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México D.F. Jueves 14 de octubre de 2004
No mantendrá el gobierno de unidad, dicen opositores
Lucio Gutiérrez confía en ganar las elecciones del domingo en Ecuador
KYRA NUÑEZ ENVIADA
Quito, 13 de octubre. El presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez, está seguro de que su partido, Sociedad Patriótica, y los demás que conforman su alianza, obtendrán más de 5 por ciento de los sufragios en las elecciones del próximpo domingo (cifra requerida para mantenerse como gobierno de unidad), consideradas el termómetro de la situación política nacional. "La oposición se equivoca en sus pronósticos, como lo hizo en 2002, cuando fui elegido; lograremos más de los sufragios que se necesitan", señaló Gutiérrez.
Los cierres de campaña de partidos y sus candidatos se sucedieron hoy por todo el país, con mítines en los cuales también participó el presidente, pero nadie duda que los comicios serán los únicos que podrán determinar la situación política del actualmente frágil gobierno del ex coronel. El sentido popular presupone que los pocos partidos de la alianza que lo eligió en 2002 no logrará obtener el 5 por ciento de los votos requerido.
Su principal opositor es aquel que lo llevó al triunfo: el partido de los indígenas Pachekutik, pero también la clase media militante de la Izquierda Democrática, entre otros. El desencanto es tal entre los indígenas que a los cuatro meses del mandato del presidente del cambio, se retiraron de la alianza política aduciendo promesas incumplidas.
Sin embargo, Gutiérrez cuenta con un grupúsculo que lo apoya incondicionalmente porque "es el único que nos ha venido a hablar, a conocer, a apoyar, a darnos obras, no menos de 160 se nos han prometido para lo inmediato, tenemos muchos resultados", declaró Alberto Arias Titzicuro, coordinador del Frente de Defensa de los Pueblos Indígenas Campesinos Negros del Ecuador, en la antesala de la oficina presidencial, donde agrega: "tenemos que ganar este domingo para fortalecer a nuestro presidente".
Pero hay quienes sostienen que la elección "será la forma de expresarle al gobierno el descontento social, ya que estamos hartos de las promesas, pedimos hechos", como señaló una candidata a alcaldesa de Oriente, encontrada en Coca, la población considerada puerta de Amazonía, fuerte en presencia indígena y en problemas: abuso de los recursos, entreguismo a las compañías petroleras, desinterés en creación de empleos, en atención a la salud, a la mujer y a las familias.
La coyuntura electoral es agitada. "No es para menos, la política del gobierno es un chop suey, hay de todo, pero al final no hay nada" adujo Pedro Eusebio, indígena huaorani, en plática con La Jornada en un poblado selvático.
El gobierno de Gutiérrez va de revés en revés. El último, ayer, cuando no logró la aprobación del Congreso a su iniciativa electoral defendida en vano por su alianza para la repartición favorable a las minorías sobre las cuales quiere apoyarse para lograr 5 por ciento de los sufragios este domingo. Sus antiguos aliados, Izquierda Democrática, el PSC y Pachekutik le cerraron la posibilidad.
Pesa también sobre el mandatario una demanda judicial en la Corte Suprema donde hoy se debatió el contenido de declaraciones suyas en las que pudiera haber instigación para cometer un delito.
Hace unos días, al defender su programa, Gutiérrez advirtió a los jueces nacionales que "el pueblo incendiará las cortes" y habrá "un nuevo 21 de enero" -fecha que recuerda el golpe de Estado del cual partió su mandato en 2002-.
Los medios de comunicación tampoco están de su lado; una campaña gubernamental en su contra es considerada como estrategia para desprestigiarlo y restarle credibilidad. Se le critica, entre otras cosas, porque ha asumido como propia la votación en favor de su partido, Sociedad Patriótica.
Gutiérrez rechaza el argumento: "Recorro el país como presidente durante, antes y después de las elecciones, no veo por qué no lo haría, lo hago porque es mi estilo de gobernar, porque tengo que vigilar supervisar y examinar cómo se gastan los dineros del Estado, porque me compete informar al pueblo dado que nuestra política de austeridad acabó con la subvención de las noticias y finalmente porque así consolido la democracia, la confianza del pueblo hacia los cambios de importancia que promovemos desde el gobierno y para levantar la autoestima del pueblo; es la principal obligación de un dirigente", declaró a La Jornada.
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