México D.F. Lunes 11 de octubre de 2004
A un mes de los comicios, sólo dos candidatos
tienen posibilidades de ganar: sondeos
Ataques entre partidos y presencia del narco
marcan contienda por el gobierno sinaloense
JAVIER VALDEZ CARDENAS CORRESPONSAL
Culiacan, Sin., 10 de octubre. En las campañas
por las elecciones en las que el próximo 14 de noviembre se renovarán
la gubernatura, las 18 alcaldías y los 40 escaños en el Congreso
local, se ha dado de todo: ataques verbales, denuncias penales, acusaciones
entre partidos sin ofrecer pruebas, donde los candidatos, inclusive, se
han metido con las familias de sus contrincantes. La presencia del narco
también ha sido evidente.
En total compiten siete fuerzas políticas. El Partido
Barzonista Sinaloense, surgido de la organización de deudores El
Barzón, se estrena en busca de la gubernatura. Pero de las tres
fuerzas principales -PRI, PAN y PRD- sólo dos parecen tener posibilidades
reales de triunfar en la contienda por la gubernatura.
El abanderado del tricolor, Jesús Aguilar
Padilla; el panista Heriberto Félix Guerra y Audómar Ahumada
Quintero, del sol azteca, han intensificado sus labores de proselitismo
y pisaron el acelerador, a casi un mes de los comicios.
El priísta lleva la delantera con alrededor de
50 por ciento de la intención del voto, según sondeos del
diario El Debate. Félix Guerra apenas ha levantado su rating,
y se ubica en casi 30 puntos.
El poco tiempo que queda a las campañas se ha aplicado
para pegar duro y con todo al oponente: desde señalamientos respecto
de que los gobiernos estatal y federal intervienen en esta contienda en
favor de los candidatos de sus respectivos partidos, hasta acusaciones
sobre conflictos familiares ya superados.
Aquel 11 de septiembre
Quién
iba a decir que en Sinaloa los capos del narcotráfico, los
partidos y el gobierno tuvieron su 11 de septiembre local. La tarde de
ese sábado, un grupo de gatilleros dio muerte a Rodolfo Carrillo
Fonseca, el menor de los hermanos que dirigen el cártel de
Juárez, fundado por el fallecido Amado Carrillo Fuentes, el señor
de los cielos.
La balacera, que ocurrió en un centro comercial
de Culiacán, causó la muerte de Carrillo Fonseca así
como la de su esposa y la de un cuidacoches. Minutos después del
atentado, cinco de los homicidas perecieron en un presunto enfrentamiento
con elementos de la Policía Ministerial, al norte de la ciudad.
Esa semana fue un funeral de siete días: 15 muertes
violentas en los municipios de Culiacán y Navolato, relacionadas
con la ejecución del capo.
La misma Procuraduría General de la República
(PGR) ubicó el hecho como una confrontación entre el cártel
de los Carrillo Fuentes, y el que dirige Joaquín El Chapo
Guzmán Loera.
Política y narco
La violencia propició el desarrollo de las campañas
sucias en Sinaloa. En sus espots radiofónicos, Eduardo Leyson
Castro, candidato panista a la presidencia municipal de Culiacán,
advirtió a los votantes sobre los riesgos de que triunfen los candidatos
priístas: "más narcotráfico e inseguridad".
Durante uno de sus actos de campaña aseguró
que su contrincante, Aarón Irízar López, del tricolor,
administraba bienes de narcotraficantes. Pero no dio pruebas al respecto.
La Jornada buscó a Leyson Castro para que
sustentara su acusación, pero el abanderado albiazul pretextó
tener una "agenda muy apretada", que no le permitió conceder una
entrevista de 15 minutos.
Irízar López respondió que si Leyson
Castro tenía pruebas, que las presentara ante la PGR, y le recomendó
no hacer señalamientos sin tener respaldos.
La dirigencia estatal del PAN y su candidato a la gubernatura
también hicieron lo suyo. Ambos acusaron al gobernador Juan Millán
Lizárraga de tener nexos con el narco, y pidieron a la PGR
una investigación al respecto.
En una de sus visitas a Culiacán para apoyar las
campañas de su partido, el senador Carlos Medina Plascencia advirtió
que ninguna negociación entre las autoridades de la PGR y el gobernador
Millán Lizárraga debería detener indagatorias sobre
la relación entre éste y el crimen organizado.
Imputaciones similares, que caracterizan la guerra electoral
en la entidad, se han hecho también contra Jesús Aguilar,
candidato priísta a gobernador.
Desde la precampaña, Mario Niebla, quien aspiró
a la candidatura del tricolor a la gubernatura, pidió que
se investigara el origen de los recursos que manejó el actual abanderado,
ante la posibilidad de que el narco estuviera presente. Niebla fue
expulsado de este partido semanas después.
Otros ajustes de cuentas
Los señalamientos dejaron paso a los hechos. Luis
Enrique Rojo, candidato del PAN a diputado por el distrito 13, presentó
ante la delegación estatal de la PGR una denuncia penal contra funcionarios
del gobierno del estado de México "por los servicios públicos
prestados en favor del PRI y su candidato Jesús Aguilar Padilla".
Los panistas entregaron un video en el que aparece un
camión con el logotipo del gobierno mexiquense en los costados,
del que brigadistas bajaron propaganda de Aguilar Padilla y la entregaron
en un local utilizado por el equipo de campaña, el 27 de septiembre.
Los perredistas no se quedaron atrás: Francisco
Juárez, candidato a alcalde de Culiacán, publicó en
periódicos locales un desplegado en el que acusaba al panista Eduardo
Leyson de abuso de confianza, por quedarse con unas propiedades de Elvira
Rodríguez, su suegra fallecida. La inserción incluyó
una carta pública firmada por Rodríguez el 22 de febrero
de 1992.
Leyson contestó que era un conflicto familiar,
y que éste ya había sido superado. Además reviró
que el desplegado se pagó desde el gobierno del estado, en las oficinas
del tercer piso de la unidad administrativa, las del gobernador Millán
Lizárraga.
Añadió que el sol azteca se prestaba para
golpear al blanquiazul y poner en duda a sus candidatos, una estrategia
aplicada por el PRI y ordenada por el mandatario estatal.
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