México D.F. Lunes 20 de septiembre de 2004
Regresa luego de 10 años para ofrecer
un concierto el 24 de septiembre en el Auditorio
En Brasil, los raperos han usado su música como
protesta: Gilberto Gil
En Electroacústico, el espectáculo
que presentará, "se plasman mis búsquedas que van hacia la
mezcla de ritmos" Ser ministro de Cultura es defender un compromiso con
la renovación, dice
MARIANA NORANDI ESPECIAL
Gilberto
Gil es uno de los exponentes de la música brasileña más
importantes de todos los tiempos. Músico, compositor y cantante
es, junto a Caetano Veloso, el fundador del tropicalismo, movimiento musical
que, a finales de los años 60, en plena efervescencia de la bossa
nova, busca dar a la música popular brasileña mayor expresividad.
Para ello asume géneros como el bayon, la samba o la bossa nova
y los enriquece con ritmos afroamericanos y sonidos del rock anglosajón,
todo ello envuelto en una actitud crítica y contestataria ante el
sistema político dictatorial de la época. Tras una larga
y fructífera carrera, el primero de enero de 2003, cuando Luiz Inácio
Lula da Silva llega a la presidencia de Brasil, el cantante es nombrado
ministro de Cultura cargo que comparte de manera paralela con su faceta
artística.
Gilberto Gil nace en Salvador de Bahía en 1942.
A los ocho años comienza a tocar el acordeón y, a los 18,
forma un grupo llamado Os Desafinados. Por aquel entonces escucha en la
radio al cantante y guitarrista João Gilberto, y queda tan deslumbrado
que abandona el acordeón por la guitarra. En 1962 graba el primer
single de su autoría, Bem devagar, con el conjunto
vocal As Tres Baianas. A finales de ese año conoce a Caetano Veloso
y, poco más tarde, a Gal Costa y Maria Bethânia con los que
comienza el movimiento tropicalismo.
Las canciones de estos compositores, impregnadas de rebeldía,
se habían convertido en una influencia notoria para los jóvenes
brasileños, por lo que en 1966, Gilberto Gil y Caetano Veloso se
ven obligados a exiliarse en Londres. Allí el cantante tiene la
oportunidad de trabajar con Yes y Pink Floyd, entre otras bandas, y conocer
muy de cerca la explosión del pop y rock británico, ritmos
que incorpora a sus composiciones.
En 1972, de regreso en su país, comienza una carrera
nacional e internacional que, hasta ahora, ha dejado más de 50 discos
grabados, tres premios Grammy (dos latinos y uno estadunidense), duetos
con cantantes tan diversos como Mercedes Sosa, Milton Nascimento, Bob Marley,
Jimmy Cliff, Charly García, Fito Páez o Manu Chao y, sobre
todo, Gilberto Gil se ha convertido en una fuente inagotable de inspiración
para las nuevas generaciones musicales de Brasil que hoy nutren el rock,
el hip hop o el reggae.
Tras más de 10 años de no presentarse en
México, este 24 de septiembre ofrecerá en el Auditorio Nacional
su nuevo espectáculo llamado Electroacústico, el cual
forma parte de una amplia gira internacional.
En entrevista vía telefónica con La Jornada,
el ministro de Cultura, amable, pausado y con un fluido español,
el tono de su voz se enciende y enfatiza cuando habla de su propósito
ministerial de llevar la cultura a los barrios más pobres de Brasil.
-¿En qué consiste Electroacústico?
-Es un espectáculo de cuatro músicos compuesto
por Sergio Chiavazzoli en la guitarra, Marcos Suzano y Gustavo di Salva
en las percusiones y Cicero Assis en el acordeón y teclados. Tiene
una parte eléctrica con percusión basada en máquinas
de ritmos, teclado eléctrico y samplers, y otra parte acústica
más de acordeón y guitarra. Presento canciones de mi repertorio
y otras internacionalmente conocidas, como un reggae de Bob Marley o un
tango de Gardel.
-Usted ha sido siempre un constante experimentador musical,
¿hacia dónde se orientan sus búsquedas en la actualidad?
-Mis dos discos más recientes fueron: uno de géneros
derivados del norte de Brasil, como el bayon, y otro, hace dos años,
con canciones de Bob Marley. Ahora, cuando acabe la gira de Electroacústico,
tengo en mente hacer un disco de samba. En Electroacústico
se ven mis búsquedas, que son hacia una mezcla de muchos ritmos,
desde la música electrónica hasta la samba, el rock o el
tango.
-¿Las vanguardias musicales brasileñas tienden
hacia esa fusión rítmica?
-Los ritmos que derivan de los géneros originales
brasileños, como el bayon o la samba, se han constituido como base
de la música popular y cosmopolita que se hace en Brasil. Esos ritmos
tradicionalmente se han mezclado con géneros como el soul, el rock
o el reggae. Por lo tanto, la fusión musical continúa siendo
una tendencia pero, ahora, los géneros más fuertes son el
rap y el hip hop.
-Usted formó parte de una generación musical
crítica y rebelde, ¿quiénes protagonizan ahora esa
rebeldía en Brasil?
-Creo que los más explícitos, visibles y
directos son los raperos. Son los que han utilizado la música como
una forma de protesta, con un claro mensaje crítico y contestatario
y que asumen un compromiso social mediante su música.
-Estar al frente del Ministerio de Cultura, ¿representa
parte del compromiso social y político que usted siempre ha tenido
con la cultura brasileña?
-Creo que sí porque, por un lado, se trata de administrar
y gestionar los procesos culturales institucionales pero, por otro, es
defender un compromiso continuo con la renovación y revolución
de los nuevos lenguajes culturales.
-Como ministro de Cultura, ¿cuáles son sus
proyectos más inmediatos?
-La creación del sistema nacional de cultura que
busca integrar y articular las instituciones culturales de Brasil de manera
federal, provincial y municipal y coordinar entre los tres estamentos un
sistema general de trabajo. Para el próximo año eso ya estará
constituido y organizado. Para fines de este año también
habremos creado una agencia federal audiovisual y, próximamente,
una lotería para cultura con el fin de obtener recursos económicos.
Por otro lado, estamos creando puntos de cultura, que son centros de apoyo
en las regionales periféricas, como las favelas. Se trata
de un aporte tecnológico para la cultura digital (grabación
o televisión). Para el próximo año pensamos instalar
cien puntos de estos y para fin de gobierno mil.
Programas con otros ministerios
-¿Cómo hacer llegar la cultura a las favelas
y a esos 50 millones de pobres que viven en Brasil?
-Además de los llamados puntos de cultura, hemos
trazado programas en coordinación con el Ministerio de Trabajo y
de Salud. Con la creación del Sistema Nacional de Cultura, los municipios
se vuelven responsables de 51 por ciento de las inversiones y, por lo tanto,
los mayores responsables de los programas y proyectos de cultura. Trabajarán
más de cerca con el Ministerio de Cultura para llegar a las favelas.
-El tropicalismo había logrado proyectar internacionalmente
la música brasileña. Actualmente parece que existe menos
difusión, ¿cuáles son los motivos?
-Pienso que hoy la música brasileña es más
conocida que antes. El tropicalismo fue un movimiento que propuso cambios
internos en Brasil pero, salvo Caetano Veloso y Gilberto Gil, no se logró
divulgar mucho. Hoy ha adquirido un matiz legendario y mitológico
y se divulga en todo el mundo pero. En estos momentos, cantantes como Marisa
Montes o Carlinhos Brown han logrado mayor proyección internacional.
-Se percibe que el gobierno del presidente Lula ha girado
la mirada hacia Africa. ¿Qué repercusiones está teniendo
a nivel cultural?
-Este gabinete desarrolla estrechas relaciones con países
de habla portuguesa principalmente, como Angola, Mozambique o Cabo Verde.
Las relaciones que estamos entablando son económicas, comerciales
y de salud, como la fabricación de fármacos para combatir
el sida. Estas relaciones tienen una repercusión importante en el
terreno cultural y artístico, y estamos estableciendo programas
conjuntos con universidades. Con Angola, por ejemplo, estamos creando un
instituto de danza y música popular y programas de capacitación
cultural. Este gobierno ha enfocado su mirada hacia Africa y eso es mucho
más productivo.
-¿Para este gabinete la cultura es una prioridad?
-Pienso que sí. Tenemos indicios muy claros de
que ahora contamos con un ministerio más visible, activo y estratégico
y en coordinación con otros ministerios del gobierno. Hoy contamos
con un mayor presupuesto económico para la cultura. En 2000, 0.2
por ciento del presupuesto general se destinó a la cultura. Este
año aumentó a 0.4 y esperamos que, para el próximo
2005, se incremente a 0.6 por ciento.
Gilberto Gil: 24 de septiembre en el Auditorio Nacional,
21 horas. Boletos en taquilla y en el sistema Ticketmaster.
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