México D.F. Martes 28 de septiembre de 2004
El cielo en la piel se estrenará
en el teatro La Capilla
''Corrosiva'' propuesta escénica sobre cómo
medimos la belleza
CARLOS PAUL
Para reflexionar sobre la condición de la mujer
en la sociedad contemporánea y a lo largo de la historia, tomando
como pretexto los parámetros que en la actualidad se utilizan para
medir la belleza, es que Mahalat Sánchez (Mexicali, 1975) dirige
la obra El cielo en la piel, escrita por Edgar Chías.
La puesta en escena narra la historia de Es-ther-torcita
(de estertor) quien vive en la ciudad de México y lee un libro sobre
otra mujer que vivió en la época del rey Salomón.
Lo que ambas tienen en común es que son feas.
El
tiempo y el espacio de esas dos historias se entrelazan en este montaje
para tocar temas como la fealdad, la deshumanización en las grandes
ciudades, la apatía y el hedonismo de sus habitantes, la todavía
marginación de las mujeres, la violación o el acoso sexual
que sufren, explica la creadora escénica.
No se trata de hacer un comparativo de la condición
de los hombres respecto de las mujeres, añade, más bien es
la historia de una mujer rechazada por su fealdad, que va zurciendo uno
a uno sus días, dejando testimonio de lo que fue su vida cuando
estaba viva.
Aquí ''se intenta reflejar cómo los medios
y el mercantilismo imponen ciertos patrones de lo que es hermoso y perfecto.
''¿Cómo desprendernos de la idea de belleza
que nos han inculcado?, ¿cómo cambia mi realidad si no entro
en esos parámetros estéticos?, son dos de las cuestiones
que se plantea Sánchez para realizar su trabajo.
Desapego y deshumanización
La dramaturgia de Chías en este caso ''es completamente
narrativa y corrosiva", por ello los ''diálogos'' además
de darse entre los personajes, de alguna manera son dirigidos también
al espectador.
El planteamiento, explica la directora, es presentar ''de
manera sarcástica cuatro voces narrativas que se unen a partir de
la necesidad de contar una historia. Los actores entran y salen de distintos
personajes, pues representan el momento que vive Esther-torcita y la ficción
del libro que ella lee.
Esos cuatro seres -destaca- ''son una alegoría
de la sociedad posmoderna, representan el individualismo que cuestiona
el mismo individualismo.
''Aquí le hemos apostado más que a un discurso
visual, al sentido del oído del espectador. Desacomodando las ideas
para replantearlas.
''Por siglos -concluye la creadora escénica- los
seres humanos hemos tenido que enfrentar la idea de belleza. Nuestro afán
con este montaje es presentar cómo es que concebimos y rechazamos
la fealdad; las condiciones y dificultades de una mujer que vive en una
gran urbe como el Distrito Federal, donde predomina el desapego y la deshumanización,
en donde si te atracan, secuestran o violan, muchas veces sólo se
comenta: 'está cabrón', pero no pasa de ahí".
Con la actuación de Claudia Trejo, Georgina Ságar,
Iván Cortés y Alejandro Morales, integrantes de las compañías
Los Endebles y Tapioca Inn, música original de Mauricio García
de la Torre, escenografía de Auda Caraza y Atenea Chávez,
iluminación de Martín López y vestuario de Lissete
Barrios, El cielo en la piel es ''la primera dirección formal"
de Mahalat Sánchez.
Su estreno será el miércoles 6 de octubre
a las 20 horas en el teatro La Capilla, del Teatro Bar El Hábito,
en Madrid 13, esquina Centenario, Coyoacán.
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