México D.F. Domingo 3 de octubre de 2004
Con el dinero que ahorró en su puesto
pagó viajes y uniformes para su preparación
El deporte y las adversidades enseñan a no tener
limitaciones: María Estela Salas
La campeona paralímpica está orgullosa
de ser veracruzana, pero el gobierno estatal no la apoyó
ROSALIA A. VILLANUEVA
La vida de María Estela Salas cambió por
completo cuando comenzó a practicar el atletismo en silla sobre
ruedas hace 15 años, pues reconoce que gracias al deporte se integró
a la sociedad, porque desde niña le daba "vergüenza salir a
la calle, pues sentía que la gente se burlaba de mí y me
miraba raro'', por no caminar, debido a la polio.
Al paso del tiempo aprendió a superar todas esas
adversidades con valor, refiere la deportista de cuna humilde y familia
numerosa en su natal Chachalacas, Veracruz, donde tiene un puesto de mariscos
frente a la playa, que ha sido el soporte financiero para costearse sus
competencias locales y sus uniformes, porque de su entidad no recibe absolutamente
nada y, cuando ha solicitado apoyo, la respuesta es que "nunca hay dinero''.
Con su inseparable compañero Arturo Bedolla, quien
también es su entrenador, María Estela, de 33 años
de edad, recuerda que a pesar de las trabas burocráticas nunca declinó
para conseguir su mayor anhelo que representar a México en unos
Juegos Paralímpicos y la oportunidad se le presentó luego
de su participación en los Parapanamericanos de Mar del Plata al
obtener medallas y récords mundiales en el área de lanzamientos.
Cambio de suerte, la esperanza
Ahora
que ganó dos medallas de oro y plata en los Juegos Paralímpicos
de Atenas en lanzamiento de bala y jabalina, espera que la suerte le cambie,
porque han sido muchos años de preparación, dedicación
y esfuerzo para ser recompensada por lo menos con un reconocimiento, ya
sea del gobernador saliente Miguel Alemán o el recién electo,
el también priísta Fidel Herrera.
"El deporte no lo iba a dejar por tener o no los apoyos,
es algo de toda mi vida, mi esposo ha sido deportista, y el poquito dinero
que juntábamos era para asistir a mis concentraciones en el Centro
Paralímpico de la ciudad de México.
"Tuve que dejar mi negocito, pues ¿quién
atendía allá?, pero vamos a seguir luchando para continuar
en el deporte, porque si algo aprendí de esto es que no hay limitaciones,
estés o no completo, y eso te da valor para seguir adelante'', señaló
la doble medallista.
Estela aún guarda la emoción de sus recientes
logros y no oculta las lágrimas al ver con devoción sus dos
medallas atenienses con marca mundial, pues aunque ella se había
preparado exclusivamente en jabalina, como tenía las marcas A y
B en bala y disco fue inscrita, y obtuvo un primero y octavo lugar en cada
prueba.
"Llegó la competencia de bala y la verdad no tenía
posibilidades de medallas, pero me di valor, porque un día antes
me caí y sufrí una fractura en el tobillo, y creo que eso
me dio muchísima suerte, porque le puse más empeño,
no me quería regresar con las manos vacías, en Argentina
había impuesto tres récords mundiales y qué bueno
que se logró.
"Me siento orgullosa de mí misma y de ser como
soy, pues gracias a mi familia y a la gente que confió en mí
se dieron los resultados. No tengo hijos, pero con estas medallas tengo
dos y hay que conservarlos, hay que mirar hacia delante y trabajar más
para Pekín 2008''.
-¿Ahora regresas a Veracruz como una heroína?
-En mi Estado no hay una verdadera cultura para las personas
con discapacidad y sólo espero que con mis logros, los gobernadores
o presidentes municipales se pongan a trabajar, no tenemos autobuses con
rampas y en las calles uno tiene que buscar los espacios para poder transitar.
"En mi caso, ahorita recibo llamadas, felicitaciones,
pero antes de Atenas no hubo una que por lo menos me deseara suerte o aquí
te van cinco pesos para un chicle, no hubo nada, y creo que no se vale
el esfuerzo que uno hace para que ahora digan es mi atleta, es de mi entidad.
Pese a todos los obstáculos, María Estela
Salas se muestra orgullosa de ser veracruzana y digna representante del
municipio de Ursulo Galván, porque ante todo "no defraudé
a mi gente'' y espera seguir cosechando más triunfos para hacerse
de un local y poner un restaurante.
Para sus compañeros discapacitados tiene palabras
de reconocimiento hayan o no ganado medallas, porque "todos son ganadores,
fuimos a dar nuestro mejor esfuerzo y a hacer un buen papel. No todos tuvieron
la misma suerte, pero ojalá se fortalezcan los proyectos y planes,
haya continuidad y en cuatro años estar de nuevo en el podio en
Pekín''.
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