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México D.F. Lunes 18 de octubre de 2004
Iván Restrepo
Un reality show sobre tiburones que no ayuda
En septiembre pasado, varios especialistas en biología marina, encabezados por el maestro en ciencias Mario Jaime Rivera, expresaron su indignación por un programa que, como parte de una "semana del tiburón", transmitió el canal estadunidense Discovery Channel.
El programa prometía a los televidentes tener al tiburón blanco "frente a frente". Y para despertar el interés de los que reciben, previo pago, la señal Discovery sus productores dijeron: "En las aguas más infestadas de tiburones del mundo, un equipo de buceadores intentará nadar entre tiburones blancos y fotografiar sin la protección de una jaula. El equipo permanecerá aislado durante nueve días en una isla remota de México. Los alimentos serán escasos y el temperamento de los diferentes participantes muy explosivo. Los buceadores, que apenas se conocen entre ellos, deberán aprender a convivir para conseguir sobrevivir a un encuentro con el gran tiburón blanco en pleno océano. Andre Hartman, uno de los componentes del equipo, admitirá sentir verdadero terror frente a estos animales; el cámara John McKenney se preocupará de no poder regresar con su familia, y el ex modelo y malhumorado Cat Gennaro afirmará no sentir ningún miedo a estas criaturas. Todos ellos se sumergirán en el agua con la presencia hasta de seis tiburones a su alrededor. Las cámaras seguirán al equipo debajo del agua y a bordo del barco en el que se desplazan. Esta expedición es liderada por el surfista y asistente en medicina Mike Hudson, así como por el guitarrista y técnico de sonido Michael Gatt. Sin lugar a dudas, Tiburón blanco: frente a frente es un reality show nunca visto: no existen redes de seguridad ni tampoco jaulas de protección. Los tiburones son peligrosos y el miedo es real".
Efectivamente, el pasado 22 de septiembre se estrenó dicho documental, filmado en isla Guadalupe, frente a las costas de Baja California. Nada tendría de malo que Discovery "descubriera" las bellezas y la fauna y la flora que hacen de México uno de los países con más rica biodiversidad del planeta. Es bueno que eso ocurra hasta para llamar la atención sobre la urgencia de conservar y acrecentar los recursos naturales, a veces en peligro por la acción de las trasnacionales, por ejemplo de las gaseras estadunidenses que ahora sientan sus reales en áreas ecológicamente frágiles y ricas en biodiversidad de Baja California. Tampoco habría reparo si ese "descubrimiento" se hace con la seriedad debida, con la asesoría de los especialistas mexicanos en el tema, que los hay y muy buenos. Pero en vez de eso, dicho canal ofrece un reality show al gusto de quienes se aferran a la pantalla para consumir botanas y cerveza y hacerse a la idea de que en Irak reina la paz. Y, por si fuera poco, muestra un desconocimiento de lo que realmente es el mundo de los tiburones, el blanco entre ellos, así como de los peligros que corre esa especie precisamente por la acción del hombre.
Por todo ello, el maestro Rivera y otros científicos que llevan años estudiando a los tiburones (denuncian también cómo algunas especies disminuyen por la pesca irresponsable y la falta de medidas gubernamentales para protegerlas) se preguntan si la filmación de dicho programa contó con el visto bueno de las autoridades mexicanas y, si así fue, con qué criterios aprobaron un guión que falta a la verdad y se va por el camino fácil del sensacionalismo.
Denuncian que mientras los productores del reality show sobre el tiburón blanco tuvieron todas las facilidades para realizarlo, se regatea apoyo a los científicos mexicanos que investigan la vida marina. Una prueba es el recorte presupuestal al Centro de Investigaciones Científicas de Ensenada, el más importante en su tipo de América Latina. La norma ahora parece ser apoyos financieros mínimos, cuando no es que ninguno, y más obstáculos para realizar los trabajos sobre flora y fauna marinas, las islas y las costas del país.
Esta nueva muestra de cómo las autoridades dejan hacer y deshacer en territorio mexicano a nuestro socio y vecino debe servir, paradójicamente, para apoyar que isla Guadalupe sea convertida en reserva de la biosfera, proyecto que impulsa desde hace años el doctor Alfonso Aguirre.
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