México D.F. Jueves 14 de octubre de 2004
Los aspirantes a la presidencia de EU vuelven
a chocar en el tema de la guerra en Irak
Encuestas ubican a Kerry como ganador del último
debate con Bush
El demócrata sostiene que puede encabezar un
combate "más inteligente" contra el terrorismo
Reitera el republicano su negativa a una amnistía
para más de 8 millones de indocumentados
AFP
Tempe, Arizona, 13 de octubre. El presidente George
W. Bush y su contrincante demócrata, el senador John Kerry, chocaron
con fuerza otra vez en cuanto a Irak, la seguridad nacional y temas domésticos
como la salud y el empleo, al tiempo que Dios y los impuestos figuraron
en su tercer y último debate televisivo en la carrera por ganar
la Casa Blanca.
Una
encuesa de la televisora CBS revela que 39 por ciento considera que Kerry
ganó el debate; 25 por ciento ubicó ganador a Bush y 36 por
ciento señala que fue empate. Otro sondeo de la emisora ABC revela
que 42 por ciento consideró ganador a Kerry, 41 por ciento se inclinó
por Bush y 14 por ciento señaló un empate.
El encuentro de 90 minutos y moderado por el periodista
de CBS, Bob Schieffer, dio oportunidad a los aspirantes a la presidencia
para volver a criticarse mutuamente en cuanto a sus posturas hacia la guerra
de Irak. Sin embargo, lo que resaltó una y otra vez fue la división
profunda que priva en todos los sectores estadunidenses.
Kerry se presentó como "el defensor del trabajador
estadunidense" y acusó a Bush de privilegiar a "los más acomodados"
durante su administración. El mandatario, a su vez, acusó
al senador de Massachusetts de ser un político de "extrema izquierda"
que votó 98 veces en favor de aumentar los impuestos.
"Creo que este presidente, lamentablemente, nos apuró
a ir a la guerra, tomó decisiones de política exterior que
alejaron las alianzas y como resultado Estados Unidos lleva esta carga
extraordinaria y no estamos tan seguros como deberíamos estarlo",
reiteró Kerry. El y Bush vestían traje oscuro, camisa blanca
y corbata roja.
"Yo puedo hacer un mejor trabajo de encabezar una guerra
más efectiva y más inteligente contra el terrorismo, y garantizar
que iremos tras los terroristas. Los cazaremos, los mataremos, los capturaremos,
haremos lo necesario para estar seguros", pero trabajando junto a los aliados,
afirmó.
"Lo haré de la misma forma que (los ex presidentes)
Franklin Delano Roosevelt, Ronald Reagan, John Kennedy (1960-1963) y otros
que lo hicieron (...) con alianzas más fuertes", insistió
Kerry.
"Sí, podemos estar más seguros si permanecemos
a la ofensiva contra los terroristas y si expandimos la libertad en el
mundo", contra-atacó Bush, que esta vez soportó estoico los
ataques de Kerry con una sonrisa burlona. En al menos una ocasión
siguió el ejemplo de su vicepresidente, Dick Cheney, al rehusarse
a responder los ataques de su adversario.
"Decir que el terrorismo es una 'molestia' -atacó
Bush- es una actitud peligrosa (...) No creo que pueda garantizar la seguridad
de Estados Unidos en el largo plazo", añadió, en referencia
a declaraciones recientes de su rival demócrata a la revista dominical
del New York Times.
Durante el debate, que debía centrarse en política
doméstica, los candidatos fueron consultados también sobre
la insuficiencia de vacunas contra la gripe.
Al respecto Bush intentó minimizar el problema
invitando a los estadunidenses que gozan de "buena salud" a que no se vacunen.
"Si usted goza de buena salud, si usted es joven, no se
vacune este año", afirmó, y añadió que él
no se ha inmunizado ni piensa hacerlo.
"Cinco millones han perdido su seguro de salud en este
país, un millón aquí en Arizona", criticó Kerry,
mientras Bush le miraba con el mentón levantado. "Yo tengo un plan
para ofrecer cobertura a todos los estadunidenses", agregó.
"Un plan no es un programa si no se puede financiar",
recordó Bush. El plan de Kerry "nos costaría más de
5 mil millones de dólares en 10 años; eso es una promesa
hueca", acusó.
Ambos fueron interrogados también sobre qué
le dirían a los estadunidenses desempleados, si es justo culpar
al gobierno completamente por la pérdida de empleos, si la homosexualidad
es o no una opción y su posición sobre el aborto.
Kerry había acusado el miércoles más
temprano al gobierno de Bush de "indiferencia cruel" frente a los desempleados
del país, luego de que el secretario del Tesoro, John Snow, dijo
que la pérdida de empleos neta desde que el presidente asumió
el cargo eran "mitos", según un pequeño diario de Ohio (norte).
Aunque Snow dijo que había sido mal citado por
el Findlay Courier, los demócratas saltaron al ataque y preparaban
un nuevo aviso publicitario basado en sus comentarios.
Bush intentó defenderse de los críticos
que señalan que convirtió un superávit presupuestario
de 236 mil millones de dólares en un déficit de 415 mil millones
de dólares.
Su campaña asegura que el presidente heredó
la situación del gobierno demócrata de Bill Clinton y que
todo empeoró con los atentados terroristas del 11 de septiembre
de 2001.
Bush atacó a Kerry una vez más por la inconsistencia
de sus votos en el Senado en los últimos 20 años, y por su
supuesta inclinación a subir los impuestos. "Ha sido el miembro
más liberal del Senado estadunidense, lo cual significa que le gusta
gastar su dinero", dijo el mandatario el martes en un acto electoral en
Arizona.
Discuten sobre migrantes por primera vez
Por primera vez en sus debates, los candidatos fueron
consultados sobre la migración, tema que afecta a la comunidad hispana
en Estados Unidos, la primera minoría del país con 40 millones
de personas, y sobre todo a los mexicanos, más de 3 millones de
los cuales están aquí sin documentos.
Bush sostuvo que "para hacer las fronteras más
seguras debe haber una tarjeta temporal de trabajo que permita el vínculo
entre un empleado y un empleador mientras no haya un estadunidense dispuesto
a hacer el trabajo".
No obstante, recordó su oposición a una
amnistía para los más de 8 millones de indocumentados en
Estados Unidos para no "recompensar una conducta ilegal".
Kerry recordó que Bush prometió hace cuatro
años una reforma migratoria y no ha cumplido, y sostuvo que de llegar
a la Casa Blanca, pondrá en marcha un programa de trabajadores temporales
y defenderá la legalización para los extranjeros que hace
tiempo están en el país, pagan sus impuestos y no tienen
antecedentes penales. "Necesitamos que avancen hacia la ciudadanía",
sostuvo.
Kerry defendió el derecho al aborto, tras aclarar
que es católico y fue monaguillo en su niñez. "El aborto
es una elección entre una mujer, Dios y su doctor", dijo, para luego
subrayar: "yo lo apoyo".
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