FORO DE LA CINETECA

Carlos Bonfil

Imaginando Jerusalén

EL VIAJE DE James a la tierra prometida. Un joven africano, de religión cristiana, parte en peregrinación a Israel, para explorar y contemplar devotamente el mundo bíblico que su imaginación ha recreado. Jerusalén, tierra santa. La confrontación con la realidad será violenta y no menos inquietantes los cambios en la personalidad de James, el cándido viajero. Primer largometraje de ficción del documentalista israelí Ra'anan Alexandrovich, Imaginando Jerusalén es una ingeniosa comedia sobre el choque cultural entre inmigrantes e israelíes, pero sobre todo una crítica de la corrupción, el afán de lucro, y la modernización salvaje que presencia James en la tierra prometida y que lentamente van erosionando sus primeras convicciones.

INTERESANTE EL JUEGO del director con la idea de un lugar totalmente mítico, cuyo esplendor resistiría el paso del tiempo y las agitaciones sociales. Síndrome de Jerusalén es el culto que muchos visitantes profesaban en la primera mitad del siglo pasado a la ciudad santa, ese lugar encantado, en el que había que vivir y amar a Dios como en los tiempos bíblicos.

RESUMIR ESA ENSOÑACION en el empeño actual de un peregrino africano, de lengua zulú, que descubre atónito que la funcionaria de inmigración no corresponde a su idea de una Ruth o una Esther bíblicas, y es sólo a una mujer poco hospitalaria, recelosa de su presencia y de su posible intención de volverse trabajador clandestino, es un buen ejercicio de ironía. Como el Cándido volteriano, el itinerario de James está plagado de contratiempos y decepciones. Visita primero la cárcel, luego un miserable refugio de trabajadores ilegales, padece la explotación y también la burla por sus aspiraciones religiosas, e inclusive sus compañeros de culto cristiano sacan provecho de sus magros ahorros. Nadie en Israel comprende al joven africano, nadie entiende su afán místico, casi iluminado. Alexandrovich describe con ironía, aunque con trazos algo gruesos, la transformación moral de James, los saldos negativos de su optimismo, y su voluntad de llevar a la práctica la enseñanza de un anciano judío, súbito mentor suyo: ser cualquier cosa en la vida, menos un pobre ingenuo de quien todos se aprovechan. Y una clave de la prosperidad capitalista: dejar que otros trabajen para uno, y volverse gerente de esa magna empresa que consiste en saber aprovecharse de los demás.

EN IMAGINANDO JERUSALEN el viejo Sallah, padre del patrón de James, y víctima a su vez de familiares que quieren obligarlo a vender sus propiedades inactivas y comercializarlas en su lugar, establece una solidaridad afectiva con el joven africano, dándole consejos, estimulando su ambición, sorprendiéndose luego con los resultados.

Buenas dosis de humor

LA CINTA EXPLORA, con buenas dosis de humor, las contradicciones de la vida moderna en Israel, el conflicto entre espiritualidad y materialismo, el clasismo vergonzante, la discriminación a los trabajadores clandestinos, y la situación cómica de un africano que cultiva tercamente las ilusiones que todos parecen haber abandonado, y que se resumen en una sola palabra, idea fija, mito de tres mil años: Jerusalén. El actor sudafricano Siyabonga Melongisi Shibe interpreta con acierto al cándido James, aunque su tránsito a una personalidad empresarial y acomodaticia parece acelerada y poco convincente.

LA CINTA NO pretende, sin embargo, otro tono que el de una fábula social, con señalamientos muy obvios sobre la pérdida de la inocencia en las sociedades modernas y sobre el poder corruptor del dinero. Pese a esa visión esquemática, el realizador maneja bien su propuesta humorística, saca buen partido de personajes secundarios, elude la tentación de convertir al judío anciano en un gurú de la sabiduría instantánea, y ofrece un relato irónico y entretenido, en la tradición del mejor cine israelí.

IMAGINANDO JERUSALEN SE proyectará hoy y mañana a las 12, 16:30, 18:45 y 21 horas en la sala 2, Salvador Toscano.

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