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México D.F. Sábado 9 de octubre de 2004
Estreno mundial de ¿Dónde estaré
esta noche?, de Claudio Valdés Kuri, en el FIC
Propone montaje una respuesta al sentido de la existencia
humana
Un elenco a plenitud mostró el esfuerzo, la tenacidad
y el talento artístico
PABLO ESPINOSA ENVIADO
Guanajuato, Gto., 8 de octubre. Con el estreno
mundial del montaje escénico titulado ¿Dónde estaré
esta noche?, la tarde del jueves el Festival Internacional Cervantino
(FIC) alcanzó un logro histórico: inscribir el arte del teatro
de México en el concierto planetario de la creación humana
con un trabajo artístico de real y magnificente dimensión
internacional.
El nuevo montaje escénico del joven maestro Claudio
Valdés Kuri al frente de un colectivo teatral formidable, que responde
al nombre de Teatro de Ciertos Habitantes, no sólo refrenda la legitimidad
del éxito de sus trabajos anteriores, también consolida una
labor de crecimiento artístico y los posiciona a todos ellos como
relevantes aportadores de grandeza creativa.
Hace ocho años estos teatristas sorprendieron al
mundo con una propuesta destellante: Beckett o el honor de Dios.
Desde entonces han mantenido en alto ese nivel con trabajos subsecuentes:
De monstruos y prodigios, esa disertación magistral a partir
de la historia de los castrati, que en realidad fue un motivo de
reflexión profunda y contundente. Y más recientemente El
automóvil gris.
Es de completa coherencia esperar ahora los lauros, los
premios, el reconocimiento internacional de este nuevo espectáculo
escénico ¿Dónde estaré esta noche?,
que aglutina los esfuerzos del colectivo Teatro de Ciertos Habitantes con
el apoyo del festival Cervantino, el Instituto Nacional de Bellas Artes
(INBA), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
y muchas otras instituciones de México, Bélgica, Alemania,
Austria y Bolivia, a partir del esfuerzo, la tenacidad y sobre todo el
talento de estos artistas en plenitud.
Crítica al uso del poder
Luego
del estreno mundial, anteanoche en el Cervantino, cumplirán temporada
a partir del 5 de noviembre en el Teatro Jiménez Rueda de la ciudad
de México, en febrero en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón de
la UNAM y después en festivales internacionales de Austria, Alemania,
Bélgica, Bolivia y otros países.
En escena, la noche del jueves, se desplegó un
prodigio de arte teatral, redondo en contenido y continente, esférico
en su concepción y en su ejecución.
A partir de la materia prima trascendente del trabajo
de los actores, Claudio Valdés Kuri y María del Carmen Gutiérrez,
coautores del texto, el planteamiento desemboca en una reflexión
contundente por sencilla y verdadera: que el espectador busque y encuentre
a su verdadero y único enemigo en este tránsito que significa
la vida en esta tierra nuestra: el único enemigo de una persona
es esa misma persona.
Utilizan para ello la historia conocida de Juana de Arco,
icono de la lucha social y humana que mayores logros ha tenido en la historia:
la batalla que libran las mujeres, pero también una historia, la
de Juana de Arco, ambivalente en cuanto para muchos es un referente fílmico
y, peor, para la derecha histórica un instrumento de propaganda,
en especial el uso de la derecha católica.
He ahí una de las claves de ¿Dónde
estaré esta noche?: una crítica al uso del poder. Una
manera de hacer más claro lo evidente, que tanto la Iglesia católica
como su aliado, los gobiernos de derecha, han utilizado el miedo como arma
de control, infundir miedo para garantizar su permanencia en el poder.
Miedo a perder el empleo, miedo a sufrir represión, miedo a la muerte.
Eso, el miedo a la muerte. He ahí el meollo. Ahí
reside la fuerza que impele a las alturas estéticas el nuevo trabajo
de Teatro de Ciertos Habitantes. Vencer el miedo a morir es algo que no
se enseña en Occidente precisamente porque liberar del miedo a las
personas significa, Perogrullo dixit, hacer a las personas libres.
La historia de Juana de Arco deviene, en ¿Dónde
estaré esta noche? entonces en un mero pretexto, en una manera
de hacerse de una estructura narrativa para decir lo que verdaderamente
vale la pena y que equivale a poner en marcha el motor que mueve al mundo:
formular las preguntas esenciales (¿quién soy? ¿a
qué vine al mundo? ¿hacia dónde voy?), cuestionar,
estructurar un pensamiento crítico, apelar a lo que nos hace humanos,
personas.
En escena, entonces, Juana de Arco es un ángel
disfrazado de guerrero. Es una guerrera victoriosa que resuelve la contradicción
que pocos entienden: ¿cómo puede significar una victoria
la muerte? Como en las sociedades occidentales no existe la preparación
espiritual, pues todo quieren reducirlo al dinero y lo trivial, el mensaje
sencillo y contundente de ¿Dónde estaré esta noche?
es una respuesta al sentido de la existencia, puesta en carne y sangre
con talento, pasión, entrega, honestidad. Con frutos verdaderos.
Intensa magia teatral
Como no existen las casualidades, en uno de los momentos
de máxima intensidad de magia teatral, cuando Juana de Arco escucha
las voces de la divinidad en su alma y hace sonar un arpa de copas de cristal
(no es casualidad que el arcángel Mozart compusiese partituras para
ese instrumento divino), sonaron las campanas del Templo de la Compañía
de Guanajuato, fuera del teatro, mientras adentro resonaban cantos tibetanos
en voz de los actores.
''Señor salvador, acepto la muerte. No me hagas
sufrir demasiado. ¿Dónde estaré esta noche?", declama
la actriz principal. Y expira. Y el espectador, que ha recibido un impacto
tan brutal como lo es recibir en la frente el beso de un ángel disfrazado
de guerrero, se formula una pregunta simple y llana, simple y plena, simple
y contundente: ¿Dónde estaré esta noche?
Cuando usted, lector, tenga el privilegio de presenciar
esta estremecedora y magistral puesta en escena, podrá formularse
esa pregunta. Podrá tener acceso a la oportunidad de hallar respuesta.
Gloria in excelsis.
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