Presentan libro conmemorativo en San Cristóbal

Concluyó homenaje a los célebres hermanos Domínguez

JAVIER MOLINA ESPECIAL

San Cristobal de las Casas, Chis., 21 de septiembre. Aquí, en su tierra natal, precisamente en el teatro de la ciudad Hermanos Domínguez, concluyó el homenaje que se rindió a los célebres músicos: Alberto, Abel, Armando, Ramiro, Gustavo, Francisco y Ernesto. Bajo la dirección musical del maestro Reynolds Peña y la coordinación de Jorge Saldaña cantaron Ana Libia, Miriam Núñez, Estrella Ramírez, Alma Cecilia Domínguez, Humberto Cravioto, Eric, Ernesto Garcel, Miguel Angel Palazuelos y el mismo Jorge Saldaña, ahora como solistas, ahora en dueto o bien todos juntos al entonar un popurrí.

La variante de este homenaje respecto al festejo en el Palacio de Bellas Artes -platicó Saldaña en Tuxtla Gutiérrez- fue que aquí presentaron el libro Eternamente los hermanos Domínguez, de Elisa Robledo, producido por el gobierno de Chiapas, en edición conmemorativa del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes. Aquí también se integraron el cantante Eric y la soprano Estrella Ramírez, quien participara en la inauguración del teatro de la ciudad de San Cristóbal.

En la capital chiapaneca como en esta ciudad se puede hablar de una velada memorable, tanto por los arreglos del maestro Peña como por las voces de Cravioto, de Garcel, de la soprano Estrella Ramírez y, desde luego, de la emoción que logra transmitir Miriam Núñez, una de las inolvidables hermanitas.

Aplausos, seriedad,nostalgia. La música romántica que siempre vuelve por sus fueros y logra con su magia que el público sea el mismo, esencialmente, aquí, allá y en todas partes.

Los sonidos que hacen recordar los años 30, la época de oro de la música y el cine mexicanos, de Agustín Lara, Alfonso Esparza Oteo, Guty Cárdenas y el gran jibarito Rafael Hernández; los años del alemanismo, también de la expropiación petrolera y de la segunda guerra mundial, cuando Alberto Domínguez cantaba: "Humanidad, hasta dónde nos vas a llevar".

El libro de Elisa Robledo contiene información valiosa, por ejemplo que Alberto Domíngez estudió en el Conservatorio Nacional de Música, donde fue su maestro de composición Rodolfo Halffter; que Dámaso Pérez Prado adoptó Sax cantábile, de Armando El Chamaco Domínguez, quien solía meterse en los bares del barrio de Greenwich Village, en Nueva York, "donde los afroamericanos se daban vuelo interpretando jazz". Asimismo destacan las innovaciones que lograba Alberto al componer los más variados ritmos, o bien mezclándolos, por ejemplo en la canción Perfidia, cuya primera frase ("nadie comprende lo que sufro yo") es un lamento, que luego se transforma en un bolero propiamente dicho. También recuerda que Alberto fue uno de los miembros fundadores del sindicato de músicos. "Aportó la mayor cantidad en efectivo para constituir la sociedad y fue su música la que básicamente la sostuvo en el nacimiento, principalmente con los derechos cobrados en el extranjero, ya que los explotadores de la música en México se negaban a pagar regalías a los artistas."

Se recuerda la pronunciación sancristobalense de su lengua materna, la pronunciación chiapaneca de Centro y Sudamérica (vos, andate, decime); llega a la memoria precisamente en la canción Perfidia, donde escuchamos claramente: "Mujer,/ si puedes tú con Dios hablar/ preguntale si yo alguna vez/ te he dejado de adorar".