Rector de la Universidad es en ese preciso momento Nabor Carrillo y su secretario general, Efrén del Pozo, una de las épocas más gloriosas de la UNAM; director de la revista, Jaime García Terrés, su coordinador Henrique González Casanova y su jefe de redacción el que luego fuera el conocido galerista Juan Martín de la galería de ese nombre, dirigida ahora por Malú Block, cuya última exposición: grabados recientes de Vicente Rojo.
|