DANZA DE LOS VIEJITOS
Esta danza ceremonial se celebra en varias localidades de Michoacán. Su origen muy remoto, aunque hay cambios en sus coreografías e indumentaria; en algunos casos se dejó de bailar por un tiempo y nuevos guardianes de la tradición crearon grupos basados en recuerdos de infancia.
Como toda cultura viva, la purépecha expresa sus tradiciones dentro de un patrón de continuidad y cambio; cada generación aporta interpretaciones particulares de su tradición sólo permanece lo que la comunidad depura con el paso del tiempo.
La danza de los viejitos pertenece al complejo dancístico de los huehues que con diferentes nombres se interpreta en varias partes del país. Originalmente en Mesoamérica se bailaba para el dios del fuego.
Expresión de continuidad cultural
En Jarácuaro, Michoacán, se ejecuta en honor de Tare (viejo sabio); por su carácter festivo la interpretan usualmente jóvenes. Estos artistas escenifican el papel de los viejos; bailan en posición inclinada, lo que requiere de buena condición física. Parte de sus actuaciones se llevan a cabo al comienzo de la representación o entre cada bailable, algunos fingen caminar torpemente como si tuvieran reuma; otros parecen no entender o no escuchar a su interlocutor, algunos más escenifican pequeños malentendidos o riñas en las que al menor empujón caen adoloridos al suelo. Otros los ayudan, pero finalmente también terminan en el piso.
El público que no los ha visto actuar se sorprende cuando zapatean con toda fuerza y desarrollan la coreografía sin perder la inclinación que los caracteriza como viejos; en ocasiones danzan con la mano a la altura de la cintura tocándose la espalda como si les atacara algún dolor. La comunidad que conoce la danza, premia con aplausos a los que mejor imitan la actitud de los viejos y su inocente picardía.
Como expresión de la continuidad cultural es notorio el uso de un bastón de otate sólido tallado, aprovechando la forma natural de sus raíces para hacer una cabeza de venado. Estos bastones aparecen en diferentes códices y se relacionan con el mando y con el palo sembrador.
Coreografía de Jarácuaro
La coreografía actual en Jarácuaro, se compone de seis partes: la entrada, la flor del lago, el volantín, el caballito, las olas del lago, el trenecito y la despedida. La música se ejecuta con instrumentos de cuerda.
Máscaras laqueadas
Las máscaras están talladas en madera de pino y las más antiguas se laqueaban con un característico ''encarnado" de tez morena, las perforaciones para la vista apuntan al suelo próximo. Usualmente muestran, además de arrugas, una boca abierta y desdentada; en algunos poblados se complementan con largos ''cabellos blancos" hechos de ixtle.
Los grupos de danzantes de entre seis y 10 integrantes,
se visten con un traje de manta blanca, en el que los pantalones están
rematados en la parte inferior por una franja ricamente bordada de entre
20 y 25 centímetros. Llevan una faja multicolor tejida en telar
de cintura que puede ser también lisa, teñida con añil.
Usan un sarape con abertura central (jorongo) que les llega a la rodilla.
El sombrero es de tipo huetameño y está adornado con listones
que caen alrededor; la cabeza se cubre cuidadosamente con un paño
blanco de algodón para no dejar ver el pelo.
Para Ruth D. Lechuga quien dedicó parte
de su vida a registrar
y resguardar expresiones de la cultura de México.
Agradeceremos que nos envíen datos acerca de las celebraciones que se realizan en su comunidad, así como descripciones de sus costumbres y tradiciones. También serán bienvenidos sus comentarios y correspondencia a: La Jornada, Av. Cuauhtémoc #1236, Col. Santa Cruz Atoyac C.P. 03310, sección Cultura, página Tradición y Cultura. |